Antes de la 1:00 p.m. del domingo 17 de septiembre, cuando el directorio nacional del Partido Revolucionario Democrático (PRD) aún se encontraba votando, el nombre de Camilo Alleyne había empezado a sonar con fuerza en el Westin Playa Bonita, el hotel que albergó al partido gobernante.
Alleyne, decían en ese momento, sería el compañero de fórmula del vicepresidente José Gabriel Gaby Carrizo, la dupla con la que el PRD aspira a retener la Presidencia de la República en las elecciones del 5 de mayo de 2024. Un diputado que estuvo en la reunión lo confirmó con voz cargada de decepción. Lo dijo con desánimo, con desencanto. “No sumará votos”, argumentó. Si de votos se trata, puede que tenga razón, en la primaria perredista del 16 de septiembre de 2018, época en que el actual presidente Laurentino Nito Cortizo alcanzó la candidatura presidencial del PRD, Alleyne estuvo en la contienda y apenas sacó el 1% (2 mil 328 votos).
Una ayuda para Carrizo
Pero convencer al directorio perredé de que aprobara a Alleyne no fue tan fácil. Carrizo puso a consideración el nombre del médico ginecólogo pero al principio su discurso no tuvo eco. El anuncio cayó como un balde de agua fría. El nombre no causó entusiasmo. Algunos se miraban desconcertados. No se lo esperaban, tanto así que Benicio Robinson, presidente del partido, y el diputado Raúl Pineda, otro miembro del poderoso Comité Ejecutivo Nacional (CEN), reforzaron el argumento del vicepresidente. En otras palabras, fueron los encargados de convencer a sus copartidarios de que le dieran el visto bueno al candidato que propuso Gaby. Al menos cuatro de los directores tomaron la palabra para oponerse y pedir explicación. Entre ellas, María Chelita Delgado, exdiputada colonense, precisamente la tierra de Alleyne.
Al final, la votación quedó así: 219 votos a favor, 74 en contra, 2 en blanco y otro nulo.
Entre 2004 y 2007, durante el gobierno de Martín Torrijos, Alleyne fue ministro de Salud y le tocó enfrentar varias tormentas, entre ellas, la crisis por el envenenamiento masivo con dietilenglicol, sustancia que estaba contenido en jarabes para la tos que distribuyó la Caja de Seguro Social. Pese al escándalo, Torrijos lo mantuvo en el puesto durante el clímax de la crisis. Alleyne sí dejó el gobierno, pero a su modo y a sus tiempos. Desde entonces en el PRD se le ve como un hombre cercano al exmandatario. Por eso algunos quedaron sorprendidos con el anuncio. Pero, de acuerdo a perredistas consultados, Alleyne ha dicho que su disciplina partidaria está por encima de todo y que su apoyo a la línea PRD es irrenunciable.
Su llegada a la nómina presidencial del PRD, obedecería a un asunto estratégico. Un miembro del Comité Ejecutivo Nacional que pidió el anonimato, contó que hasta el sábado al mediodía, Carrizo no tenía candidato, que le ofreció esa posición a varias personas y ninguna aceptó. De lo que sí estaban convencidos ayer en el PRD es que el médico ginecólogo estaría dispuesto a inyectar recursos al proyecto político de Carrizo.
Otros dijeron que se trata de una maniobra para atraer los votos de los perredistas cercanos a Torrijos. A las 3:30 p.m. Carrizo lo presentó. Lo describió como una persona valiente, comprometida, afrodescendiente, revolucionario democrático y militante comprobado. No hubo aplausos masivos ni efusividad. En el ambiente había cierto sentimiento de desconcierto, o tal vez resignación.
Después de votar, la mayoría de los directores abandonaron el salón. Se fueron a almorzar a un restaurante del hotel con vista al mar. Por eso al momento de los discursos abundaban las sillas vacías. En los primeros puestos quedaban algunos diputados, Jairo Bolota Salazar, que lucía una llamativa camisa amarilla; Néstor Tin Guardia, Melchor Herrera, y varios gobernadores, entre ellas, Iracema de Dale, quien de vez en cuando interrumpía los discursos para gritar: ¡Viva el PRD!
De los 296 miembros del directorio habilitados para votar en este día, 219 avalaron la candidatura de Alleyne como compañero de fórmula de Carrizo, 74 manifestaron su rechazo, hubo dos votos en blanco y uno nulo.https://t.co/SEoSCBbTPL
— La Prensa Panamá (@prensacom) September 17, 2023
Cuando tomó la palabra, el médico recordó su origen humilde en la provincia de Colón y agradeció la distinción de nombrarlo como parte de la nómina presidencial oficialista. “El PRD necesita de todos, el PRD es un partido fuerte cuando nos unimos”, añadió.
Su discurso fue más largo que el de Carrizo. Recordó al Colón donde creció, a sus padres, hizo un recorrido por episodios de su militancia en el PRD, contó anécdotas. Varios miembros del CEN que estaban en la mesa principal ya mostraban poco interés, uno de ellos el diputado Crispiano Adames.
Ayer domingo, el directorio del PRD también votó a favor de ratificar la alianza con el Movimiento Liberal Republicano Nacionalista (Molirena) y además le dio el visto bueno a las postulaciones de diputados de otros partidos, como los disidentes de Cambio Democrático (CD). El que liderará esta estrategia será Robinson, presidente del partido.
El evento
El PRD, partido que de acuerdo con las últimas estadísticas del Tribunal Electoral, cuenta con 714 mil 170 inscritos, puso toda la carne en el asador para la organización del evento. Prácticamente todas las figuras claves del gobierno de Laurentino Cortizo se congregaron en el hotel de playa ubicado en Veracruz. El lobby, los pasillos que conducen a las habitaciones, y los corredores de los salones ubicados en la parte subterránea, donde se reunió el directorio nacional, estaban tomados por el partido de gobierno. Diputados, ministros, directores de entidades, alcaldes, representantes de corregimiento, asesores, lobistas, desfilaban orgullosos con su vestimenta rojo, blanco y azul, los colores del PRD.
El corredor del salón donde se reunió el directorio, sirvió de área social: Balbina Herrera, y su hermana Juana, ministra de la Mujer, conversaban con sus copartidarios. Se vio a Benjamín Colamarco, a las hermanas Noriega, a Samira Gozaine, directora del Servicio Nacional de Migración. También estaba Luis Francisco Sucre, ministro de Salud; al igual que la gobernadora de Panamá, Carla García y su padre el viceministro de la Presidencia, Carlos García. La lista era larga, la cúpula del gobierno de Cortizo se juntó en el evento de su partido.
Benicio Robinson, el presidente de esta agrupación política, fue tratado como una especie de rock star. Cuando se movía de un lado para otro, lo seguía un séquito de hombres y mujeres. Saludaba y enseguida aparecían copartidarios para pedirle una selfie, darle un apretón de manos y para hablarle al oído. Cuando conversó con los periodistas, prácticamente negó todo lo que le preguntaron: no sabía quién sería la fórmula de Carrizo, y tampoco sabía si postularía a diputados disidentes de CD. Más adelante, mientras daba una entrevista a un canal de televisión, redefinió la palabra clientelismo. “El que habla de clientelismo es porque no quiere darle una beca a alguien de recursos bajos… doble moral”.
La puya era para el expresidente Martín Torrijos, el hijo de Omar Torrijos, el hombre que puso los cimientos del PRD. Torrijos, alejado de su colectivo, pretende regresar al Palacio de Las Garzas postulado por el Partido Popular y desde que anunció su decisión de lanzarse al ruedo, ha señalado una y otra vez que el PRD perdió sus ideales torrijistas y que hoy día está marcado por el clientelismo y el juega vivo.
Festín de abrazos
Pero la fiesta perredista había comenzado la noche del sábado 16 de septiembre. Allí en el Playa Bonita, la familia PRD comía del mismo plato y celebraba un festín de abrazos. El amor estaba en el aire. Abrazo entre Gaby y Robinson, abrazo entre Gaby y Alex Lee, el alcalde de Colón; abrazo entre Gaby y los diputados. Y así, el amor y los abrazos entre perredés, se multiplicaba.
Bien temprano, el ministro de Vivienda y Ordenamiento Territorial, Rogelio Paredes, quien pertenece al Comité Ejecutivo Nacional del PRD, hablaba de que en la noche anterior se había vivido un ambiente de camaradería. Y puso un ejemplo: el acercamiento del diputado Crispiano Adames con Gaby Carrizo. ¿Significa que las heridas que dejó la primaria del 11 de junio pasado, donde Carrizo venció a Adames, empiezan a cerrar? En la campaña Adames acusó a la campaña de Carrizo de clientelismo y chantaje para sacar ventaja. Pero ayer domingo, aquella frase que instaló Cortizo en la campaña de 2019: “un PRD no habla mal de otro PRD”, parece que tomó fuerza. “La unidad es un proceso que se vincula a hechos”, respondió Adames cuando le preguntaron sobre el tema.