Stheisy Herrera, una niña darienita de apenas nueve años estaba intranquila. Ayer, mientras el cura Jorge Rivera, de la parroquia Inmaculada Concepción de La Chorrera, hacía la invocación religiosa en la apertura del Certamen Nacional de Poesías Patrióticas, ella era la única de los 14 niños participantes que apretaba sus manos en señal de oración.
Sus pequeños ojos miraban hacia el piso de tablas del aula máxima de la escuela República de Costa Rica, lugar en donde ni los ocho abanicos blancos que cuelgan del techo lograban aplacar el calor que sentían quienes abarrotaron el lugar.
Adornado por al menos 10 grandes pinturas murales, obra del desaparecido maestro del pincel Manuel Isaías Pinzón, el aula máxima de la escuela olía a nacionalismo, a bandera, a juventud, a patria revivida.
Allí, a la expectativa, se hallaban los padres, amigos y familiares de los participantes, y más de un curioso que pasadas las 12:00 de mediodía repletaron el sitio para escuchar las poesías, y ocupar las sillas que no alcanzaron para las más de 200 personas presentes.
El certamen, pactado para las 2:00 p.m., empezó con 21 minutos de retraso, cuando niños ngäbes y buglés entonaron la coral poética Su alteza mi bandera. En una breve intervención, la directora de la escuela República de Costa Rica, Irasema de Paredes, exhortó a los pequeños a no dejar en el camino el arte de la oratoria, y mucho menos el amor a la patria .
Los pequeños danzantes se mantuvieron en el escenario hasta las 2:59 p.m., y no fue sino hasta las 3:10 p.m. cuando hizo su aparición en el escenario Italis Vega, la representante de la provincia de Coclé, quien con música en sus palabras dio vida a una poesía que emocionó a los presentes.
Cinco minutos más tarde, la emoción se desbordaba cuando le tocó al turno al representante de Panamá oeste, George Argüelles, quien con entereza, voz clara y entonación perfecta dejó una grata impresión.
Liza Quintero, de la provincia de Herrera y representante de la escuela Tomás Herrera, hizo lo propio, al tiempo que sus parientes exhibían sendas banderas de color azul y amarillo que representan a esa provincia.
A las 3:45 p.m., cuando declamaba Jorge Marín, de Veraguas, la lluvia empezó a golpear el techo, haciendo imposible escucharlo, por lo que el evento fue suspendido momentáneamente. La lluvia cesó a las 3:56 p.m.
Uno tras otro, los niños declamadores dieron lo mejor de sí, hasta que a las 6:21 p.m. se anunció a la ganadora: Yeni Zhang Su, de la provincia de Chiriquí.
El segundo lugar fue para Italis Vega, de Coclé, y el tercer lugar para Stheisy Herrera, la niña darienita que durante la invocación religiosa fue la única que mantuvo sus manos unidas en oración.