En un fenómeno que parece no tener fin. La migración a través del Tapón de Darién continúa a un ritmo alarmante. Desde enero de 2024 hasta el 7 de junio del mismo año, se ha registrado el paso de aproximadamente 176,613 personas por esta inhóspita y peligrosa zona que conecta Panamá y Colombia.
Este corredor natural, conocido por sus densas selvas y terrenos hostiles, sigue siendo una ruta clave para miles de migrantes que buscan alcanzar mejores condiciones de vida, pese a los riesgos significativos que enfrentan en su travesía.
Autoridades religiosas, como el obispo de Darién, Pedro Hernández, subrayan que esta cifra, además de revelar la magnitud del flujo migratorio, pone de relieve la urgente necesidad de respuestas y soluciones humanitarias por parte de los gobiernos y organizaciones internacionales.
Se trata de un 6.4% más que durante el mismo periodo de 2023, cuando la cifra fue de 165,984 migrantes. Solo en este mes de junio, han cruzado la selva 6,599 caminantes.
Según un informe del Servicio Nacional de Migración, la mayoría de los que han ingresado al país a través de la selva de Darién son venezolanos (114,809), seguidos de los ecuatorianos (12,436) y, en tercer lugar, los colombianos (11,386).
Nuevas medidas impedirán que los inmigrantes que crucen ilegalmente nuestra frontera sur reciban asilo.
— U.S. Embassy Panama (@USEmbPAN) June 8, 2024
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Ante esta realidad, las autoridades del Ministerio de Seguridad y del Servicio Nacional de Migración prevén un incremento del 20% para finales de 2024 en cuanto al número de migrantes que transitan por esta región.
Lo anterior supone que si 2023 cerró con 520,085 caminantes que cruzaron Darién, para 2024 se estima que ese número estará por encima de los 600,000 migrantes.
En marzo, el ministro de Seguridad, Juan Manuel Pino, se refirió a este tema: “Para este 2024, por las entradas que estamos teniendo, perfilamos que la cantidad de migrantes irregulares será superior a 2023″.
Esta conclusión, dijo, es después de los análisis que ha efectuado el Gabinete de Seguridad de Panamá sobre los problemas sociales, económicos, políticos y de seguridad que enfrentan algunos países de la región.
Actualmente, Panamá mantiene activa la “Operación Flujo Controlado”, por la cual se brinda asistencia humanitaria y se traslada diariamente a cientos de personas migrantes a sus Estaciones Temporales de Recepción Migratoria en las provincias de Darién y Chiriquí. Las personas migrantes ingresan por las comunidades de Bajo Chiquito y Canaán Membrillo, ubicadas en la comunidad indígena Emberá Wounaan al interior de la provincia de Darién.
Esta ruta es conocida por ser altamente peligrosa debido a las características geográficas de la selva y la presencia de crimen organizado. Las personas que la transitan se encuentran expuestas a riesgos varios como la trata de personas, tráfico ilícito, violencia basada en género, diversas formas de explotación y abuso.
Los líos de Biden
Esta semana, el Gobierno de Estados Unidos anunció medidas más estrictas contra aquellos migrantes irregulares que se encuentran en la frontera con México y que desean ingresar a este país.
En ese sentido, el presidente Joe Biden, quien busca la reelección en el cargo en noviembre próximo, emitió una proclama que suspende el ingreso a Estados Unidos de los no ciudadanos que crucen ilegalmente la frontera sur. Esta proclama va acompañada de una decisión final provisional de los departamentos de Justicia y de Seguridad Nacional que restringe el asilo a los migrantes.
Hasta ahora, cuando alguien llegaba a la frontera, se le detenía, y si solicitaba asilo pasaba un tiempo largo hasta que se estudiaba su caso y, si se determinaba que el solicitante había cometido delitos, se le detenía para su posterior deportación.
Según la regla propuesta, ahora los agentes de migración de la frontera, que atienden los casos en su etapa más inicial, podrán determinar si una persona tiene o no causa de asilo o decidir si el detenido es una amenaza para Estados Unidos. Es decir, el proceso de deportación sería más expedito.
De acuerdo con el Gobierno de Estados Unidos, estas medidas entrarán en vigor cuando la frontera sur se vea desbordada y facilitarán a los funcionarios de inmigración la rápida expulsión de las personas que carezcan de base legal para permanecer en Estados Unidos.
“Estas medidas no son permanentes. Dejarán de aplicarse cuando el número de inmigrantes que crucen la frontera entre los puertos de entrada sea lo suficientemente bajo como para que el sistema estadounidense pueda gestionar de forma segura y eficaz las operaciones fronterizas”, indican en un comunicado.
Estas acciones también incluyen excepciones humanitarias, incluidas las destinadas a menores no acompañados y a víctimas del tráfico de personas.
Los desafíos de Mulino
El presidente electo, José Raúl Mulino, ha prometido “cerrar” la frontera de Panamá con Colombia y designó como ministro de Seguridad, al antiguo director del Servicio Nacional de Fronteras, Frank Ábrego.
Fue precisamente la crisis migratoria uno de los primeros temas abordados por Mulino después de su victoria el 5 de mayo pasado. Al día siguiente de las elecciones se reunió con le embajadora de Estados Unidos en Panamá, Mari Carmen Aponte, quien reveló que conversaron sobre temas vitales para ambos países, como la migración irregular, el comercio bilateral, las inversiones estadounidenses en Panamá y la seguridad.