Entre el 8 y el 10 de junio próximo se celebrará la IX Cumbre de las Américas. La cita se desarrollará en Los Ángeles, ciudad de Estados Unidos (EU). Se tiene previsto que el presidente de la República, Laurentino Nito Cortizo, junto a una delegación compuesta por funcionarios de varios ministerios, entre ellos el de la Presidencia y el Relaciones Exteriores, asista al evento principal, en el que se reunirán jefes de Estado de todo el hemisferio.
A la fecha, la Presidencia de la República no ha comunicado exactamente qué día viaja Cortizo ni quiénes son las personas que lo acompañarán. La canciller Erika Mouynes ha sido clara en la importancia que tiene la cumbre para Panamá, pues considera que es una oportunidad importante para hacerle frente a los retos que achacan a la región. De hecho, en el país se han celebrado reuniones de preparación para este encuentro.
Para Panamá, la cooperación regional sobre el tema de la migración irregular es de suma importancia. En abril pasado Panamá fue sede de una reunión ministerial que contó con la participación de 20 países de la región donde se trató principalmente en tema de migración.
A la misma asistió el secretario de Estado de Estados Unidos, Anthony Blinken, y el secretario de Seguridad Nacional estadounidense, Alejandro Mayorkas. En esa reunión ya se hablaba de la cumbre y del importante componente que sería la migración en la misma. En un artículo escrito por Mouynes y publicado el pasado 31 de mayo en el medio estadounidense, The Washington Diplomat, la ministra panameña asegura que el tema de la migración irregular “es posiblemente el reto más visible que enfrenta la región hoy en día”. Agrega que “el marco regulatorio que nació de esa reunión une a los actores regionales para monitorear flujos migratorios, asegurar que los migrantes reciban el cuidado que necesitan y desmantelar grupos criminales de tráfico”.
Más allá de lo planteado por Mouynes para tratar con el tema, también se refiere a los esfuerzos que debe hacer la región para ir a la raíz del problema. “Mientras los gobiernos en la región no logren proveer a sus ciudadanos oportunidades en sus países de origen, continuarán en busca de oportunidades en otros lugares”, escribió. La canciller también se refiere a los efectos que tiene en el mundo y la región el conflicto armado en Ucrania. Hace un llamado a prevenir estos impactos y actuar de forma conjunta para mitigarlos. “No podemos ser solo espectadores petrificados en la inacción mientras vemos al horizonte y se acerca la tormenta”, añadió.
Recalcó que la región latinoamericana es vulnerable a que aumente el costo de la comida, exacerbado por la guerra. Los aumentos en precios del combustible y de la energía eléctrica también afectan la seguridad económica. A inicios del mes de mayo, Panamá fue anfitrión de otra reunión de alto nivel, esta vez entre los países centroamericanos y del Caribe. Se contó con la presencia del alto representante de la Unión Europea para asuntos exteriores y política de seguridad, Josep Borrell.
La reunión tuvo como objetivo crear conciencia sobre estos impactos regionales. “La Cumbre representa una plataforma para construir sobre esta base… En reconocimiento de los retos globales que afectan nuestra estabilidad regional, Panamá impulsa una propuesta de consenso para hablar con una sola voz regional y promover una respuesta rápida”, asegura Mouynes.
La novena cumbre
La Cumbre de las Américas regresa a EU, el primer país anfitrión, desde su primera edición en 1994. El lema para este año es “construir un futuro sostenible, resiliente y equitativo”.
Según documentos publicados por el departamento de Estado de ese país se busca tratar temas como las deficiencias evidenciadas por la pandemia en los sistemas sanitarios, educativos, económicos y sociales. También se tiene previsto abordar la crisis climática, la falta de acceso equitativo a oportunidades y las amenazas a la democracia en la región.
A escasos días de llevarse a cabo la reunión regional, aún no se define la lista de mandatarios que asistirán. Particularmente, el presidente Mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha puesto en tela de duda su asistencia, pues considera que todos los mandatarios de América deben estar invitados. Estados Unidos optó por no invitar a los mandatarios de Cuba, Venezuela y Nicaragua.