Miriam Luna esperó hasta el último minuto para abandonar la comunidad de El Llano, lugar donde ha vivido por 44 años, ayer sumergida bajo el agua.
Sus vecinos fueron trasladados desde la escuela Lorenza Gómez de Lasso (donde estuvieron albergados desde el pasado martes) a un gimnasio de la comunidad de Chepo porque las autoridades advirtieron que las aguas no se detendrían.
Para cuando Miriam decidió irse, el pueblo ya estaba sumergido, y no bajo una colcha de flores amarillas: lo que Miriam vio fue un mar espeso de agua sucia.
“¡Mi pueblo se perdió para siempre!”, gritó llena de rabia, dolor y frustración.
Las lluvias que durante toda la semana han caído en el país se ensañaron el martes y el miércoles con los habitantes de Panamá este y Colón, dejando a mil 500 personas damnificadas y ocho muertos.