El término “botella” se ha vuelto popular en la jerga panameña como una forma de referirse a alguien que aparece contratada en alguna institución del Estado, cobra su salario, pero no se presenta a cumplir las funciones de su cargo.
¿De dónde surge este término?
Según el cronista y periodista cubano, Ciro Bianchi, la palabra “botella” surge en Cuba, entre los años 1913 y 1921, cuando en los partidos de jai alai, deporte que consiste en hacer rebotar una pelota en un espacio amurallado con una cesta de mimbre sostenida con la mano, aparecieron empleados que con el pretexto de llevar botellas de agua fría a los peloteros, entraban gratis a los recintos y veían el juego.
A esos empleados se les empezó a llamar botelleros.
Con el tiempo, el uso del término se extendió por toda Cuba y a República Dominicana para identificar al que cobraba sin trabajar.
Aunque se conoce el origen de la palabra en Cuba, en Panamá no existe registro histórico del momento en que el término se empezó a utilizar.
Según se ha conocido, al menos unos 300 funcionarios de la Asamblea Nacional han sido destituidos y 150 personas en la alcaldía de Arraiján.
En la política y dinámica nacional, la palabra ha empezado a tener variantes, dependiendo del tipo de “botella” del que se hable.
Están los que nunca asisten al trabajo y cobran un salario. Esos son los llamados ”garrafones”, al referirse a un botellón grande, de más de 20 litros. También están los denominados " botellones”, categoría en los que pueden encajar los que asisten al trabajo, pero no hacen nada.
Otro término que se ha popularizado en la política panameña es planilla cashback.
El cashback es un término inglés que se puede traducir como “dinero de vuelta”, de ahí que se use para referirse al nombramiento de una persona en un cargo, con la obligación de darle una parte del sueldo a la persona que lo nombró.
Este surgió luego de que Mayer Mizrachi, alcalde de la ciudad de Panamá, dio a conocer que detectó en la administración del municipio capitalino: una planilla cashback de gente que estaba nombrada en ‘ciertas juntas comunales’ donde se les pagaba un salario, pero una parte de este se lo tenían que dar al “padrino” que les consiguió el nombramiento.
De igual forma, en la Asamblea Nacional, se ha denunciado la existencia de esta práctica. Sin embargo, las denuncias interpuestas contra diputados por este mecanismo de corrupción no han prosperado en la Corte Suprema de Justicia (CSJ).
Otra palabra que ha surgido en la política panameña, es “sueldos fantasmas”.
Este término, aunque parece obvio, hace referencia a las denuncias de ciudadanos que manifiestan nunca haber trabajado en la Asamblea Nacional, pero aparecen en las fichas de la Caja de Seguro Social (CSS) y en la planilla de la entidad con jugosos salarios.
A inicios de abril pasado, el diputado del Partido Revolucionario Democrático (PRD) Jaime Vargas, notificó al director de la CSS, Enrique Lau, que se había detectado que personas que no tenían relación laboral con la Asamblea, estaban recibiendo fichas en las que constaba que su patrono era el Legislativo.
En respuesta, Lau afirmó que a finales de diciembre de 2023 se actualizó el sistema de envío de fichas masivas a fin de mejorar el beneficio de todos los asegurados; pero al momento de la ejecución de este sistema con los nuevos cambios, aparentemente hubo una confusión, lo que ocasionó un traslape de la información, cruzando los nombres de los asegurados con los nombres de las instituciones del Estado.
El término “campaña paralela” también se hace presente y aunque no sea una palabra tan conocida, se popularizó luego de que una investigación de La Prensa descubriera donaciones que habrían sido usados para la campaña que llevó a la presidencia a Laurentino Cortizo en el 2019, pero que no fueron declarados al Tribunal Electoral (TE), mediante la empresa Contact Global.

