De legendarios a desterrados; los diputados que recibieron el castigo del ‘No Vas’

De legendarios a desterrados; los diputados que recibieron el castigo del ‘No Vas’
Tito Rodríguez, Leandro Ávila, Roberto Ábrego, Dalia Bernal, Francisco 'Pancho' Alemán y Marylín Vallarino.


De figuras emblemáticas a marginados del poder. Esta es la nueva realidad de los diputados Dalia Bernal, Roberto Ábrego, Francisco Pancho Alemán, Leandro Ávila, Marylín Vallarino y Tito Rodríguez. Todos pretendían reelegirse, pero no volverán a la Asamblea Nacional después de décadas en el sistema legislativo.

Tito Rodríguez, un veterano de la política con dos períodos intercalados en la Asamblea Nacional (2009-2014 y 2019-2024), se vio relegado. En la última sesión ordinaria del pleno legislativo se atrevió a decir: “nos vemos el 1 de julio”.

A Rodríguez no le valió la postulación por el Partido Revolucionario Democrático (PRD) y el Movimiento Liberal Republicano Nacionalista (Molirena). Apenas obtuvo 9,593 en un circuito con un padrón electoral de 152,482.

En el 8-5 (formado por los corregimientos de Chilibre, Las Cumbres, Alcalde Díaz, Ernesto Córdoba y Caimitillo) lo aplastó el independiente Neftali Zamora, con 33,893, quien se consagró como el más votado en ese circuito.

Dalia Bernal, del circuito 8-2 (San Miguelito) y postulada por el partido Realizando Metas (RM), tenía 20 años en la Asamblea con la bandera de Cambio Democrático (desde 2004 hasta 2024).

De legendarios a desterrados; los diputados que recibieron el castigo del ‘No Vas’
Dalia Bernal no logra los votos que le garantizarían un puesto en la Asamblea Nacional.

El imperio de Bernal se acabó, superada -entre otros- por una aplastante diferencia de votos por el contrincante independiente Eduardo Gaytán, quien obtuvo 64,777 votos frente a los 15,194 de Bernal.

Roberto Ábrego, quien había ejercido su influencia en la Asamblea Nacional durante los períodos 1994-2004, y luego de 2019 a 2024, ahora se encuentra fuera de la esfera legislativa.

El diputado del oficialista Partido Revolucionario Democrático (PRD), por el circuito 13-4 (La Chorrera) fue uno de los que aprobó el contrato minero y dijo que “la mayoría de los diputados estaban a favor” de la dicha actividad.

Obtuvo 7,857 votos, ni la mitad del más popular en las urnas en su sector.

Ábrego tuvo varios episodios épicos en la Asamblea Nacional. Fue el representante en la junta directiva del Canal, y también será recordado como el diputado que se enfrentó al líder de la coalición Vamos, Juan Diego Vásquez, por el reglamento interno de la Asamblea.

Francisco “Pancho” Alemán, parecía ser eterno en la Asamblea. Llevaba 25 años, desde 1999 hasta el presente año.

De legendarios a desterrados; los diputados que recibieron el castigo del ‘No Vas’
Francisco Pancho Alemán. Cortesía.

El diputado del Movimiento Liberal Republicano Nacionalista (Molirena) experimentó una derrota contundente en el 8-2 ( San Miguelito), con solo 6,231 votos a su favor, en el 98.4% de las mesas escrutadas. De su último periodo legislativo será recordado por su voto complaciente con el PRD y sin mayores intervenciones desde la Comisión de Credenciales.

Su salida representa no solo una transformación en la composición de la Asamblea Nacional, sino también un giro en la dinámica política, en la que los independientes toman fuerza.

Marylín Vallarino, de Cambio Democrático, postulada por RM, era otra diputada que tenía 20 años sentada en la Asamblea (2004-2024).

Le dijeron “No Vas”, la frase célebre que muchos ciudadanos le gritaban a los candidatos que buscaban reelegirse. Vallarino ya no será la diputada del 13-1 en Panamá Oeste, Arraiján.

Leandro Ávila del oficialista PRD es otro al que le cerraron la puerta, después de 20 años.

Llegó a la Asamblea Nacional en el gobierno de Martín Torrijos, en el 2004, y se creía invencible. Llegó a retar a los críticos de su gestión a que se postularan a ver si salían elegidos.

Pero el domingo 5 de mayo solo acumuló 8,702 votos, en el reñido 8-2, en San Miguelito.

Esa cantidad de votos no le sirvieron para ser elegido ni como residuo, el lugar que ya conocía en previas contiendas electorales.


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