El día de la alianza imposible

El día de la alianza imposible


Que quede registrado para los estudiosos de la política: 3 de febrero de 2010, el día en que figuras representantes de dos fuerzas políticas antagónicas se vieron las caras en una plaza pública con un objetivo común: protestar por la excesiva concentración de poder del Órgano Ejecutivo.

Más de un centenar de panameños se concentraron en la plaza Porras, frente a la Procuraduría General de la Nación, entre las 4:00 p.m. y las 5:45 p.m., tras ser convocados por ex dirigentes de la antigua Cruzada Civilista, aquel movimiento que protestó contra el ejercicio del poder absoluto del dictador Manuel Antonio Noriega.

Como ironía del destino, allí también estaban dirigentes del Partido Revolucionario Democrático (PRD) que compartió el poder con Noriega. Incluso estuvo Balbina Herrera, ex colaboradora de Noriega y rival de Martinelli en las elecciones del 3 de mayo de 2009. Vestía de blanco, el color simbólico de la Cruzada Civilista en la década de 1980.

La marcha se dio exactamente el día en que se cumplen ocho meses de que Martinelli ganara las elecciones con el 60% de los votos.

Ahí estaban figuras que se opusieron a Noriega, como Aurelio Barría, Roberto Brenes, Jaime Abad, Menalco Solís, Jorge Gamboa Arosemena, Antonio Domínguez, Alberto Quirós Guardia, Teresita de Arias y Milton Henríquez.

También había dirigentes del PRD, como Anel Bolo Flores, Cipriano Adames (diputado) y activistas jóvenes del partido opositor. Igualmente se presentaron ex colaboradores de la administración de Martín Torrijos, como Olga Gólcher.

También había representantes de organismos de la sociedad civil, como Angélica Maytín y Raisa Banfield.

Todos coincidieron en que Martinelli está concentrando demasiado poder al haber nombrado a dos magistrados en la Corte Suprema, lo que abrió las puertas para hacer una mayoría de cinco a cuatro que dejó a la procuradora general de la Nación, Ana Matilde Gómez, fuera de su puesto. Y es que la Corte la ha suspendido del cargo por supuesto abuso de autoridad.

De hecho, mientras se daba la protesta en el parque Porras, en la Asamblea Nacional el “procurador suplente” designado por el Gabinete de Martinelli, Giuseppe Bonissi, recogía los papeles para su segura ratificación por parte de la aplanadora oficialista en el día de hoy.

El debate sobre si el Presidente debe o no nombrar al procurador suplente, no faltó durante el encuentro. La última procuradora suplente (1994-2004), Mercedes Araúz de Grimaldo, recordó que en las reformas constitucionales de 2004 desapareció el cargo que ella ejerció. En esa reforma también desapareció el suplente del Procurador de la Administración.

Araúz de Grimaldo dijo que el Gabinete ya intentó a finales del año pasado nombrar a Rigoberto González como procurador suplente, mientras Gómez estaba de vacaciones. No obstante, ese decreto fue derogado por otro decreto, porque se dieron cuenta de que la figura no existía.

El descontento en el parque Porras no solo se expresó con los argumentos legales y el vestido blanco, sino con el sonido de las pailas y el estribillo: “habla pueblo habla”. Esta canción política, según explicó el panameñista Gamboa Arosemena, surgió en las protestas tras la decapitación del médico guerrillero Hugo Spadafora, a mediados de los 80.

Cuatro pancartas expresaban pensamientos contra el presidente Martinelli, como: “Ahora le toca a ...?”; “Martinelli, respeta la Constitución”; “Somos el pueblo”; “La institucionalidad es democracia”.

Al lugar también llegaron algunos familiares de la Procuradora, entre ellos su esposo Francisco Sousa Lennox.

Fuentes judiciales dijeron que Gómez recibió varias llamadas para que evitara la concentración frente a la Procuraduría, para impedir que se pensara que ella estaba detrás de la protesta.

Barría dijo que fue él quien se encargó de hacer el llamado como “facilitador” para que la gente se congregara. ‘Puedes ver que ella no esta aquí, ella estará en su oficina”, advirtió Barría.

El ex dirigente de la Cruzada dijo que él sí votó por Martinelli, por lo que se siente con la fuerza moral para criticar sus actuaciones.

“Debemos reflexionar y decirle al Presidente que ese (la concentración de poder) no es el camino que hay que tomar”, dijo Barría.

Solo Barría habló por medio de un megáfono.

El acto terminó a las 5:45 p.m. con el canto del himno nacional. Un helicóptero sobrevoló la manifestación, dejando una estela de inquietud entre los presentes.

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