El día del contragolpe a Omar

El día del contragolpe a Omar


“Usted ha sido relevado del mando, no puede regresar a Panamá hasta segunda orden. Los oficiales que le acompañan, igualmente han sido destituidos de sus cargos. Pórtense bien; vamos a hacer todo lo posible por enviarles a sus familias a México. No les va a faltar nada”. Era cerca de la 1:00 de la madrugada de un día como hoy, hace 40 años. Había pasado poco más de un año del golpe militar liderado por Omar Torrijos Herrera y este debía encarar ahora un contragolpe surgido de las entrañas de la propia Guardia Nacional.

Rubén Darío Paredes lo recuerda bien. Junto con Armando Contreras y Demetrio Basilio Lakas acompañó a Torrijos a México, según relata, a conocer unos proyectos de la Caja de Seguro Social mexicana que quería implementar en Panamá, y además, a ver el Clásico del Caribe en el que corrían la yegua ‘Quimera’ y el potrillo ‘Melódico’, ejemplares panameños.

El hotel Camino Real fue el escenario de la inusual reunión. En pijama, los militares fueron a la suite donde, según Paredes, hallaron a un Torrijos frustrado, pero con actitud serena, quien les narró toda la conversación que sostuvo con el coronel retirado José María Pinilla, quien era miembro de la Junta de Gobierno.

“Oiga, comandante Pinilla, ¿ustedes están seguros de lo que están haciendo?”, dijo Torrijos tras el anuncio.

Pinilla ripostó. “Es que hay indicios muy fuertes, y confirmados por el servicio de inteligencia norteamericano, de que está [Torrijos] entregado a las izquierdas... que es un pro-castrista y eso está preocupando al Departamento de Estado y a la sociedad en Panamá... ”.

“Ustedes están cometiendo un grave error. Ese pueblo no soporta más improvisaciones, tiene esperanzas ambiciosas, ha estado muy mal guiado”, añadió Torrijos.

Pinilla le informa: “Hemos dado instrucciones al embajador de Panamá en México [José Toto Remón] para que comunique a las autoridades mexicanas que ustedes son asilados”.

Según Paredes, en ese instante Torrijos les dijo que no nació para morir en el exilio, y que entendería si decidían no acompañarlo.

Alquilan un bimotor de ocho puestos de Aerotaxis México. El recorrido fue pactado por unos 5 mil dólares, para lo cual debieron vaciar sus bolsillos y recurrir al embajador en México y a la cónsul de esa época, Emilia Arosemena, quien giró un cheque sin fondos, segura de que antes de que los bancos abrieran, Torrijos habría depositado el dinero en su cuenta.

Eran cerca de las 5:00 de la madrugada cuando abordaron el avión, que fue pilotado por el mexicano Luis Posada, a quien se le informó que se trataba de un viaje de emergencia porque el padre de Torrijos estaba grave.

En el hotel se regó la idea de que se habían ido de cacería por unos días, por lo que su ropa y maletas fueron dejadas en las habitaciones. Migración creyó la historia.

LAS MÁS LEÍDAS