Es el sueño de miles de personas, pero solo unos cuantos lo logran: obtener tierras del Estado por centavos –o menos– el metro cuadrado. Las caras más visibles de estos negocios son diputados y ministros y, en este caso, la diputada de Capira Yanibel Ábrego (Cambio Democrático), es de esas pocas privilegiadas. Y no es la primera vez.
La última adquisición es 18.4 hectáreas tituladas –divididas en dos fincas– ubicadas en la zona montañosa del corregimiento de Cirí Grande, en Capira, entregadas a Ábrego por la Autoridad Nacional de Administración de Tierras (Anati) el pasado 23 de marzo, a un costo de $120, es decir, menos de un centavo el metro cuadrado. Así, argumentando una “función social”, la Anati ha contribuido a que Ábrego acumule hectáreas de tierras en ese mismo distrito. Este medio lleva contabilizadas, al menos, 66.5 hectáreas obtenidas por la diputada de la Anati. Incluso, algunas ya fueron traspasadas a sus sociedades.
Sus “compras” al Estado no son nuevas. En julio de 2012, Ábrego pagó $60 por 9.4 hectáreas, es decir, a menos de $6.50 la hectárea o milésimas de centavo por metro cuadrado. La propiedad colinda con río Indio y la calle río Indio de Los Chorros de Jordanal, en Cirí Grande, Capira. Es aquí, precisamente, donde una vez más, Ábrego obtuvo en marzo pasado las 18.4 hectáreas que, según la funcionaria, usará para “actividades agrícolas”, de las que no dio detalles.
La primera finca
En Río Indio de Los Chorros –un lugar de exuberante vegetación virgen, con una población de 205 personas, según el censo de 2010–, Ábrego pagó a la Anati solo $6 por 1,900 metros cuadrados (ver facsímil).
La finca se ubica a pocos metros del mencionado río, considerado de gran importancia, no sólo para los campesinos y caficultores de la zona, sino también para la Autoridad del Canal de Panamá (ACP).
Los centavos que pagó la diputada por tierras nacionales –que se incluyen en su lista de propiedades en Capira obtenidas de la Anati– contrastan con los $22.20 por metro cuadrado que pagará la ACP por tierras nacionales en Panamá Oeste, en las riberas del Canal. En total, la ACP desembolsará al Estado $550 millones por 2 mil 361 hectáreas, tierras que necesita el país para proteger fuentes de agua y conservar el medio ambiente. ¿Cuánto se ahorraría la ACP si comprara las tierras al precio que paga Ábrego por las suyas?
De los terrenos que adquirirá la ACP, mil 611 hectáreas están en Peñas Blancas y La Arenosa, esta última ubicada en el tramo bajo de la cuenca del río, mientras que la finca titulada a favor de Ábrego –en Río Indio de Los Chorros– se encuentra en el tramo alto de la cuenca del río donde la ACP realizó, entre otras cosas, estudios de su flora, según un informe de la ACP sobre el diseño del programa de fortalecimiento de capacidades para el trabajo en la cuenca de río Indio, elaborado en 2018.
La cuenca del río Indio es una de las áreas seleccionadas por la ACP con posible potencial abastecedor de agua potable, por lo que no se descarta, de requerirlo, convertirlo en un reservorio multipropósito (ver nota relacionada). En este lugar, en Río Indio de Los Chorros, Ábrego edificó una vivienda, la cual terminó de construir en 2021, confirmó la propia diputada a este medio.
De acuerdo con residentes de la zona, “es una casa grande... Ella [Ábrego] escogió un buen lugar, porque está a orillas del río”. No es la única funcionaria con “una buena casa allí”, relataron. A poca distancia de la casa de Ábrego está la residencia de dos pisos de la representante del corregimiento de Cirí Grande, Paula Alonso, quien habría terminado de remodelarla recientemente.
La otra finca
Los ojos de la diputada también se posaron en un terreno más grande: Una segunda finca de 18.3 hectáreas, por la que pagó a la Anati $114 o $6.23 la hectárea (ver facsímil). La finca, también entregada el 23 de marzo de 2022, está ubicada en la misma zona de Río Indio de Los Chorros –donde sus residentes deben luchar contra masas de lodo– está a dos horas de la Interamericana.
“Nosotros no tenemos plata para comprar un pick up ni para viajar en helicóptero para llegar a nuestra casa, como muchos vecinos han visto llegar a la diputada (Ábrego)”, comentó un residente del sector de Caracoral, donde Ábrego posee otra extensa finca. Pero Ábrego negó tal cosa a La Prensa. Aseguró que viaja en su carro por una hora para llegar a sus fincas y que “nunca” ha viajado al lugar en helicóptero.
El residente narró que a los enfermos “hay que sacarlos en hamaca…”, pero en ese terreno, aseguran otros, Ábrego logró que su primo, el alcalde de Capira, Jorge Ramos desviara maquinaria pesada del municipio para abrir una calle.
“La retroexcavadora pasó por el centro de su finca en Caracoral. Metieron maquinaria del Municipio de Capira para hacerle la calle que pasa por el centro de su finca donde cultiva café”, confirmó otro residente (ver foto).
La Prensa conoció que, tras estos trabajos, el equipo pesado sufrió desperfectos mecánicos y desde marzo pasado es custodiado en una casa cercana a la escuela de la comunidad. Empero, un tractor municipal, aparentemente, se mantiene realizando trabajos en la finca de la funcionaria. “Ya no se puede mirar para allá, porque colocaron una cerca grande y tienen vigilantes”, relató una fuente que reside en la zona.
Cuestionada Ábrego sobre la maquinaria municipal en su finca, evadió responder. “El Municipio de Capira está realizando trabajos de mejoras a la calle de las comunidades de Caracoral, así como Las Claras, Jordanal, Arenilla, entre otras...”, indicó.
Este medio recibió información –no confirmada– de que Ábrego también habría adquirido hace poco tierras en La Arenilla y en El Cacao.
Un residente en Caracoral comentó a este medio que la representante de corregimiento, Paula Alonso, aseguró que, “de su bolsillo, gastó más de $4 mil en arreglos de la maquinaria para terminar los trabajos en esa comunidad”, pero se pregunta de dónde provienen esos fondos. La Prensa intentó obtener la versión de Paula Alonso, pero no respondió los mensajes enviados.
‘Te invito el mejor café’
Curiosamente, bajo este eslogan, la diputada Ábrego presentó en octubre de 2021, el proyecto de Ley 734, dirigido a otorgar incentivos económicos a los caficultores.
Lo que parecía una buena iniciativa legislativa esconde un negocio en puerta que emprendió la diputada en esa apartada zona montañosa: la producción de café. Así lo confirmó a este medio ella misma.
Su iniciativa legislativa, aprobada ya en primer debate, es promocionado en las cuentas de redes sociales de Ábrego y de los funcionarios que trabajan en su despacho de la Asamblea.
Se indica que el proyecto de ley es para “incentivar la producción, procesamiento y desarrollo del café”, mejorando sus condiciones de producción y el comercio de café “para los productores rurales”. Menciona, además, que se les dará créditos y ayuda financiera no reembolsable para la producción, desarrollo, siembra, renovación de cultivos, comercialización, propaganda nacional e internacional, tecnificación e industrialización del café.
Un mes antes de presentar su “iniciativa” y omitiendo que ella está en el negocio del café, en septiembre de 2021, Ábrego aprovechó que el titular de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), Eduardo Ortega, sustentaba su presupuesto en la Asamblea, para pedir el nombre del contacto de esa entidad a fin de que ella y su equipo de trabajo fueran enlace entre estos y los más de mil cafeteros de su circuito que necesitan “apoyo”. La respuesta de Ortega fue “el contacto soy yo”.
De compras
Otro de sus terrenos en Cermeño, Capira, fue adquirido en septiembre de 2017. La diputada pagó $10 mil por 7.5 hectáreas. Dicho terreno apenas había sido recibido en abril de ese año por el vendedor, una persona que no sabía leer ni escribir, quien pagó tan solo $1 al asentamiento campesino El Brigadier por la finca.
Ese mismo año, otra persona fue beneficiada por el mismo asentamiento: pagó $1 por la misma cantidad de tierras. Dos años después –en junio de 2019– la finca fue vendida por $10 mil a Ábrego, según el Registro Público.
Las transacciones de estos terrenos los inscribió Itzel Bello, actual funcionaria de la Asamblea Nacional, asignada como asesora legal en el despacho de la diputada Ábrego desde julio de 2016, con salario de $3,300 al mes. Bello aparece en varias sociedades privadas de la diputada y de su familia.
Sobre la compra de tierras a bajos costos, Ábrego le restó importancia. “Cada persona establece su valor de venta, y el mismo depende de diversos factores”, dijo la funcionaria a La Prensa. “Mis actividades particulares y comerciales están vinculadas a los bienes raíces, así como a la actividad agrícola”, indicó.
Sus negocios llevaron a la disputada a cuestionar al Gobierno por la falta de agua. Fue en una intervención suya en la comisión legislativa de Presupuesto, en junio pasado, cuando cuestionó al Ministerio de Economía y Finanzas por trasladar una partida de $4 millones al Ministerio de Seguridad. “Yo no tengo agua en Capira, tengo un proyecto de no sé cuántos años parado porque tenemos las tuberías sembradas y no hay agua, entonces ¿Cómo es posible que se haga este traslado?, se quejó.
Sin cuestionamientos
A juicio de Ábrego, la adquisición de tierras del Estado y sus “actividades particulares” no deberían ser objeto de investigación periodística. Dijo que no le parece “casual” que La Prensa la cuestione ahora, justo cuando formalizó su postulación por la candidatura presidencial de Cambio Democrático.
La funcionaria –que se hizo acompañar por el alcalde de Capira y funcionarios de la Asamblea en su postulación, arremetió contra este medio al afirmar que no se le dio cobertura a su acto (vea aquí las noticias sobre la postulación publicadas por La Prensa y prensa.com).
Añadió que podía “deducir” que las publicaciones de La Prensa “hacen similitud con una campaña sistemática en contra de nuestro proyecto político”.
VEA MAÑANA Funcionarios de la Asamblea, al servicio de los negocios de la diputada Yanibel Ábrego.
Fe de errata. Esta nota fue modificada a las 10:57 a.m. de este lunes 10 de abril. En esta nota, en el párrafo que indicó que: “La última adquisición es 20.2 hectáreas tituladas –divididas en dos fincas– ubicadas en la zona montañosa del corregimiento de Cirí Grande, en Capira...”. Se debió decir, “La última adquisición es 18.4 hectáreas tituladas –divididas en dos fincas– ubicadas en la zona montañosa del corregimiento de Cirí Grande, en Capira...”. En el párrafo que indica: “Este medio lleva contabilizadas, al menos, 68.3 hectáreas obtenidas por la diputada de la Anati”. Debe decir: “Este medio lleva contabilizadas, al menos, 66.5 hectáreas obtenidas por la diputada de la Anati”.