Federico Fellini, el legendario cineasta italiano, habría tenido los argumentos ideales para filmar la segunda parte de La dolce vita en Panamá: política, negocios, magnates, mujeres bonitas y mucho show.
Todos esos ingredientes sazonaron la visita que hizo al país el flamante primer ministro italiano, Silvio Berlusconi. Una de las hazañas que más ha disfrutado el mandatario panameño Ricardo Martinelli. Juntos, formaron la dupleta ideal para las fotos: rieron, se abrazaron, y a todo le sacaron un chiste.
La química que hubo entre ambos era tal, que parecía que se conocieran de toda la vida. No es para menos, tienen muchas cosas en común: la sangre italiana, los millones y su pasión por el poder, entre otros asuntos.
Sin embargo, dos acontecimientos se robaron la atención de los periodistas en la breve estadía del il cavaliere a Panamá: Federica Gagliardi, la rubia despampanante que lo acompañó; y la relajada escena que rodó el italiano con Martinelli en medio del discurso para inaugurar los trabajos de expansión del Canal, en Colón.