En Indesa hicieron estudios sobre el impacto de la minería en la economía. ¿En qué consistió?
Hicimos un análisis del impacto económico de Minera Panamá como una operación ya existente. Por eso evaluamos la actividad, no un análisis de costo beneficio. Eso se debió hacer antes de hacer una inversión de esa magnitud, como se hizo con el Canal. Eso no se hizo con la minera. Nadie lo hizo. Y ese es un error del país.
¿Panamá necesita minería metálica?
No. Hemos vivido sin ella. Si decidimos desarrollarla, lo correcto hubiera sido hacer el análisis completo antes de. No solo económico, sino también social, ambiental y humano, entre otros. Y no se hizo. Y aun con el país prendido, nadie lo ha hecho ni pedido.
¿Qué provocó la crisis que estamos viviendo? ¿La forma en la que aprobaron el contrato, el fondo del contrato o algo distinto al contrato?
Algo distinto. El contrato solo desbordó el vaso. Fue solo el detonante. El descontento generalizado es enorme, porque hay una altísima percepción de corrupción, falta de transparencia, rendición de cuentas y el sentimiento de que los poderes públicos abusan y se burlan de los ciudadanos.
Entonces, ¿se arreglará cuando solucionen el tema minero o ni así?
No. Se necesita arreglar este problema, pero no va a ser suficiente. La confianza en las instituciones y entre los mismos ciudadanos se terminó de perder. Ya nadie cree en nadie y eso es terrible y dificilísimo de resolver. Y ojo: eso también es culpa de quienes siguen votando por el mismo perfil de políticos. Los votantes son cómplices.
¿Cómo se reconstruye esa confianza ciudadana?
Reformando profundamente el Estado. No podemos pretender que nada distinto pase, si no hacemos eso.
¿Ve eso pasando antes de las elecciones?
No. Imposible.
¿Y después de 2024?
Si la sociedad se lo exige a los que ganan, sí. Y por eso hay que votar mejor. Si no, estamos listos para la foto.
$375 millones es el aporte anual de Minera Panamá al Estado. ¿Ganaríamos?
No. Más que ganar, es un ingreso. Porque como no hay un análisis completo de los costos, es un ingreso bruto. No sabemos si es una ganancia neta.
En este gobierno, la planilla estatal ha aumentado $1,000 millones. Sin ese aumento, ¿no nos hubiéramos beneficiado con el equivalente a tres anualidades de las minas?
Por supuesto. Y si hubieran usado eficientemente los escasos recursos, mucho más.
¿Qué gastos deberían eliminar ya?
Revisar los incentivos y excepciones fiscales, y los subsidios. Ya con eso tienes un montón.
El gobierno dice que sin el ingreso de la mina tendrían que eliminar hasta los subsidios... ¿Tanto dependen nuestras finanzas de esa operación?
No. Primero, el tamaño de los subsidios es varias veces mayor que el ingreso por la mina. Y además, muchos subsidios existen antes de la mina. ¿Cómo vas a eliminar algo porque no vas a recibir un ingreso que no recibías antes tampoco? Ese argumento no tiene sentido. Ahora, el otro lado. ¿Cuánto dejaría de ganar el Estado sin la mina? Los $375 millones por año acordados.
¿Qué pasaría con el nivel de endeudamiento público y con el déficit fiscal si eliminamos esos $375 millones de ingreso y el 5% de la producción nacional?
Más que eso, lo grave sería perder un eventual arbitraje y tener que indemnizarlos o rescatar el contrato.
¿Tendríamos cómo pagar?
No tenemos la liquidez para pagar eso. Así que tendríamos que pedir prestado el dinero para pagarlo. Eso es inconveniente.
La mina ofreció sentarse a dialogar. ¿Por qué eso le resulta mejor que irse ya a un arbitraje?
Porque evitan un arbitraje que es costoso, largo e incierto.
¿Debe el gobierno aprovechar esa oferta y sentarse a dialogar?
Creo que solo lo podría hacer si tiene el respaldo ciudadano. Si la ciudadanía no quiere contrato del todo, no hay ambiente para renegociar y habrá que terminar el contrato.
¿Cuál es para usted la mejor salida ahora mismo?
Ya no hay salida libre de costos. Creo que la menos costosa para el país, no la ideal, sería un contrato nuevo con mayor certidumbre a los ingresos y que garantice una fiscalización eficiente y profesional por parte del Estado para proteger los intereses del país.
¿El Estado puede supervisar una actividad del tamaño de la mina?
No. Y tendríamos que invertir en capacitación.
Ahora la petición popular es que la Corte declare el contrato inconstitucional. ¿Realmente eso nos libraría del problema?
Nos saca del atolladero hoy, pero pasamos al siguiente capítulo. Es qué hacer el día después.
¿Y qué se hace?
Las opciones que yo veo son un contrato en el que la mayoría de los ciudadanos esté de acuerdo, o que la mayoría de los ciudadanos decida que no quiere la actividad minera y esté dispuesta a invertir, como país, en la terminación de la actividad.
¿Qué actividad económica podría reemplazar el ingreso de la mina?
Los países que dependen del petróleo, por ejemplo, no tienen de otra que invertir en otras actividades sabiendo que el petróleo no es infinito. Peor nosotros no dependemos de la minería. Si se cierra la mina, simplemente desaparece la actividad y sigue el resto del país funcionando.
Su mensaje a los manifestantes pacíficos.
Aplausos y elogios. Pero sean propositivos y que sus peticiones sean viables.
A la minera.
Escuchen el clamor ciudadano.
Al Gobierno.
Escuchen el clamor ciudadano, pero al no violento y democrático.
A los ‘no a la minería’.
Defiendo su derecho a pedirlo, al igual que defiendo el derecho del resto de los ciudadanos que no lo piden. Disenso y tolerancia es democracia.
En las redes se siente odio contra quien sea que opine distinto. El que cuestiona las protestas vandálicas automáticamente es pro mina, por ejemplo. Su lectura.
Intolerancia que coquetea con la anarquía.
¿Y de los políticos y diputados que piden e impulsan ilegalidades?
Violación al Estado de derecho que solo termina aumentando la conflictividad en la sociedad.
¿Cuánto tiempo más aguanta Panamá cerrado?
Muy poco. Y los ciudadanos más vulnerables, nada. Ya hay lucha entre ciudadanos en el interior del país.
¿Quién tiene el liderazgo para mediar en esta situación?
No veo ningún liderazgo claro porque, nuevamente, ya nadie cree en nadie.
¿Qué sigue sin entender el gobierno sobre este tema?
Creo que están desconectados de la realidad, sin comprender la gravedad de la situación.
¿Qué tanto se puede ver afectada la inversión extranjera directa si se da por terminado el contrato de la mina? ¿Sería fatal, como se dice, o sería temporal y saldríamos adelante?
Si la terminación cumple con los rigores de un Estado de derecho, yo no veo problema. Lo grave sería que se tomen medidas arbitrarias que incumplan con los fundamentos de un Estado de derecho.
¿Como la propuesta de derogación del contrato que hicieron algunos ciudadanos y que acogieron los diputados?
Exacto. En vez de esperar que la Corte falle en derecho.
¿Y la consulta pública? ¿Es una estrategia del gobierno para hacer a la sociedad corresponsable por sus decisiones?
Eso es renunciar a sus obligaciones. Para eso elegimos gobernantes, para que tomen decisiones. Y en todo caso, lo hubieran hecho como se hizo con el Canal. Antes de y con los estudios y costos en mano.
A nivel reputacional, ¿nos dejará más daños Odebrecht, Panama Papers o esta crisis?
Creo que el daño para Panamá de casos de corrupción es infinitamente peor. Esto es parte del debate democrático. La corrupción simplemente es inaceptable.
¿Seguiremos despiertos o pronto nos volveremos a dormir?
Yo creo que esto marca un antes y un después.
Con este despertar, ¿cuántos de los panameños cree que ya entienden el daño político, social y económico de la corrupción y la impunidad?
No pierdo la esperanza de que ya muchos lo hayan comprendido.
¿Qué pasa si perdemos el grado de inversión? ¿Qué consecuencias tiene para el panameño común y corriente?
Todo préstamo nos costará más. A gobierno, empresas y personas.
¿Qué opina de los mensajes de las calificadoras de riesgo, del mercado y recientes publicaciones de analistas?
No me sorprenden. Son consecuentes con lo que está ocurriendo. Ya la deuda panameña está en un punto donde está más cara que otros países con nuestra misma calificación de riesgo. Así que el inversionista le está dando más duro a Panamá que las calificadoras.
¿Por la minera?
No. Esto viene de una situación fiscal que se viene deteriorando desde hace años.
¿Le preocupa más la parte económica o la parte política de esta crisis provocada por el contrato?
Política. El deterioro y amenazas al Estado de derecho que pueden repercutir en estabilidad social, política y económica.
Presupuesto 2024. ¿Tiene alguna justificación que tenga un aumento tan grande? 500% más que todos los años...
No tiene justificación. El país tiene que empezar a ser más austero.
¿Cómo se justifica que el presupuesto de la Asamblea tenga el tamaño que tiene?
Tampoco se justifica. Mira los resultados.
El presupuesto de Panamá, ¿es alto o bajo con relación a otros países?
Está en un punto medio. Pero más que el tamaño, lo grave es cómo se financia.
Los diputados no aprobaron el presupuesto de 2024. Aún pueden hacerlo, pero, ¿es mejor que se queden con el actual e igual hagan fiesta con los traslados de partida?
Ninguno es ideal, pero sería menos malo un presupuesto menor, que sería el de este año, que uno aumentado.
¿Por qué Panamá, creciendo en promedio mucho más que América Latina, tiene tanta desigualdad?
Mala asignación de los recursos públicos. La desigualdad se cierra con una inversión de resultados eficaces, en educación y salud. Esas dos cosas ya mueven la aguja. Aunque no se robaran un dólar mañana, el país va a seguir desigual,porque no solo hay que dejar de robar sino invertir mejor.
¿Seguiremos creciendo y siendo líderes en crecimiento en América Latina?
Muy buena pregunta. Todo dependerá de las decisiones que tome el país en los próximos meses. El gobierno con lo poco que le queda y los ciudadanos con nuestro voto.
En Panamá, ¿pagamos muchos impuestos, relativo a otros países en América Latina?
No. El nivel de tributación aquí es bajo.
¿Habría que aumentarlos?
Primero hay que hacer que aumente la recaudación con la ley actual. Y revisar incentivos y exenciones.
En otros temas, el 30% de los panameños trabaja en el Estado. ¿Cuáles son las consecuencias de eso?
Estancamiento socioeconómico.
En 2017 me dijo: ‘hay un excesivo poder y sin contrapesos en el Ejecutivo, el Legislativo es parroquial y no fiscaliza, la justicia está a la venta y no hay confianza en la capacidad ni independencia de quienes la imparten’. ¿Qué ha cambiado?
Nada. Parece que el tiempo se fue en vano.
¿Qué les responde a los empresarios que dicen que con Ricardo Martinelli estaban mejor?
Que no comprenden los fundamentos que producen desarrollo económico, social y humano a largo plazo.
Su consejo a Héctor Alexander.
No doy consejo a quien no me lo pide, pero me gustaría verlo hacer lo mismo que hizo cuando fue ministro antes: austeridad y mano dura. Y superávit fiscal.
¿Cuántos gobiernos de farra más aguantamos?
Los que los ciudadanos permitamos.
¿Qué tan abundante es el lavado de dinero de Panamá?
Menos que antes.
Su pronóstico de aquí a las elecciones.
No veo nada cambiando. Un país convulsionado y en confrontación.
¿Qué lecciones nos debería dejar esta crisis?
Al ciudadano, que con violencia no solucionamos los problemas. Y al gobierno, que el país necesita más democracia, transparencia y rendición de cuentas.
Si la crisis acabara hoy, ¿lo aprendimos?
Creo que no.
PERFIL
Economista con maestría en negocios. Socio director y presidente de Indesa, director independiente de varias empresas, vicepresidente de la Fundación Psoriasis y expresidente de la Bolsa de Valores de Panamá.