En la noche del domingo 2 de enero de 1955, el entonces presidente de la República José Antonio (Chichi) Remón Cantera estaba en el Club House del hipódromo Juan Franco disfrutando de la victoria de su yegua Valley Star. En cuestión de minutos, llegada las 7:30 de la noche, Remón fue herido de muerte con tiros de ametralladora y un disparo de pistola. Al llegar al Hospital Santo Tomás los médicos que lo recibieron lo declararon muerto. A partir de ese momento Panamá se enfrentó al mayor enigma de su historia republicana: “¿quién mató a Remón?”.
Esa noche, también murieron José María Peralta, miembro del equipo de seguridad del presidente Remón, quien recibió un disparo a corta distancia en la nuca. A su vez, también pereció Norberto Danilo Sousa, a quien algunos testigos habían señalado que se fue en una patrulla policiaca, pero luego su cuerpo fue encontrado en un lodazal en las cercanías del propio hipódromo, mientras que el patrulla en el que supuestamente se trasladaba apareció en la vía Transístmica, con agujeros de bala y manchas de sangre. El 14 de enero murió en circunstancias sospechosas el ganadero Antonio Anguizola quien fue herido de bala cuando departía con el presidente Remón la noche del magnicidio. Cuando estaba a punto de salir del hospital, según testigos de la época, se le aproximó un médico no identificado quien le aplicó una inyección. Anguizola murió ese día sin poder salir del hospital.
En la noche del 2 de enero, tomó posesión como presidente de la República el ingeniero José Ramón Guizado. El nuevo presidente hizo gestiones para hacer una investigación internacional del magnicidio de su predecesor, pero el 11 de enero, luego de unas sensacionalistas declaraciones del abogado Rubén Oscar Miró Guardia, Guizado es removido de la presidencia y juzgado de forma expresa por la Asamblea Nacional. Uno de los diputados que votó en contra de la condena de Guizado, un abogado denunció que en la Asamblea Nacional se estaban pagando en sobres cerrados a los diputados, para que condenaran a Guizado.
Una presidencia convulsa
José Antonio Remón Cantera llegó a la presidencia de la República en 1952, producto de un escandaloso fraude electoral contra su primo Roberto F. Chiari Remón. Antes de esas polémicas elecciones, Remón Cantera había sido comandante de la Policía Nacional, y como tal le había dado un golpe de Estado al presidente Daniel Chanis, en noviembre de 1949 y al presidente Arnulfo Arias Madrid en mayo de 1951. Con todo el poder político (y económico) en sus manos Remón Cantera se transformó en una figura querida y odiada.
En la página 16 del libro Panamá: 20 años después, el exmilitar Amado Sanjur presenta una revelación muy poco conocida. Al reseñar un intento “chiarista” para obtener armas, con las cuales se defendería el voto en mayo de 1952, se convocó una reunión en Miami, en la cual participaron altos militares de Cuba y México, una intermediaria panameña y un piloto estadounidense. El piloto se describe a sí mismo como un contrabandista y confiesa que en un vuelo en el cual llevaba oro de Sudamérica, y que aterrizaría en Panamá para cargar combustible, el entonces comandante Remón Cantera traicionó el acuerdo, se apropió del oro y metió preso al piloto por un tiempo hasta que lo sacó de Panamá. El piloto le dijo a los otros participantes de la reunión que había jurado vengarse de Remón. El nombre de ese piloto era Irving Martin Lipstein.
La mafia y la geopolítica de los Estados Unidos
La suerte de Remón Cantera estuvo decidida mucho antes de que fuera presidente de la República. Sus vínculos con el bajo mundo y con la inteligencia estadounidense, lo hicieron el hombre perfecto para que sirviera de puente entre las múltiples actividades de la mafia neoyorquina y sus operaciones en Sudamérica y el Caribe.
El jefe de esa mafia, nacido como Salvatore Lucania más conocido como Lucky Luciano, construyó una red mundial de tráfico de cocaína y heroína, contrabando de licor, proxenetismo, sobornos a funcionarios, juegos de azar, hoteles y empresas de transporte. Luciano estaba preso en Nueva York cuando se inició la Segunda Guerra Mundial. De acuerdo con una versión de History Channel, Luciano fue visitado por altos oficiales de la Marina de los Estados Unidos preocupados por la posible infiltración alemana en sus puertos. Como la mafia tenía mucha influencia sobre los sindicatos y empresas de transporte, la Marina pactó con la mafia para proteger los puerto
Más adelante Luciano colaboró activamente en la planificación y coordinación del desembarco de los aliados en el sur de Italia. Después de la guerra, la mafia y la recién creada Agencia Central de Inteligencia (CIA por sus siglas en inglés), colaboraron estrechamente para enfrentar un enemigo compartido: el comunismo.
La gente de Luciano controlaba el transporte y la distribución de la droga producida en Bolivia y Perú, que llegaba a Panamá y era enviada a Estados Unidos directamente por el correo en la Zona del Canal, o redistribuida desde la cercana isla de Cuba. La colaboración de la Policía Nacional con el visto bueno de la inteligencia estadounidense era esencial para el buen funcionamiento de la alianza CIA-Mafia.
El giro de Remón Cantera
El gobierno federal de los Estados Unidos funciona como un pulpo de ocho brazos. Aunque Remón Cantera mantenía estrechas relaciones con las fuerzas armadas y la inteligencia estadounidense, esa no era la misma situación con el Departamento de Justicia.
El 19 de octubre de 1953 fue detenida en la isla de Puerto Rico, la primera dama panameña Cecilia Pinel de Remón. Aunque la versión oficial de este incidente afirma que fue una confusión con respecto al pasaporte y los trámites migratorios de la primera dama. Existe otra versión que provino de quien entonces era un funcionario diplomático panameño. Según esta versión el gobierno de Estados Unidos detuvo a Pinel de Remón por sus vínculos con el tráfico de heroína. Para liberarla, el gobierno de Panamá tuvo que aceptar dos condiciones: que se incluyera la base de Río Hato en el tratado del Canal de Panamá que se estaba negociando, y que el gobierno del presidente Remón Cantera colaborase en la lucha contra el narcotráfico.
En diciembre de 1954 una representación del Congreso de Estados Unidos que trabajaba en el tema del combate al crimen organizado visitó Panamá y pudo reunirse con el presidente Remón Cantera para que el Tratado Remón Eisenhower pudiese ser considerado positivamente, por el Órgano Legislativo estadounidense.
El magnicidio y la CIA
Los cables entre las distintas estaciones de la CIA en América Latina y la sede central en los Estados Unidos, sobre el magnicidio de Remón Cantera, que han sido desclasificados, contienen importantes revelaciones.
El primer cable, con fecha del 3 de enero, proveniente de El Salvador, Nicaragua y Guatemala, divulga la sospecha de que el presidente de Costa Rica José Figueres pudo colaborar con el magnicidio de Remón Cantera, por su rechazo al militarismo en la región.
Otro cable que contiene información del 2 al 6 de enero, describe a Irving Martin Lipstein. Dos terceras partes del cable están en blanco, pero la parte visible documenta los datos del viaje Lipstein, que venía de La Guaira en Venezuela y que, aunque tenía pasaje para viajar a Italia, él quería volver a México, país del que era residente. Por la censura del cable no se puede saber si mencionó que Lipstein enfrentó una prueba de parafina que determinó, que en la noche del 2 de enero había disparado un arma, y por lo tanto fue detenido por las autoridades panameñas y posteriormente, debido a la presión del gobierno de los Estados Unidos y a la intervención del rabino de la Zona del Canal fue liberado, el 16 de enero.
La infinidad de sucesivos cables, demuestra la lucha burocrática entre la embajada de los Estados Unidos, la Brigada 470 del ejército de ese país acantonada en la Zona del Canal, y la estación de la CIA. También se intercambian especulaciones del rol de Arnulfo Arias Madrid, o de la influencia del presidente de Costa Rica José Figueres. Todas las agencias coinciden en la necesidad de vigilar a la “amenaza comunista”.
Otros cables de 1959, 1963 y 1971 revelaron que en el entorno del caso Remón, la CIA tenía muchas huellas. En estos documentos se afirma que Rubén Oscar Miró Guardia era un informante cotidiano de la CIA, y que Thelma King era considerada como uno de sus “recursos” en Panamá. Para ambos personajes los documentos detallan reuniones con oficiales de la CIA para conversar sobre asuntos panameños e internacionales.
Lo que ocurrió esa noche del 2 de enero de 1955 fue un magnicidio, que necesitó de un golpe de Estado contra José Ramón Guizado para descarrilar la investigación y esconder lo que verdaderamente ocurrió: un ajuste de cuentas en el cual la Guardia Nacional actuó como otro sicario más de la mafia internacional.