Bernardo Meneses, director del Instituto para la Formación y Aprovechamiento del Recurso Humanos (Ifarhu) hasta enero pasado, defiende su gestión: asegura que impulsó muchos correctivos, que presentó denuncias ante el Ministerio Público y que otorgó becas o auxilios (él no supo explicar cuál es la diferencia entre ambos programas) a casi todo aquel que lo solicitó y que contaba con buenas calificaciones académicas. Él dice que actuó en cumplimiento del reglamento de auxilios económicos, aunque la Autoridad Nacional de Transparencia y Acceso a la Información (Antai), que hizo una inspección al Ifarhu a finales de 2022, aseguró que el mismo es inexistente.
Hace un mes, el Ifarhu divulgó aquella información que Meneses resguardó con tanto celo: los nombres de 23,631 beneficiarios de los auxilios económicos no reembolsables y otros programas entre los años 2014 y julio de 2024. En ese periodo, se repartieron $380,833,655.91.
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Meneses, que buscó una curul en las elecciones de mayo de 2024, perdió la elección. No se supo nada más de él, hasta que la semana pasada circuló su fotografía en un aula de la Universidad de Panamá (UP), donde imparte clases como profesor. Esta entrevista pone fin a su ostracismo autoimpuesto.
¿Por qué habla ahora?
Es importante aclarar alguna desinformación que hay o que se ha dicho. Lamentablemente, la gente piensa que si algo tiene que ver con el Ifarhu, fui yo quien lo hizo, cuando fui director por tres años y medio. Eso es bastante importante aclararlo, ya que la lista que presenta el gobierno actual abarca un periodo de 10 años, en el que hubo cinco directores al frente de la institución. Yo puedo asumir la responsabilidad por lo que ocurrió durante nuestra administración, no por lo que sucedió en administraciones anteriores.
Vamos a preguntar directamente sobre casos que fueron muy cuestionados durante su administración. Por ejemplo, el auxilio económico a la hija de Zulay Rodríguez.
En el expediente figura una beca otorgada por una universidad en Estados Unidos a la hija de la exdiputada Zulay Rodríguez. Esta beca sí era deportiva. Sé que algunas personas comenzaron a cuestionar si era cierto o no, pero era totalmente válido.
¿Auxilio o beca?
La beca no cubría todos los gastos, por lo que se otorgó un auxilio para cubrir lo que no estaba incluido. Los padres también pidieron un crédito aparte, y luego ella solicitó lo que se llama una beca deportiva.
Habla de crédito y de beca deportiva… Explique la diferencia.
La diferencia es que todas las becas del Ifarhu, ya sean deportivas, culturales, por discapacidad o internacionales, se pagan bajo una sola partida, que se llama partida de auxilio económico. Nosotros creamos programas de becas para primeros puestos. Se le da una beca a un estudiante de primer puesto, ¡pum!... Sale de la partida de auxilio económico. Todas las becas que se pagaron en el Ifarhu en los últimos 20 años se pagaron bajo esta partida.
Sobre el auxilio al hijo del exdiputado Roberto Ábrego. Explique.
También había sido aceptado en una universidad, creo que con un costo bastante elevado. Si uno revisa el expediente, se dará cuenta de que todo lo que se le otorgó en ese momento también fue parcial, no completo.
Nuevamente, ¿beca o auxilio?
Todos eran becas.
¿Por qué las becas de Senacyt no están cuestionadas como las del Ifarhu?
Tengo conocimiento de que, en algunos gobiernos, hijos de ministros de Estado o personas allegadas a esos gobiernos recibían becas de Senacyt. El único problema es que no había inconveniente porque se pagaban bajo una partida de becas internacionales. En el caso del Ifarhu, se cuestionan porque se pagan con la partida de auxilio económico.
No es por cómo se llama la partida. Es a quién se le dio y bajo qué criterio. ¿Cuál fue el criterio que se usó para otorgar auxilios económicos durante su gestión?
Lo que establece la ley y lo que establece el reglamento.
Pero, ¿por qué en el contrato de unas personas dice “beca” y en el de otras dice “auxilio”?
No, todas dicen “beca de programa complementario de auxilio económico”, todas. Creo que hay que comenzar a cambiar la ley. En principio, en 2004, el artículo 69 de la Resolución 28 del 30 de diciembre decía que los auxilios, como lo dice la palabra, solo podían otorgarse a personas de escasos recursos. Esto se cambió en la Resolución 201 del 17 de marzo de 2015; a la necesidad económica se agregó la académica. Entonces, cualquier persona que dijera que necesitaba estudiar o quería estudiar podía recibir una beca.
Ustedes flexibilizaron el reglamento y se estableció que la necesidad se debía sustentar solo en ciertos casos discrecionales. Hoy, los auxilios no son reembolsables y no se otorgan por concurso.
Cuando llegué al Ifarhu, me encontré con que todos los contratos de auxilio económico no tenían cláusulas de retorno. ¿Qué significa esto? Que todos los auxilios o becas que se habían pagado antes de mi administración permitían al estudiante recibir ese dinero, estudiar durante 4 o 5 años y no tener ningún compromiso con el Estado. ¿Qué hice yo? Modifiqué los contratos para que todos los estudiantes que firmaran una beca de auxilio económico cumplieran con el retorno y la permanencia en el país por la cantidad de años que se les otorgó el auxilio y, obviamente, que trabajaran.
¿Por qué hubo tanta gente sin conexiones políticas que, teniendo méritos, no recibió un auxilio?
Cuando llegué al Ifarhu y me encontré con esta situación, me reuní con los cinco rectores de las universidades estatales para que la partida de auxilio económico se utilizara en beneficio de los estudiantes de esas universidades. De hecho, la mayoría de los concursos que hicimos no los escogía yo ni el Ifarhu, los escogían las universidades estatales. Si revisas la lista, verás que la mayoría de los estudiantes eran personas en situación de vulnerabilidad.
Repito la pregunta: ¿qué pasa con estas personas que, teniendo méritos, no recibieron auxilio, beca ni préstamo? Yo entrevisté a cuatro hace menos de un mes. ¿Qué puede responderles a esos jóvenes?
Yo también tuve una experiencia tal vez similar. Vengo de una familia muy humilde y también me ha costado llegar hasta donde estoy. Cuando llegamos a una institución como la que dirigimos, donde recibes miles de solicitudes, no solo del ciudadano común, sino también de muchas instituciones públicas que envían solicitudes sobre jóvenes que van a sus despachos a solicitar beneficios, a menudo se trata de hacer evaluaciones.
Lea aquí el Knockout 'Los auxilios económicos que no fueron'
Los hijos de Roberto Ábrego, Eyra Ruiz y Zulay Rodríguez… ¿Fueron a pedirle auxilio a usted, o fue casual?
No fue casual. Cuando uno está en una institución del Estado y forma parte de un partido político, a menudo escucha “¡Ah!, mira que el que está allí es el director... Anda a ver si consigues una cita”. Créanme que hubo gente que estuvo años pidiendo citas y no se les recibió.
Pero, ¿cuál era el criterio? ¿Por qué a ellos sí y a estos cuatro que yo entrevisté no?
A esos cuatro tal vez no se les dio, pero sí se les dio a más de 6,000 o 7,000 panameños de a pie, hijos de obreros y ciudadanos.
¿A qué hijo de diputado se le dijo que no?
Te puedo poner a Dios de testigo, no te voy a mentir: llegó a mi oficina…
¿Quién?
No puedo darte el nombre ahora. Se le negó porque el muchacho no tenía las notas suficientes; era un estudiante que lamentablemente tenía fracasos en su universidad. Le dije que no tenía los méritos académicos para recibir un beneficio en la institución.
También se decía que había que llevar cartas de referencia. ¿Cómo así?
Habría que preguntárselo a los funcionarios, porque en mi caso jamás pedí una carta de referencia.
Pero gente con nombre y apellido denunció que le pidieron llevar una carta de referencia. “Dile a un político que te ayude”, les decían.
Ese estudiante debía denunciar a la persona que se lo estaba pidiendo. Yo presenté ocho denuncias ante el Ministerio Público. Las personas que están siendo enjuiciadas o investigadas en la actualidad han sido resultado de las denuncias que presenté.
¿Qué se siente al ver las historias de miles de panameños que no recibieron auxilio?
Créanme que muchas veces me siento reflejado en ello, porque sé lo que es estar en esa posición.
Ahora es docente en la Universidad de Panamá, la universidad en la que se le negó auxilios a varios alumnos.
Ahora no. Soy profesor desde hace cuatro años y medio. Hace como dos años y medio, un vicerrector hizo una declaración pública en una graduación, señalando que ningún director había dado tanto a la UP como el director Meneses. Puedes preguntar a la vicerrectoría de Asuntos Estudiantiles quién ha sido el director que más beneficios ha dado a los estudiantes de la UP en los últimos 20 años.
Usted fue contratado en agosto de 2020 y un mes después, en septiembre, la esposa del rector Eduardo Flores recibió un auxilio económico. ¿Cómo se justifica eso?
Primero, toda mi vida me he preparado para ser docente. Segundo, entiendo que la profesora [Lourdes] Arjona no era esposa del rector en ese momento; no sé si era su pareja, pero no era su esposa. Ellos se casaron en 2022. La universidad tiene un programa llamado Relevo, creado por nosotros, que brinda la oportunidad a docentes investigadores y profesores asistentes.
¿Cómo llegó la solicitud de ese auxilio al Ifarhu?
A través del programa Relevo. No solo el de ella; muchos docentes recibieron beneficios del programa.
¿No pasó por el rector Flores en ningún momento?
La verdad, no sé cómo se escoge la plataforma Relevo. Me imagino que por medio de la facultad y que ella representa tal vez a la Facultad de Ciencias Exactas, porque entiendo que es del área de química, si no me equivoco.
¿No entiende que eso genera suspicacia?
Totalmente, pero te digo que comencé a ser profesor hace cuatro años y medio porque un profesor me informó sobre una vacante en Santiago de Veraguas. Hay un video en el que se dice que el rector me está pagando un favor. No hay forma de que el rector me pague un favor, porque ni siquiera sabía que era docente en Santiago de Veraguas.
¿En qué horario era docente?
Nocturno y sabatino, según lo permite la ley.
¿Tres horas a la semana?
A veces daba siete u ocho horas, dependiendo de la semana.
¿Cómo le recibieron los estudiantes?
He tenido hasta la fecha más de 1,200 estudiantes.
¿Cómo se justifica que el 26% de los funcionarios del Ifarhu haya recibido auxilios económicos, algunos hasta 6 o 7 veces?
Cuando un funcionario entra al Ifarhu, uno de los beneficios, que no instauré yo, es la beca para estudiar. Es un derecho que tienen los funcionarios.
¿Es exactamente lo mismo recibir una beca por méritos que un auxilio económico?
Como está estipulado en la ley actualmente, sí. Por eso es necesario cambiarlo. Se recibió una beca de excelencia, pero se pagó con la partida de auxilio. Lo que sí es falso es que alguien diga “yo pedí un préstamo y me dieron un auxilio”. Los préstamos se gestionan en la dirección de crédito; son otro trámite, con otros requisitos y reglas, mientras que los auxilios tienen otro reglamento.
¿Considera que fue un buen director?
Hice cosas y ayudé a jóvenes panameños que jamás hubieran sido vistos en este país. ¿Cometí errores? Claro. Muchas veces uno comete errores porque es nuevo; era mi primera experiencia como funcionario. Creo que, muchas veces, recibía solicitudes de muchas instituciones del Estado, no solo de la Asamblea, y sentía que era una prioridad ayudar a esos estudiantes porque venían recomendados. No estoy diciendo que me refería a los estudiantes que mencionas.
Hay personas que recibieron auxilios que tenían los mismos méritos que otras personas que estuvieron un mes afuera del Ifarhu y no recibieron. ¿Por qué?
No sé si estaban un mes afuera del Ifarhu, pero nosotros tratábamos de dar beneficios a la mayor cantidad de estudiantes posible. Si hubiera sido por mí, habría intentado cambiar la ley.
¿Usted piensa que otorgó auxilios o becas para carreras realmente importantes? ¿“Moda” también es importante en un país con carencia de médicos, por ejemplo?
Es un tema cultural. No puedo decirle a un estudiante “tienes que estudiar esto”. Me ha tocado lidiar con un programa que tiene más de 20 años de existencia.
¿Por qué decidió ocultar los nombres de los beneficiarios de los auxilios económicos alegando que eran datos personales, en lugar de optar por la transparencia?
Porque la ley era clara.
Entonces, ¿el presidente José Raúl Mulino violó la ley al publicar la información?
No voy a decir que violó la ley en absoluto, pero si vas a la Corte, había un fallo que establecía que la publicación de estos datos no era legal. De hecho, en la solicitud que hizo el diario La Prensa ante la Corte Suprema, los magistrados dijeron que no era legal que se publicaran esos datos.
La ley dice que el Ifarhu tiene la potestad de publicar cada tres meses los nombres de los beneficiarios de la institución…
Y entregamos ese documento a la Dirección de Planificación de manera periódica. De hecho, un colega tuyo fue y lo buscó. Los datos que no teníamos eran tal vez los montos y las carreras, porque muchas veces los estudiantes temen que los amenacen.
¿Había un límite?
Sí, creo que era alrededor de $180,000 o $190,000.
Se pagaron carreras en universidades bastante comunes a precios de Harvard. ¿Por qué?
Eso ocurrió durante la administración del presidente Varela.
¿Cómo se justifican auxilios de $200,000 para estudiar francés?
Eso no fue durante nuestra administración.
(Primera de dos entregas)