‘Falta debate político. Solo piensan en lo que les da o les quita votos’: Juan Forch

‘Falta debate político. Solo piensan en lo que les da o les quita votos’: Juan Forch
El consultor político chileno Juan Forch. Cortesía


Electoralmente, ¿hoy entre quién y quién ve la elección presidencial?

Entre Roux, Lombana, Torrijos y, quizá, Zulay.

¿Eso es si Martinelli no corre?

Sí, claro. Si él corre, lo más probable gana.

¿A Gaby Carrizo le ve probabilidades?

Ninguna.

Usted asesoró tanto a Torrijos como a Lombana. ¿En su concepto, a Torrijos le juega a favor o en contra tener experiencia?

A favor.

¿Y a Lombana, le juega a favor o en contra no tenerla?

Le juega a favor no tenerla.

¿Por qué a uno le juega a favor lo mismo que al otro le juega en contra?

Porque el electorado tiene una mala opinión en general de los que presidentes que ya lo han sido, pero Torrijos tiene una presidencia menos criticable que la del resto de los presidentes vivos. Y por otro lado, hay un sector del electorado que quiere caras nuevas, y esa sería la de Lombana.

Fuera de ellos dos, las fortalezas de cada candidato.

Roux tiene el apoyo de dos partidos fuertes. Zulay es capaz de hablarle a la gente en su idioma. Gaby, su esposa… y no la está usando. Maribel tiene una visión política definida. Y Melitón, no lo conozco.

¿Y Martinelli? ¿Cómo explica ese fenómeno?

Es mi gran incógnita. Tengo años estudiándolo y estoy esperando verlo en acción para ver si me da algunas luces. Hay fenómenos políticos en diferentes países que no tienen una directa relación con la historia política del país. Como Milei, Bucaram y Bukele: son casos de estudio que no obedecen a las tradiciones políticas, pero realmente se comunican con el electorado.

Ahora hablemos de las debilidades de cada candidato. ¿Por dónde le entra agua al barco de cada uno?

La debilidad de Torrijos y de Zulay es tener que armarse una imagen por fuera del PRD estando tan identificados con ese partido. A Lombana, ser una cara nueva le juega a favor y en contra. De Roux, su imagen burguesa y su dificultad de hablarle al pueblo llamo. Maribel le habla a un sector muy politizado y minoritario. Gaby actúa como si ya hubiera ganado las elecciones hace seis meses: no está consiguiendo votos porque cree que ya los tiene. Y la debilidad de Martinelli son sus problemas legales.

¿Que le rechacen tantos recursos legales lo victimiza y por tanto lo ayuda, o lo afecta?

Yo lo veo a él como inoxidable. Lo que él hace en general le juega a favor, se victimice o se convierta en superhéroe. Su simple aparición le suma. Su fenómeno es capaz de convertir las críticas en elogios y las acusaciones en fortalezas.

Su lectura del ‘robó pero hizo’.

Es una frase realmente insólita. Que la gente acepte que alguien robe a cambio de que haga lo que demuestra es una profunda debilidad de la política y los políticos.

¿Lo de los seguidores de Martinelli califica como fanatismo?

Es una expresión de rebeldía. El que tiene la imagen de antisistema extrañamente es él: si están con él, descartan a todo el resto.

Pero curiosamente son más apasionados y se sienten más ante la crítica los seguidores de Lombana…

Quizá porque quienes lo apoyan lo ven como el distinto y lo suponen impoluto. Y se cierran a cualquier crítica porque de alguna manera crean un fanatismo a su alrededor.

¿Usted es de los que cree que Martinelli está donde está porque la gente no deja de hablar de él?

Sí. Él es un productor de noticias y eso le da vigencia.

¿Deberían los candidatos dejar de hablar de él?

Es necesario esperar a ver si va a correr o no. Pero creo que por ahora deben enfocarse más en ellos mismos que en él.

¿Qué mandaría a hacer hoy a cada candidato?

A todos les diría que el país no vota. Que los que votan son los ciudadanos. No hablen tanto del país, sino más a los ciudadanos. Que se preocupen de la vida de los ciudadanos, sus esperanzas, ilusiones y sueños. Que solucionen los problemas de los ciudadanos, no los del país.

Usted le llevó la campaña a Lombana en 2019. ¿Por qué no lo hizo esta vez?

Porque mi compromiso con él fue que si Martín corría, yo lo iba a apoyar. Y Martín corrió.

Pero usted solo apoyó a Martín hasta junio de 2023. ¿Por qué dejó de trabajar con él?

Porque hubo diferencias con el equipo asesor y yo preferí apartarme.

¿Es cierto que usted recomendaba hacer lo que luego no se hacía?

Sí.

¿En qué ha mejorado y en qué le falta mejorar a Lombana?

Del independiente de 2019 pasó a ser un político hecho y derecho, con organización, cobertura nacional y candidatos. ¿Qué le falta? La experiencia de gobierno.

¿Haber creado un partido lo ayuda o no?

Sí. Los partidos son la movilización ciudadana con la que se activan los candidatos. Por eso le hace tan bien a Roux tener dos partidos que lo apoyan. Lombana no tuvo eso en la primera elección, y con apoyo organizado hubiera ganado.

¿Y por qué hoy no lo pone como ganador?

Porque para la campaña necesita comunicación, activación y movilización, y eso está por verse.

¿Haber llamado a su partido movimiento y no partido le ayuda?

Le ayudó en un principio, aunque hoy día da lo mismo.

¿Le pasará factura el incidente con el otro Ricardo Alberto?

No. Eso lo aprovechan los adversarios y está bien que lo aprovechen, pero no tuvo gran peso.

¿Quién es el líder de la oposición hoy?

Sin sonar lombanista, creería que Lombana.

¿Cómo se caracteriza este gobierno?

Tiene una forma obsoleta de hacer política. Es un sistema nominalmente democrático que no considera la participación ciudadana. Está más preocupado de los intereses de la clase política que de los intereses y necesidades de los ciudadanos.

¿Usted es de los que piensa que no importa lo que se hable de uno, lo importante es que se hable de uno?

No. Depende de las proporciones en las que se hable bien o mal. Sí es importante que hablen, pero una de las funciones más importantes de una campaña es orientar qué es lo que la gente tiene que hablar de uno.

¿El apellido Torrijos pesa para bien o para mal en esta elección?

En los sectores del PRD, para bien. Sobre todo si se mantiene alejado de la dirigencia actual del PRD.

¿Torrijos debió correr, en su concepto, por el PRD?

No. Creo que hizo bien en salir.

Su lectura de que haya tres candidatos del PRD.

Los debilita a los tres.

Pero entre los tres, ¿cuál ganaría hoy?

Martín. El fenómeno de los partidos en Panamá es insólito. El 52% de los panameños están inscritos en partidos, y el PRD tiene más de 700 mil adherentes. Pero Cortizo ganó con menos de esa cantidad de votos. Le bastó hacer campaña dentro de su partido. Hoy son tres candidatos que se dividirán esos votos, así que tendrán que salir del partido a buscar sus votos.

¿Con qué porcentaje cree que ganará el próximo presidente?

Creo que se repetirá el tercio con el que ganó Cortizo.

¿Se puede gobernar ganando con el 33% la elección?

Es difícil, pero se tendrá que poder.

¿A quién se le endosarían los votos de Martinelli hoy? ¿A Mulino o a Zulay?

Yo creo que el endoso no sería automático. Si él no corre, habrá un reordenamiento completo. Pero más le endosaría a ella, indudablemente. Mulino no tiene arrastre. Él pertenece a otra raza. Tiene cara de ministro de Seguridad.

¿Quién tiene menos empatía que él en política?

Quizá Ameglio.

Si Roux es tan distinto a Martinelli como dice ser, ¿no hubiera sido más estratégico hacer carrera en otro partido?

Roux creció con la debilidad de Martinelli. Y cuando este se recuperó, ya Roux no quiso volver a ser el segundo. Los partidos se dividen cuando hay dos grandes liderazgos opuestos. En un mismo partido no pueden coexistir dos tiburones de ese tamaño.

¿Haber sido ministro los cinco años de Martinelli y haberlo defendido de la ‘persecución política’ le resta o no?

No creo, porque ya la gente no se acuerda de eso. Y con la gente mirando a futuro, volverlos conscientes de eso es difícil.

Para usted como estratega, ¿es mejor candidato Rómulo o Blandón?

Blandón es mejor político. Pero Roux está haciéndose de su segundo lugar en 2019, en contra del cuarto lugar de Blandón.

El aspecto que más va a pesar en estas elecciones.

La valentía que tomó la gente con el tema de la minería y que le dará mayor valor al voto. La gente va a pedir más que antes a cambio de su voto.

¿Odebrecht será un aspecto importante o no?

Creo que eso quedó en la historia, y más porque el juicio es después de la elección.

¿Qué hace diferente el proceso electoral panameño?

Que aunque no oficialmente, Panamá lleva un año en campaña y le quedan tres. Un año y tres meses es una locura. Y como no hay legislación en el tema de redes sociales, la gente va a llegar agotada a la elección. Eso tendría que regularse. Además de que como el gobierno se anuló a sí mismo, se habla ya más del próximo presidente que del actual.

¿Qué político entiende al panameño?

No hay una comprensión real de la sociedad panameña. La política en Panamá necesita de mucho estudio, investigación, reflexión y debate. No hay un diálogo político serio. Hay diálogos sobre candidaturas, pero no sobre política. No se sabe la diferencia entre la posición política de los partidos. Eso no existe. Se basan en personalismos transitorios, que no son como Torrijos o Arnulfo Arias… que sí tenían posiciones claras.

Su lectura del fenómeno Juan Diego Vásquez.

Tuvo desde un principio una característica especial: fue de frente y con lo que él consideraba la verdad. Y la gente vio en él a alguien dispuesto a jugársela. Eso lo premia la gente.

¿Debió correr o cumplir su promesa de no reelegirse?

Cuando la gente ve que alguien no cumple su promesa, pero que lo beneficia a ellos, está dispuesto a perdonarlos. Pudo haber sacado una excusa para correr de nuevo.

Su lectura de Vamos.

Una buena idea, aunque la legislación atenta contra los independientes.

Su opinión de la designación de Mayer Mizrachi como candidato a alcalde capitalino de Martín Torrijos.

Sorpresivo e insólito.

Su lectura de José Luis Fábrega.

Ahí es donde se necesitan buenos partidos. Los ciudadanos merecen buenos candidatos. No presentar buenos candidatos es una irresponsabilidad de los partidos.

Algo que usted nunca ha entendido de Panamá.

Cómo no explotan ni valoran su riqueza cultural.

En la campaña pasada la consigna era “no a la reelección”. Ahora es “no vas”. Su lectura.

Es tremenda descalificación. Peligroso a futuro, además, porque la principal función de los candidatos es reivindicar la política.

Diferencia en una elección cuando hay segunda vuelta y cuando no la hay.

La segunda vuelta legitima al vencedor. Es sano para la democracia que los vencedores sean elegidos con más del 50%.

¿Qué peso tendrá la estructura de los partidos en esta elección?

Bastante menos que en las elecciones anteriores. Será una elección más personalista que de partidos, porque en estos últimos cinco años se ha producido un acelerado desprestigio de los partidos políticos. Ha habido desmembramientos y divisiones importantes en CD y en el PRD.

¿Le ve más o menos oportunidad a los independientes que en la última elección?

Más.

El Milei y el Bukele de esta elección.

No veo a ninguno de los dos, fíjate. Son fenómenos muy excepcionales construidos por constelaciones que se formaron de maneras inexplicables.

¿Con cuál de los dos se queda usted?

Ninguno de los dos ni me seduce ni me representa.

¿Quién sí lo seduce o lo representa?

Hoy día, nadie.

¿Melitón Arrocha dice lo que otros no se atreven porque es valiente o porque no tiene nada que perder?

Porque no tiene nada que perder.

¿Y Zulay Rodríguez? ¿Por qué dice lo que otros no dicen?

Eso no significa que tenga la capacidad para resolver lo que critica. Criticar es muy fácil: proponer no.

¿Esa voz que pone Zulay a punto de llorar la ayuda a ganar simpatías?

No. Los gobernantes necesitan ser fuertes, no mostrarse débiles.

¿En qué se parecen y en qué se diferencian los hastíos ciudadanos de Chile y de Panamá?

Se parecen en que antes de las elecciones tienen muchas esperanzas y después comienza la etapa de la frustración y la decepción. Se diferencian en que en Chile hay mayor debate político antes, durante y después de las elecciones.

Los problemas urgentes son los mismos en todos nuestros países. ¿Por qué nada cambia?

Uy, la pregunta difícil. Porque no logramos tener buenos gobernantes.

¿Cuánto le interesan realmente las constituciones a la gente?

Difícilmente las entienden. El problema es que las sufren.

¿La izquierda en Panamá agarró fuerza o la perdió con las protestas por el contrato minero?

Creo que ni lo uno ni lo otro.

¿Qué tan distinta es Maribel Gordón de Saúl Méndez?

Ella es mejor comunicadora.

Religión y sexualidad. ¿Hacen bien los candidatos en no asumir posiciones claras?

Ahí es donde te digo que hace falta debate político. Solo piensan en lo que les da o les quita votos. Eso requiere de una verdadera discusión, independientemente de lo electoral. La última declaración del Papa le da una señal a los políticos panameños para que empiecen a pronunciarse.

¿Qué hace distinto al votante panameño?

Sufre más frustración porque en la época no electoral hay menos debate.

¿En los otros países los votantes son tan desmemoriados como nosotros?

El problema es que el votante latinoamericano tiene problemas urgentes, que necesitan soluciones urgentes. Entonces cuando votan piensan en empleo, seguridad, salud y educación, no en los escándalos de los políticos.

¿Y al político panameño, qué lo distingue de los políticos de los otros países?

El nivel de la discusión política es menor. Son más electorales que políticos.

¿En Panamá hay ideología?

Poca.

¿Somos más izquierda o derecha?

Más inmediatistas.

Usted fue comunista. ¿Por qué dejó de serlo?

Porque quise enfrentar el futuro mirando el futuro.

¿Por qué no hay que ser comunista?

Porque el comunismo es una ideología absolutamente del pasado, y hay que mirar hacia adelante. Estamos mirando el futuro por el retrovisor. Es el gran drama de Latinoamérica.

Independientemente de la regulación, de cada dólar, ¿cuánto debería invertir un candidato en publicidad y cuánto en organización territorial?

Hay que dividirlo en tres, no en dos. Investigación, organización y comunicación. Por partes iguales. A los candidatos les cuesta mucho entender la importancia de la investigación. Se necesitan encuestas, pero bien pensadas y con la información necesaria.

Todos piensan que la que ellos hacen es la que dice la verdad…

Sí, pero quién va primero, segundo y tercero es lo menos importante. Es poder entender al electorado y en qué país están.

Su lectura de las fallas recurrentes en las encuestas a nivel global.

Es porque todo el mundo quiere que las encuestas sean predictivas, y una encuesta es la foto del momento.

Pero antes no fallaban tanto… ¿o sí?

Es porque ahora se usan políticamente. Hacen la encuesta, se ponen de primeros… y la publican. Hay mucha encuesta mal hecha y también mal usada. Las únicas encuestas en las que uno puede confiar son en las que uno manda a hacer, supervisa y analiza.

¿Cómo saber que un mensaje es efectivo, si las encuestas fallan?

Con tus propias encuestas.

¿La elección se define ese día o está definida desde antes?

Ese día.

El pecado capital de un candidato.

Creer que ganó antes de ganar.

¿Cómo puede un consultor hacer que un político gane cuando llega a otro país cuya cultura no conoce y nunca ha sido político?

Eso es suponer que un ingeniero no puede hacer un puente en un lugar que no conoce. Uno se informa, estudia, investiga, hace encuestas y conversa con la gente. Y hay técnicas de comunicación en las que uno se especializa porque ha participado en muchas elecciones.

¿Por qué cree que su cliente Alejandro Guillier perdió contra Sebastián Piñera en 2017? ¿Qué falló?

El apoyo del Frente Amplio en la segunda vuelta.

¿Cuál de sus candidatos ha ganado?

Alejandro Toledo en Perú, Carlos Flores en Honduras, Martín Torrijos en Panamá, Patricio Aylwin y Eduardo Frei en Chile. Y en otras no he ganado, aunque la obligación de los consultores no es ganar siempre. Hay casos en los que sabes que no vas a ganar, pero los preparas para la próxima elección.

Usted fue una de las mentes detrás de la campaña que puso fin al régimen de Pinochet, que quedó incluso plasmada en el documental No (disponible en Netflix). La lección que le debió dejarle al mundo esa campaña.

Que cuando hay una real expresión ciudadana, ni siquiera la más fuerte dictadura es capaz de soportarla. Lo que hicimos ahí fue una práctica de comunicación democrática en contra de una campaña que era muy soberbia y que reflejaba muy claramente los principios de la dictadura.

Usted también asesoró a Samuel Lewis. ¿Por qué no corrió? ¿Es más cómodo ser el poder detrás del poder?

Yo estuve en un par de reuniones y conversamos, pero la decisión de no correr la tomó él.

¿A quiénes más ha asesorado en Panamá?

A nadie más.

Su experiencia más importante.

La del plebiscito del No en Chile.

La más interesante.

La de Toledo en Perú, por ser Perú un país multicultural con complejidades interesantes a nivel comunicacional.

Más retadora.

La de Guillermo Ungo en El Salvador. Retadora y frustrante. Fue en 1989, El Salvador estaba en guerra y en dictadura, el doctor Ungo vivía en Panamá y viajaba permanentemente, y todas las fuerzas democráticas estaban apoyándolo. Pero tres días antes de la elección el FMLN declaró los centros de votación como objetivos de guerra y prácticamente no tuvimos participación en la elección.

Como estratega, lo más difícil de hacerle entender a un candidato y a un partido.

Lo de las investigaciones que te comenté, y el mesianismo. Convencerlos de que ellos no son la solución universal, sino gente que se tiene que sentar a trabajar para resolver los problemas del país.

Campaña sucia. ¿Los candidatos cumplen el pacto ético electoral?

No necesariamente, pero es importante que exista y que se comprometan a cumplirlo. No creo en campañas sucias, pero en toda campaña hay voluntarios para eso.

Usted es cineasta. ¿Cómo titularía una película de la política panameña?

Aunque no lo creas.

***

PERFIL

Chileno. Estudió Periodismo y Cine. Fue reportero gráfico del diario Las Últimas Noticias y jefe de Fotografía de la Revista Ramona; asistente de dirección y director de documentales de la empresa estatal de cine, Chile Films; periodista de la Revista de la Construcción y del Departamento de Comunicaciones del Ministerio de Industria y Comercio de México. Estudió y trabajó en el Estudio de Cine de Animación de la DEFA en Alemania. Trabajó en publicidad comercial y desde 1988 trabaja en comunicación política. Fue uno de los tres directores de la Franja de TV por la opción NO en el plebiscito de 1988 en Chile, director creativo de la campaña de Patricio Aylwin (1989), director de la Franja de TV de Eduardo Frei (1993), consultor en comunicaciones y campañas electorales en Honduras (Carlos Flores), Perú (Alejandro Toledo), El Salvador (Guillermo Ungo), México (Cuauhtemoc Cárdenas), República Dominicana (Hipólito Mejías), Panamá (Martín Torrijos y Ricardo Lombana) y Chile (Alejandro Guillier). Ha dirigido varios programas de televisión y publicado 10 libros.


LAS MÁS LEÍDAS