Figuras representativas dentro del Partido Revolucionario Democrático (PRD), como Pedro Miguel González y Benjamín Colamarco, han sugerido la renuncia de los directivos que integran el Comité Ejecutivo Nacional (CEN), con el fin de impulsar una renovación.
Estas declaraciones surgen después de la abrumadora derrota del partido en los recientes comicios generales del 5 de mayo, en los que su candidato, José Gabriel Carrizo, solo logró obtener el 5.83% de los votos válidos emitidos, colocándose en el sexto lugar, incluso por debajo de su copartidaria y ahora aspirante por la libre postulación, Zulay Rodríguez.
Colamarco, quien desempeña como jefe de la Secretaría de Seguimiento a la Ejecución y Cumplimiento del Ministerio de la Presidencia, anteriormente conocida como Secretaría de Metas, destacó que lo más conveniente para los miembros del CEN es “renunciar de manera ordenada”, con un plan de salida establecido.
Es importante recordar que el CEN del PRD es presidido por el diputado bocatoreño, Benicio Robinson. Como primer vicepresidente se encuentra también el diputado Crispiano Adames, y como segundo vicepresidente, Rogelio Paredes, quien actualmente ocupa el cargo de Ministro de Vivienda y Ordenamiento Territorial.
Colamarco opinó que dentro del partido es necesario hacer un balance de la situación socio-política y electoral, abrir espacios para el recambio generacional y establecer nuevos objetivos. Además, instó a convocar a un directorio nacional con el objetivo de seleccionar nuevas autoridades.
Otro dirigente del PRD que se refirió al tema fue el exdiputado Pedro Miguel González, quien expresó en el noticiero de TVN que debe haber una “renuncia rápida” de todos los miembros de la dirección del partido, para así convocar a un directorio nacional.
Es relevante señalar que Carrizo solo superó a Maribel Gordón y Melitón Arrocha en los comicios, aunque este último ya había abandonado la campaña y estaba solicitando votos para Martín Torrijos. Si se excluye a Arrocha de la competencia, Carrizo habría quedado penúltimo.
Este desempeño es considerado deficiente para un candidato del gobierno, especialmente considerando la alta visibilidad que Carrizo tuvo como vicepresidente de la República. Durante un debate, llegó a proponer reducir la semana laboral de cinco a cuatro días y aumentar el salario mínimo mensual a $1,000.