¿Cómo le explicaría el problema de los migrantes de Darién a una persona que no conoce del tema?
Son muchas personas tratando de atravesar muchos países, en sus zonas más difíciles y peligrosas, buscando una vida mejor. Personas con sueños, con expectativas, con familiares que necesitan de ellos en sus países de origen. Que se someten a violencia, abusos, hambre y enfermedades, que ponen en peligro sus vidas y se entregan al destino.
¿De cuántas personas hablamos?
El año pasado fueron 130 mil y este año van 221 mil. Y no ha terminado el año.
¿En cuánto se calcula el subregistro?
La mayoría de estas personas no tiene ni un documento. Los gobiernos no saben cuántos migrantes irregulares tienen… Solo tienen lo que el migrante dice.
¿Hay información de quiénes pasan por nuestra frontera?
Se sabe de nacionalidades, género y que 14% o 15% son niños. Vienen muchas familias también y niños no acompañados.
¿Se sabe cuántos enfermos, con VIH, diabetes y embarazadas hay, para poder atenderlos como lo establecen los protocolos internacionales?
No lo sabemos hasta que llegan acá.
¿Y cómo pueden estar listos para atenderlos, si no saben las cifras?
Eso es un problema: ayudarlos a que lleguen al servicio que necesitan.
Las enfermedades más graves que ven.
Heridas, violencia de género… Hay muchas mujeres abusadas.
¿Qué hacen con los que mueren?
Se pierden. Se dejan en el camino.
¿Hay países haciendo negocios con los migrantes?
Hay tráfico y trata. Pagan por trámites... Los acompañan solo hasta un punto y se van… Dan información falsa.
¿Cuántos de los migrantes que llegan por Darién se quedan en Panamá y cuántos usan el país como tránsito?
No tenemos un porcentaje. Eso varía, aunque Panamá siempre fue un país de tránsito y ahora se está convirtiendo en un país de destino. Aun así, la mayoría sigue hasta Norteamérica.
¿Por qué ahora somos de destino cuando antes éramos solo de tránsito?
Porque con la nueva medida de Estados Unidos, los venezolanos regresaron de México a Panamá, para salir o quedarse si no tienen recursos.
¿Cuántas nacionalidades tenemos?
Más de 70.
¿Esto parará, seguirá o empeorará?
Difícil. Va a cambiar, porque solo en los últimos dos meses cambió. Este año ya tenemos un récord con los números del tránsito. Cambiaron la cifra, la dirección de la migración…
¿Qué está sucediendo en Ecuador, que ahora está reemplazando a los venezolanos como los que más cruzan Darién, junto a los haitianos?
Los flujos son de difícil comprensión. Creo que es un tema de violencia y seguridad que los obliga a salir. La cifra de cubanos y haitianos también subió.
¿Por qué bajó la cifra de venezolanos?
Por la medida de Estados Unidos.
¿Qué opina de esa medida de restricción impuesta por Estados Unidos con los venezolanos?
Es una medida positiva, pero necesitamos más migración regular. Pero hay que discutirlas con otros países. Si un país solo toma una decisión, esa medida tendrá impacto en otros países.
La medida del presidente Gustavo Petro de reestablecer migraciones con Venezuela. Su opinión.
El origen de toda esta situación es Venezuela. Hay 7 millones de venezolanos fuera de Venezuela. Si eso no cambia, tampoco cambiará en la región. Pero la dinámica tiene que ser regional. Si no, el problema solo se traslada a otro país.
Los flujos migratorios se negocian entre países. ¿Los presidentes están pendientes o son los mandos medios?
Son los mandos medios.
El plan de migración es también un problema de seguridad. ¿Dónde está la proyección a largo plazo?
Falta. A largo y a mediano plazo. Ahí están las soluciones, que deben darse de manera integral.
Todos los países reciben dinero para que a los migrantes no les falte nada. ¿Cómo es posible que hay países que quieren cerrar sus fronteras?
Medidas políticas. Pero los países saben que eso no sirve y que va contrario a sus intereses, porque la migración seguirá dándose. Los muros, el cierre de fronteras y demás son medidas de corto plazo que casi nunca cumplen su objetivo. Desmejoran la economía y aumentan la fuerza de las redes criminales que hacen negocios con los migrantes.
¿Y dónde están las consecuencias para los países que no siguen los protocolos, siendo signatarios de la ONU?
Cada país tiene que tomar sus medidas. Si no se maneja la migración de manera digna y segura, se deja un espacio que se toman los criminales, pandilleros y abusadores de migrantes.
Pero la ONU sabe exactamente lo que pasa en cada país. ¿Y las sanciones?
Es un tema no solo de sanciones, sino de diálogo. ¿Qué hacen las sanciones? Solo solucionan por un tiempo corto, pero la solución está en el diálogo.
¿Qué pasa con los negociadores de la ONU? No se ve relevo generacional. Hay mucho papel, mucha reunión, pero, ¿expulsiones? ¿Sanciones?
Hay demasiados conflictos y crisis de las que ahora no se habla mucho, como Libia y Yemen. No es fácil negociar con tantos actores sobre medidas que son extremas. Naciones Unidas está en proceso de reformas, también.
¿Por qué pareciera que a los demás países de la región, sobre todo en Suramérica, no les interesa el tema?
Se hacen esfuerzos, pero los intereses cambian cuando cambian los gobiernos. Cambian las políticas y las perspectivas. No hay la creencia de que es un problema regional. Los intereses son que el flujo se vaya lo más rápido posible. Es lo mismo que quiere el migrante: llegar lo más rápido posible al destino, porque entre más se quedan más gastan. Pero la realidad es que no es fácil cruzar cinco, seis y siete fronteras en una o dos semanas.
Es rol de la OIM facilitar ese diálogo…
Sí, hay muchos marcos que se están desarrollando. Panamá va a liderar la conferencia regional de la migración.
¿Cuáles son las proyecciones de la OIM sobre la migración en 2023?
Es difícil saberlo, pero continuará. Solo en unas semanas empeoró la situación.
¿Cuáles son los países que más deben mejorar en la región?
Uno es Panamá, la primera frontera de Estados Unidos. La última es México. Lo que pasa entre Panamá y México es muy fluido.
¿En qué debe mejorar Panamá?
Estamos frente a una crisis con muchos retos. Hay que hacer un plan con todos los actores. Evitar responder a una crisis cada día. Hay data, hay capacidad… Falta un plan con todos los actores.
¿Se debería abrir el tapón de Darién?
No creo que sea posible: es una selva. Pero el tapón del Darién ya está abierto. Los migrantes están pasando. Cuando están listos compran machetes y pasan.
¿Cómo podríamos evitar más muertos en esa zona? Este año van más de 30.
Se pueden hacer operaciones de rescate, como se hacen en algunos países.
¿Y aquí?
Senafront entra, pero hasta un punto. Por su propia seguridad y porque no se sabe siquiera dónde termina Colombia y dónde comienza Panamá.
¿Cómo son las condiciones de los albergues migratorios en Panamá?
Cuando el flujo es bajo, hay agua y lo básico. Cuando es demasiada gente, es un problema. Necesitan más inversión, pues la estructura es deficiente.
Xenofobia en Panamá. ¿Creciente?
Latente. Piensan que los migrantes vienen a complicarle la vida a los nacionales. Debe haber integración.
¿Cómo podemos integrarlos, sobre todo a los que no hablan español?
Los que no hablan español quieren seguir su camino. Otros, como los venezolanos, cubanos y ecuatorianos, podrían estar interesados en una integración o en quedarse un poco más (no solo unos días). Si hay trabajo, por ejemplo.
Su respuesta a los que dicen que los migrantes ‘nos quitan los trabajos’.
También hay migrantes creando y dando trabajos a locales. Y hacen los trabajos que los locales no quieren hacer.
A los que dicen que por los migrantes ‘ha aumentado la delincuencia’.
Los migrantes son irregulares y ya viven en situación de vulnerabilidad. No se justifica, pero si no hay integración, quedan en la criminalidad.
¿Cómo contribuye un migrante con el país que lo acoge?
Pagan impuestos, alquilan locales, compran comida, ayudan a la economía local. Y la gran mayoría no quiere quedarse. Quisiera volver a sus países.
¿Qué debemos aprender de ellos?
Están pasándola difícil. Resiliencia. Actitud. Seguir sus sueños.
¿Y qué deben mejorar ellos aquí?
La integración es de ambos lados, no solo de los que acogen. Adaptarse,conocer y respetar la cultura, y buscar su lugar. Saber que están expuestos a una vida y una cultura diferente.
¿Qué sería de Panamá sin migrantes?
No sería un país económica ni culturalmente tan fuerte.
El peligro de deportar extranjeros si hablan mal del país en el que están.
La deportación siempre es una medida extrema. No estamos de acuerdo.
¿Y prohibirles participar en protestas de temas de interés nacional?
Protestar es un derecho, sobre todo si la protesta es pacífica. Deben poder tener voz y poder opinar.
¿Profesiones limitadas para locales?
Es una limitación. Hay migrantes de alto nivel que pudieran ayudar al país. No es un tema de nacionalidad, sino de educación y de mejorar los servicios del país.
¿Qué siente, como extranjero, cuando escucha a autoridades destilar abiertamente su xenofobia?
Que esos discursos son peligrosos y generan percepciones negativas. ¿Cuál es el objetivo? El resultado es estigma y odio. ¿Y qué hemos logrado con eso? Nada.
¿Puede un migrante que llega con una mano delante y otra atrás pagar lo que cuestan los trámites para legalizarse aquí?
Son carísimos y eso es un tema. Tiene un impacto negativo sobre la economía nacional, porque el migrante tiene que ahorrar para pagar eso y no puede invertir.
Un país que maneja bien su migración.
Canadá. Tiene medidas muy rígidas pero abiertas también.
Perfil
Sociólogo con maestría en estudios europeos y relaciones internacionales. Jefe del Centro Global Administrativo y jefe de misión de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Panamá. Antes fue jefe de misión en Haití, Níger, Sri Lanka y República Centroafricana.


