Éléonore Caroit es diputada del parlamento francés. Representa a más de 100 mil franceses que residen en América latina y el caribe. Caroit, quien fue electa en su cargo hace tres meses, visitó Panamá esta semana como parte de una gira en la región para reunirse con franceses que viven en América. Conversó con La Prensa sobre su rol en el parlamento, las relaciones franco-panameñas, y la situación europea en torno a la guerra en Ucrania.
¿Cuál es el propósito de su viaje a Panamá?
Parte de mi función como diputada es obviamente votar las leyes en Francia pero la otra parte, tal vez la más interesante, es venir a América latina a reunirme con las comunidades francesas de los 33 países que cubre mi circunscripción parlamentaria. Vengo a ver cuales son sus preocupaciones cotidianas, cómo los puedo ayudar, asesorar, y asegurarme que estén bien representados y que su voz sea escuchada.
Algunos sectores panameños ven con recelo a Francia por la inclusión de Panamá en las listas, ¿qué opina al respecto?
Creo que para eso mi rol como diputada de los franceses que residen en Panamá es fundamental porque puedo relatar y contarle, tanto a la asamblea como al Ejecutivo, lo que está pasando aquí.
Hay que restablecer una relación de confianza. No me pertenece pronunciarse sobre los aspectos técnicos que hacen que Panamá siga en esas listas, pero sí puedo entender perfectamente la frustración Panamá y de quienes consideran que están haciendo esfuerzos y que estos no son reconocidos.
Creo que hay que restablecer la comunicación y poder explicar al más alto nivel del estado lo que Panamá ha hecho y que Panamá pueda obtener respuesta sobre porque sigue en esas listas y qué debería hacer para salir.
Se sintió un gran vacío por parte del legislativo durante la reciente ola de protestas en Panamá. ¿Cuál considera es el rol de los parlamentos ante las crisis?
Realmente el parlamento, es el representante por excelencia del pueblo. Si el pueblo está en preocupaciones, inquietudes, la responsabilidad del parlamento es responder. No conozco el funcionamiento de las instituciones panameñas para poder pronunciarme si tuvo o no que intervenir. El parlamento tiene que escuchar al pueblo, y tiene que ser el representante, la fotografía de un pueblo. Obviamente que si hay problemas sociales graves, tiene que haber una respuesta.
¿Cuál es su lectura de la guerra en Ucrania y cómo avanza la situación?
Francia ha jugado un rol clave en tratar de resolver o de encontrar una solución. Es una invasión por Rusia a un país soberano y es muy importante, en América latina, decirlo y repetirlo. Aquí no hay intermedios o preguntas de que si quisas Ucrania se lo buscó o si fueron provocados. La situación es extremadamente clara. Es algo que nos envía a los períodos más terribles de nuestra historia.
La guerra tiene consecuencias muy graves y las sanciones afectan a todo el mundo y sobre todo a las poblaciones europeas. Nos vemos muy afectados por la situación comercial. Pero hay valores que son más importantes que la economía. Son los valores de libertad y apoyo a una población que está muriéndose ahora mismo por un país invasor que está en su territorio.
La reciente elección en Italia fue un ejemplo más del extremismo que gana espacios políticos. ¿Cómo ve este tema? ¿Qué acciones cree que ayudan a ponerle freno?
En años recientes hemos visto la emergencia de un fenómeno de populismo y de movimientos ultras, tanto de derecha como de izquierda en casi todos los países del mundo. Podemos hablar del ‘trumpismo’, lo sucedido en Inglaterra y lo más reciente con Giorgia Meloni en Italia. Creo que Francia, a pesar de todo, sigue siendo un país que se ha mantenido en una línea centrista. Evidentemente las elecciones legislativas vieron llegar a la asamblea un número inédito de diputados de ultraderecha y de ultraizquierda. Esto ha polarizado mucho la asamblea y es una situación compleja. Sin embargo, seguimos siendo un país donde el gobierno es un gobierno de centro, un gobierno progresista que trata de buscar soluciones pragmáticas y no ideológicas a los problemas.
Yo soy de ese partido, de La Republiqué en marche, el partido de Emmanuel Macron y me identifico con esas soluciones. Pienso que los desafíos de este siglo son desafíos globales, que necesitan propuestas concretas y no respuestas ideológicas. Pienso que todos tenemos una responsabilidad individual. Tenemos que implicarnos y votar soluciones razonables a los problemas que tenemos para que no lleguemos a un punto donde la gente dice, está todo tan terrible que voto por el extremo.
Muchas veces el voto extremo es un voto de desesperación y no hay que negar esa desesperación. la respuesta no es decir: todos los que votan por los ultras son personas que no entienden nada. Eso no es cierto. Generalmente son personas que sufren, que no están satisfechas de su vida y creo que es nuestra responsabilidad colectiva asegurarnos de que no lleguemos a esos niveles.
Su visita a Panamá es parte de una gira por la región. ¿Cuáles son algunas de las cosas que tienen en común los franceses de América latina?
Me voy con imágenes fabulosas de comunidades muy diversas, con gente de todas las edades, de todos los medios sociales, algunos que acaban de llegar, otros que están ahí desde hace años, generaciones. Alguien que tiene una abuela francesa o un tío abuelo y se sienten super franceses. Son comunidades muy lindas que quieren seguir existiendo como franceses, que quieren seguir participando del debate nacional francés. De hecho, muchas veces están super enterados de lo que está pasando en Francia. Me sorprende y me alegra a la vez.
Me voy con todavía más ganas y energías para defenderles en el debate nacional francés.