La eventual carrera presidencial del actual vicepresidente de la República y ministro de la Presidencia, José Gabriel Gaby Carrizo, para los comicios generales de 2024, no solo deberá resistir las duras tensiones entre el Ejecutivo y el Legislativo, sino que además tendrá que ganarle al candidato que otro sector del partido Revolucionario Democrático (PRD) impulsará para hacerle oposición.
Este lunes 16 de mayo, un día después de que los delegados del PRD, en el XI Congreso Nacional Ordinario, escogieran al nuevo Comité Ejecutivo Nacional (CEN), el cual quedó bajo el control del diputado Benicio Robinson, el secretario general saliente del partido gobernante, Pedro Miguel González, anunció que recorrerá el país para conversar con las bases, en lo que llamó un proyecto político “torrijista” que haga frente a Carrizo, quien hasta ahora tiene apoyo del Ejecutivo de Laurentino Cortizo.
González dijo en el programa Sin Rodeos, de Omega Stereo, que él no es un dirigente que necesita del CEN para tener proyección. “De mí lo que van a esperar ellos [el nuevo CEN] y lo puede esperar la ciudadanía, es que ahora me voy a dedicar a recorrer el país para hablar con todo el que tenga que hablar, sobre un proyecto político nuevo dentro del PRD; que sea genuinamente torrijista. Y vamos a encontrar esa figura que lo va a enfrentar en las primarias de 2023 para poder tener algún chance en las elecciones de 2024″, precisó.
Dijo que el PRD tiene muchas alternativas y no se debe atar la suerte del partido a la suerte de Carrizo. Considera que las primarias (de junio de 2023) serán distintas a lo que pasó en el congreso de este 15 de mayo.
Otra que anunció que dará la batalla con miras a las primarias es la diputada Zulay Rodríguez, quien perdió el Frente Femenino el pasado 14 de mayo frente a Arelys González, respaldada por el ala del Ejecutivo y del Legislativo.
El analista político Edwin Cabrera indicó que González, hijo de uno de los fundadores del partido, Gerardo González, forma parte de un sector que no ve a Carrizo como un PRD de “tuerca y tornillo”, pues Carrizo no tiene una trayectoria, un kilometraje político acumulado en el PRD, y por lo tanto, no sería una figura aglutinante.
Este recelo, dice, también ocurre con Laurentino Cortizo, porque este inició su caminar político de la mano del desaparecido partido Solidaridad.
Tienen respaldo
González, incluso, dio nombres: Rosario Turner, exministra de Salud y Martín Torrijos, exsecretario general del PRD y expresidente de la República. Turner perdió el domingo la presidencia del PRD ante el diputado Robinson. Sumó el apoyo de mil 365 delegados, mientras que Robinson logró 2 mil 716 votos.
González, por su parte, perdió la secretaría del PRD, ante el exdiputado de la Asamblea Nacional y actual diputado del Parlamento Centroamericano (Parlacen), Rubén De León. De León se impuso con 2 mil 120 votos, mientras que González, sacó mil 876 votos.
Esta batalla podría considerarse “estrecha”, teniendo en cuenta, según Cabrera, que tanto González como Turner eran conscientes que no podían ganar frente a las maquinarias del Ejecutivo y Legislativo. “Evidentemente que González logró que un buen porcentaje de los diputados lo apoyara”, planteó Cabrera.
Precisamente, González, que no es una figura adepta a Robinson, logró el apoyo del nuevo primer vicepresidente del PRD, el diputado Crispiano Adames. Cosa que es razonable, dijo Cabrera, ya que “Adames tiene diferencias muy profundas, casi que irreconciliables, con De León”.
Incongruencias
Aunque la figura de De León tampoco es del agrado de Robinson, quien comandará el PRD hasta 2027, recibió un apoyo mayoritario.
Las diferencias de criterio entre las dos facciones que se disputaron el control del PRD el domingo: Resistencia Torrijista, de Robinson y Valores y Conciencia Torrijista, de Carrizo, se volvieron a observar en el cierre del congreso.
Por un lado, Robinson y Adames, lanzaron duros petardos a la gestión de Cortizo y Carrizo hablando de que pese a las amenazas, “maletinazos”, entrega de “techos de esperanzas” (programa social de vivienda), y de becas no pudieron quedarse con el partido.
Mientras que De León bajó el tono y en su discurso parafraseó a Cortizo señalando que “como lo diría nuestro Presidente, en este movimiento de Uniendo Fuerzas estamos todos”. Además, dijo que el CEN tenía que “hacer un esfuerzo en consolidar la defensa de la gestión de Gobierno”.
A diferencia de Cabrera, que considera que esa relación de amor y odio entre los miembros del CEN tensarían las relaciones del Ejecutivo con el Legislativo, y aún peor, harían que los diputados llevasen la agenda del Legislativo al partido, González cree que más bien el poder y sus beneficios terminará uniendo al Legislativo y al Ejecutivo.
Falta liderazgo
El secretario saliente del PRD aseguró que en su gestión no le permitió a Carrizo tomarse las estructuras del partido, pues pretendía degradarla a un comando de campaña y anular la competencia, lo que ocurrió en 2014, y que llevó al PRD a una gran derrota.
Aseguró que Cortizo y Carrizo fueron quienes ayudaron a fortalecer el liderazgo de Robinson. “Si hay una corriente fortalecida en las bases del PRD, en su estructura por decisión de Cortizo y Carrizo es Benicio, sin duda hoy el líder máximo del partido”. Dijo que no existe un liderazgo genuinamente torrijista en la gestión de gobierno e indicó que es una caricatura del torrijismo.
González ha sido un duro crítico de la gestión de Cortizo, pues dice que no cumplió el compromiso de poner a funcionar la propuesta del partido planteada en la visión 2050 . “Fue un compromiso de los dientes para afuera”, se quejó.
Comparó la actual gestión con los partidos que estaban antes del 1968 -cuando los militares dieron un golpe de Estado- que “no usaban los recursos del Estado para resolver los problemas de la sociedad, sino que llegaban al poder para apuntalar los negocios de los allegados al Gobierno”.
“Lamentablemente no hay liderazgo en los últimos tres años de gobierno. Si ellos logran imponer desde el gobierno la candidatura del vicepresidente Carrizo, podemos prepararnos para la más estrepitosa derrota”.
Dijo que no existe la voluntad de hacer cambios, “la prueba es cómo se renovó el contrato de Panama Port, después de 20 años de estar reclamando redefinir esta relación, que fue desfigurada en la gestión de Mireya Moscoso, terminamos prorrogando este contrato por 25 años más con la misma empresa que se encargó de sobornar gobierno tras gobierno para lograr beneficios para ellos y disminuir beneficio para la sociedad panameña”.