La inconclusa espera de Zelaya

La inconclusa espera de Zelaya


Podría decirse que 120 años no son nada. O son muchos. Eso depende.

Para el Partido Liberal Hondureño son una prueba de longevidad en una región azotada por las guerras civiles, las invasiones y los golpes de Estado, y una democracia accidentada de apenas unos 20 años.

Pues 120 años cumplió ayer el Partido Liberal de Honduras en medio de una de sus más complejas pruebas de supervivencia: el colectivo está dividido entre los que apoyan al depuesto presidente Manuel Zelaya y los que lo rechazan.

Y es justo durante ese aniversario partididista cuando una corte de apelaciones hondureña ha resuelto que sea la Corte Suprema de Justicia la que resuelva los casos judiciales que hay en contra del ex mandatario y que, precisamente, provocaron que fuera sacado del poder por los militares.

Sí, porque, exiliado en República Dominicana, y hoy miembro del Parlamento Centroamericano, por su no perdida condición de ex mandatario, la telenovela de Zelaya no ha terminado.

Al ex presidente defenestrado se le acusa de haber desviado fondos públicos destinados para una consulta popular hacia la conformación de una Asamblea Constituyente, que, se dice, lo habría ayudado a perpetuarse en el poder.

Las revelaciones de Wikileaks, de los cables provenientes de la embajada estadounidense en Tegucigalpa para el Departamento de Estado estadounidense, dejan mal parado a Zelaya con respecto a esta trama, pero también salpican a sus detractores dentro del partido, entre estos el presidente interino Roberto Micheletti y el papel que Estados Unidos tuvo en su salida del poder.

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