Nada de indemnizaciones

Nada de indemnizaciones


Miriam Rodríguez, residente en Calzada Larga, Chilibre, labora en el sector de Calidonia. Para llegar a tiempo a su puesto de trabajo debe levantarse a las 3:00 a.m., y llegar a la piquera a las 4:00 a.m., donde tiene que tomar un bus Coaster que la deje en la Gran Estación, San Miguelito. Allí toma otro bus que la traslada a su oficina.

La joven relata que no solo tiene problemas en las mañanas. Según Miriam, cuando regresa a casa, si se pasa de las 8:00 p.m. ya no hay buses que la lleven hasta Calzada Larga o Caimitillo. Desde hace pocos meses, agrega, “hay unas chivas que te llevan hasta allá por un dólar”.

Liberato De Gracia, morador de Villa Acuario, dice que tiene el mismo problema. En su caso toma el bus a las 6:00 a.m., y llega a su trabajo –que está ubicado en la vía Ricardo J. Alfaro– a las 8:30 a.m.

Él cree que los buenos buses no llegarán hasta allá si la carretera sigue en mal estado. “Por eso es que los choferes nos dejan a mitad de camino”, expresó.

Las rutas internas, que sirven a muchas de las comunidades más alejadas del centro de la ciudad, son de dos tipos: aquellas que se mueven solo dentro de las comunidades, y las que además de recorrer las barriadas toman las vías principales para llevar los pasajeros hasta un punto de transbordo. Estas serían las encargadas de alimentar el sistema del Metro Bus, que el Gobierno ha prometido como solución a corto plazo del problema del transporte en la ciudad.

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