La Caja de Seguro Social (CSS), encargada no solo de garantizar la atención médica a millones de panameños, sino también de administrar las pensiones de la población, enfrenta un fenómeno particular: un significativo porcentaje de su personal, tanto administrativo como de salud, ya se encuentra jubilado.
Según los datos estadísticos más recientes de la CSS, la entidad cuenta con una planilla de 35,600 funcionarios, de los cuales un 65% pertenece al área de salud, mientras que el 35% restante corresponde al personal administrativo.
De este total, 8,668 trabajadores han alcanzado la jubilación, pero continúan prestando servicio a la institución. Se trata de 5,830 mujeres y 2,838 hombres, en su mayoría trabajadores administrativos y técnicos de la salud, con salarios que oscilan entre 1,200 y 1,700 dólares.
Este fenómeno resalta dos temas: la importancia de la experiencia acumulada dentro de la CSS y los desafíos que implica gestionar una fuerza laboral en proceso de envejecimiento sin afectar la calidad del servicio que la entidad ofrece a los asegurados.
En una entrevista con este medio, el director de la CSS, Dino Mon, subrayó la necesidad de revisar la eficiencia de esta estructura. Para él, la prioridad es asegurarse de que el personal disponible cubra adecuadamente las necesidades de los asegurados, pero también ha detectado que, en algunas áreas administrativas, el número de empleados es excesivo.
Para tener una idea, el crecimiento de la planilla de la CSS en los últimos 15 años refleja una expansión significativa en su personal. Entre 2009 y 2024, la institución incorporó a más de 26,000 nuevos funcionarios, evidenciando una variación en la contratación según cada período gubernamental.
Los ajustes
El diagnóstico de Mon es claro: el balance entre el personal administrativo y el personal médico requiere ajustes. A pesar de reconocer que la Caja de Seguro Social es una institución vasta y compleja, el director señala que el personal médico y de enfermería no es suficiente para cubrir la demanda de servicios. Sin embargo, uno de los principales problemas radica en el área administrativa, donde existen excesos que deben ser depurados.
Mon enfatiza que el proceso debe ser gradual, evaluando cada puesto y tomando decisiones basadas en la rendición de cuentas y la carga real de trabajo que cada puesto genera.

La estrategia de depuración no se limita únicamente a la reducción de personal, sino que también se enfoca en mejorar la eficiencia. Mon afirma que su gestión debe identificar y eliminar posiciones que no aporten el valor necesario o que no se alineen con la estructura organizacional. Esto incluye la revisión de las posiciones que no están cumpliendo con los objetivos esperados.
Para lograr este equilibrio, se plantea un proceso de evaluación continua, en el que se ajusten las capacidades de la institución para servir a los asegurados, pensionados y sus familias con un personal adecuado y eficiente.
Aumentos salariales
A pesar de los esfuerzos por reducir la planilla, la Caja de Seguro Social enfrenta un problema persistente: el aumento de los costos salariales. El director reveló que, aunque se ha reducido el número de contratos temporales, la planilla sigue creciendo. En los últimos tres meses, se rescindieron más de 400 contratos temporales, lo que permitió seguir operando sin mayores contratiempos.
Sin embargo, los incrementos salariales, como los bienales y otros ajustes automáticos por leyes, continúan elevando el egreso, lo que complica aún más la sostenibilidad financiera de la institución. Este aumento, a pesar de los esfuerzos por reducir el personal, representa un desafío importante a largo plazo.
Mon también niega haber recibido presiones políticas para nombrar nuevos empleados. A pesar de la especulación sobre la politización de la CSS, el director asegura que no ha recibido solicitudes de diputados pidiendo puestos de trabajo.
La CSS mantiene una planilla con un costo anual que supera los 800 millones de dólares, reflejando el alto gasto operativo de la institución.


