El presidente de la República, José Raúl Mulino, fue abordado por La Prensa este jueves 8 de agosto en relación con las constantes intervenciones políticas del exmandatario Ricardo Martinelli desde la sede de la Embajada de Nicaragua en Panamá, donde se encuentra asilado.
“La Cancillería está en eso... es lo más que le puedo decir”, respondió Mulino al ser consultado sobre si ha dado alguna instrucción para que el expresidente Martinelli no continúe con estas acciones.
Martinelli participa activamente de la política panameña. Ha criticado las decisiones tomadas por el propio Mulino.
Cuando en la Asamblea Nacional se disputaba la presidencia de la Comisión de Credenciales, entre Alexandra Brenes, de la coalición Vamos, y Shirley Castañeda de Realizando Metas (RM), el expresidente tiró dardos contra la independiente.
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Mulino ganó las elecciones generales el pasado 5 de mayo con el partido Realizando Metas, tras la inhabilitación de Martinelli por su condena a 10 años de prisión en el caso New Business.
El exmandatario Martinelli fue una figura central en la campaña presidencial del partido, apareciendo en mensajes junto a Mulino.
"La Cancillería está en eso", responde el presidente José Raúl Mulino tras ser consultado sobre si ha dado alguna instrucción para que el expresidente Martinelli no siga interviniendo en asuntos políticos internos del país desde su condición de asilado en la embajada de… pic.twitter.com/nRTHP8Eamc
— La Prensa Panamá (@prensacom) August 8, 2024
Martinelli realiza estas acciones en contradicción con lo que establecen las convenciones que regulan la figura del asilo.
La Convención sobre Asilo de 1928, una de las invocadas por el régimen de Daniel Ortega para concederle protección al exmandatario, establece en su artículo quinto que “mientras dure el asilo, no se permitirá a los asilados practicar actos contrarios a la tranquilidad pública”.
En tanto, la Convención sobre Asilo Diplomático de 1954 refuerza esta disposición y añade: “el funcionario asilante no permitirá a los asilados practicar actos contrarios a la tranquilidad pública, ni intervenir en la política interna del Estado territorial”.
En los últimos meses de administración del gobierno de Laurentino Cortizo, el pasado 14 de marzo, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Panamá protestó formalmente ante la Cancillería de Nicaragua por la “actitud permisiva del gobierno” de ese país centroamericano, al contravenir de manera “abierta” y desafiante el desarrollo de la función diplomática.
“El Ministerio de Relaciones Exteriores de la República de Panamá rechaza que, al amparo de una supuesta protección, el señor Ricardo Alberto Martinelli Berrocal continúe utilizando la sede diplomática nicaragüense en Panamá con fines político-partidistas, con el silencio de sus autoridades, lo cual, para los efectos, constituye una abierta intromisión en los asuntos internos panameños por parte del gobierno de Nicaragua”, se lee en el documento del pasado mes de marzo.
En esa ocasión, la Cancillería panameña exigió a Nicaragua “observar su obligación internacional de asegurar que su sede diplomática en Panamá preserve las funciones establecidas por la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961″.
Desde la llegada de Martinelli a la sede diplomática de Nicaragua en Panamá el 7 de febrero de 2024, el lugar ha sido objeto de múltiples reuniones políticas y remodelaciones.