La Iglesia católica, facilitadora de la mesa única del “Diálogo por Panamá”, asegura que no ha excluido a nadie de las rondas que se llevan a cabo en el centro Cristo Sembrador, en Penonomé.
No obstante, ya son varios los sectores que han querido sentarse en la mesa y no han podido. Ante esta situación, la Iglesia ha dado diferentes respuestas. Por ejemplo, a la Coalición Pro Transparencia y Anticorrupción, que agrupa a 10 fundaciones y organizaciones cívicas, la Iglesia le dijo que tenía que solicitar su inclusión en el diálogo directamente al Ejecutivo. Pero antes, cuando el sector privado -representado en varios gremios empresariales, comerciales e industriales- hizo una petición similar, le respondió que sí sería incluido en la mesa, pero en una “segunda fase”, cuya fecha y agenda se desconoce.
“Le dicen al presidente que no puede agregar a los empresarios y a nosotros nos dicen que el presidente decide”, señaló Annette Planells, del Movimiento Independiente (Movin), organización que es parte de la Coalición Pro Transparencia y Anticorrupción.
El 3 de agosto pasado, la coalición recibió una nota del arzobispo José Domingo Ulloa, en la que explica que la Iglesia católica participa como facilitadora. “No es quien convoca a la mesa. Eso corresponde al Gobierno nacional”, señaló el arzobispo.
La Coalición pro-Transparencia solicitó a la Iglesia (facilitador del diálogo), participar cuando se aborden los temas de transparencia/corrupción. Al indicarnos que la autoridad para designar quién participa es del Gobierno Nacional, presentamos hoy esta solicitud @NitoCortizo pic.twitter.com/3y1kdX2UCJ
— Giulia De Sanctis- hija de inmigrantes (@Gdesanctis) August 10, 2022
“Estamos seguros de que las experiencias de sus organizaciones son muy valiosas y vital en la construcción del Panamá que nos merecemos y eso requiere de todos, sin exclusión de nadie. Entregaremos al Ejecutivo la base de datos de las solicitudes de participación que nos han llegado”, agregó en esa misma nota.
El interés de la coalición es presentar propuestas de acciones inmediatas a corto y mediano plazo que aborden directamente los problemas de la corrupción y la falta de transparencia en la gestión pública. La corrupción es, precisamente, uno de los cuatro temas que faltan por abordar en la primera fase de la mesa única.
El 8 de agosto, la coalición dirigió una nota al presidente Laurentino Cortizo, para ponerlo al tanto de la respuesta del arzobispo Ulloa y pedir su inclusión en la mesa.
La Coalición pro-Transparencia solicitó a la Iglesia (facilitador del diálogo), participar cuando se aborden los temas de transparencia/corrupción. Al indicarnos que la autoridad para designar quién participa es del Gobierno Nacional, presentamos hoy esta solicitud @NitoCortizo
— Carlos Ernesto, esposo y nieto de inmigrante (@anseatico) August 10, 2022
Se desconoce cuál será la respuesta de Cortizo, pero hace dos semanas, cuando los gremios profesionales, comerciantes, productores e industriales fueron atendidos en el Palacio de las Garzas, el presidente les respondió que era la Iglesia católica quien definía quién entraba a la mesa y quién no. Después, Cortizo viajó a Penonomé y trasladó a Ulloa la petición de los gremios. La respuesta fue que serían incluidos, en una segunda fase.
Por esta razón, el Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep) ha dicho que el la mesa en Penonomé se ha convertido en un “diálogo delirante” y avisó que analizan acciones legales. También ha dicho que la empresa privada desconoce todo lo acordado en la mesa.
La Iglesia también ha dicho que en la primera fase solo participan la Alianza Pueblo Unido por la Vida, la Alianza Nacional del Pueblo Organizado (Anadepo), los grupos originarios de la comarca Ngöbe Buglé y el Órgano Ejecutivo, dada la urgencia para superar la “coyuntura” que había en julio pasado.
La Iglesia católica ejerce como facilitadora, a petición del Ejecutivo, desde el 15 de julio pasado.
El diálogo se reanuda el jueves 11 de agosto, después de un receso de cinco días.