Dangelo Dayan Ramírez Ramea probablemente nunca imaginó que su inscripción en un gimnasio en la ciudad de Cali, Colombia, lo pondría automáticamente en manos de las autoridades de seguridad del país vecino.
En Colombia le seguían sigilosamente sus pasos y lograron su objetivo el día que Ramírez Ramea usó su huella dactilar para entrar al gimnasio. Ese rastro fue clave para su captura, según dio a conocer el diario El País, de Cali, Colombia, en su edición de este lunes 4 de diciembre.
Un vocero de la Dirección de Investigación Criminal e Interpol de la Policía de Colombia, explicó a La Prensa que en el gimnasio suplantó la identidad de un hombre llamado Víctor Hugo. Nada raro, pues Ramírez Ramea se movía en Colombia con varias identidades. De hecho, logró “comprar” una nacionalidad colombiana. Se llamaba Juan Pablo Benítez Aragón, y afirmó haber nacido el 2 de noviembre de 1970 en Cartagena, Bolívar, Colombia.
La Dirección de Investigación Criminal le dio seguimiento mediante los circuitos cerrados de televisión en Cali, Colombia, pues tenía una rutina específica para ir al gimnasio y así fue como la entidad estableció los movimientos del vehículo en el que se movía en Cali.
“Se logra la ubicación de esta persona en el gimnasio, teniendo en cuenta que cuando ingresa pone su dedo en enrolamiento (identificador digital) y en la pantalla del gimnasio apareció el nombre de la persona que estaba suplantando (...)”, aseguró uno de los investigadores del caso.
En Panamá, la Policía Nacional informó sobre su captura en Cali, el pasado 22 de noviembre.
De acuerdo con el brigadier José Luis Ramírez Hinestroza, Ramírez Ramea llevaba tres años ocultándose. Viajaba periódicamente a las ciudades de Cartagena, Barranquilla, Medellín y Calí, con el propósito de comercializar vehículos de alta gama, “para dar apariencia legal a dineros producto del narcotráfico”.
En Panamá, el capturado figuraba en la lista de los más buscados. Se le acusa de la supuesta comisión de delitos relacionados con droga y blanqueo de capitales.
Ramírez, a quien las autoridades le atribuyen el liderazgo de la banda Calor Calor, fue vinculado a una red dedicada al tráfico de drogas mediante el uso de botes de pesca artesanales, grupo que fue desmantelado en octubre del 2022, a través de la operación denominada Tocumen.
A esta red criminal se le decomisó en 2019 un cargamento de 500 kilos de cocaína, que era movilizado por las costas del Pacífico panameño.
En 2016, el liquidado Juzgado Séptimo Penal, a cargo del entonces juez Felipe Fuentes, lo liberó de los cargos de blanqueo de capitales, pero el Segundo Tribunal de Justicia revocó esa decisión y lo condenó a 12 años de prisión.
Después de su captura en Cali, Ramírez Ramea fue trasladado a Bogotá, la capital de Colombia, donde fue puesto a disposición de la autoridad competente, a la espera de que se surtan los trámites correspondientes para su extradición a Panamá, informó la policía de Colombia.