Durante una década (2014-2024), la planilla 172 de la Asamblea Nacional manejó casi 300 millones de dólares en contratos por servicios profesionales asignados a diputados y bancadas políticas, un gasto que permaneció en la sombra durante años.
La llegada de Dana Castañeda a la presidencia del Legislativo, el 1 de julio de 2024, marcó el fin de este esquema, ampliamente cuestionado por su manejo poco transparente. Sin embargo, las cifras a las que tuvo acceso La Prensa revelan el enorme impacto financiero que tuvo en el presupuesto estatal.
Durante el periodo legislativo comprendido entre 2014 y 2019, se destinaron 157 millones de dólares a la planilla 172, también conocida como cash back. Durante ese quinquenio, el Órgano Legislativo tuvo tres presidentes: Yanibel Ábrego, de Cambio Democrático; Adolfo “Beby” Valderrama, del Partido Panameñista; y Rubén De León, del Partido Revolucionario Democrático (PRD).
En el período 2019-2024, se asignaron 134 millones de dólares a esta planilla, compuesta por aproximadamente 2,000 funcionarios. Durante estos cinco años, los presidentes de la Asamblea fueron Marcos Castillero, Crispiano Adames y Jaime Vargas, todos del PRD, partido que gobernó en ese periodo.
Una planilla bajo la sombra
Para comprender el alcance de este gasto, es importante destacar que la Asamblea cuenta con varias planillas, entre ellas la 001, correspondiente a funcionarios permanentes, y la 002, destinada a empleados transitorios. Hasta el 1 de julio de 2024, también existía la planilla 172, destinada a contratos por servicios profesionales.
Sin embargo, la caja de Pandora se destapó en 2018, cuando, tras investigaciones de La Prensa y exigencias de la ciudadanía, el entonces contralor, Federico Humbert, se negó a refrendar la partida 172, conocida popularmente como cash back (o devolución de dinero).

Humbert envió una carta a la entonces presidenta de la Asamblea, Yanibel Ábrego —recibida en ese órgano el 30 de abril de 2018— en la que le devolvía, “sin el refrendo solicitado”, 1,868 contratos de trabajo por servicios profesionales de la planilla 172.
El contralor basó su negativa en la falta de justificación para estos pagos. No obstante, con la llegada de una nueva administración en el período 2019-2024, la partida fue reactivada.
La fiesta continúa
En julio de 2020, en medio de uno de los confinamientos más severos de América Latina por la pandemia de la COVID-19, la Asamblea operaba con una lógica opuesta a la austeridad.
Incluso, el entonces presidente Laurentino “Nito” Cortizo y el contralor general, Gerardo Solís, defendieron la existencia de la planilla 172. Argumentaron que el gasto en contratos por servicios profesionales era menor en comparación con años anteriores. Sin embargo, la falta de transparencia en su manejo mantuvo viva la controversia.

Las investigaciones de La Prensa revelaron que en esta planilla figuraban exdiputados, familiares de legisladores y funcionarios de administraciones pasadas. En muchos casos, los contratados no prestaban ningún servicio a la Asamblea y, según denuncias, debían devolver entre el 90 % y el 95 % del monto asignado. Estas prácticas, ampliamente criticadas, convirtieron a la planilla 172 en un símbolo de clientelismo y posible malversación de fondos públicos.
De hecho, entre 2019 y 2024, esta planilla representó un gasto de 134 millones de dólares.
La eliminación de la planilla 172
Ante la creciente ola de críticas, una de las principales promesas de la nueva presidenta de la Asamblea, Dana Castañeda, al asumir el cargo fue la eliminación de la planilla 172.
Castañeda reveló que recibió una planilla con miles de funcionarios distribuidos en distintas categorías, incluyendo la 001 (permanentes), la 002 (transitorios), la 080 y la polémica 172. Destacó que la eliminación de esta última representará un ahorro significativo para el país, estimado en unos 30 millones de dólares anuales.
En otras palabras, ese era el costo promedio de la controvertida planilla, que permaneció oculta durante años. La pregunta que surge es: ¿a dónde fueron a parar 291 millones de dólares en 10 años?


