Los trabajos de restauración del Palacio de las Garzas, incluyendo la cocina, el despacho y la recámara presidencial, han costado cerca de medio millón de dólares.
Según un reciente informe del Ministerio de la Presidencia, los costos ascienden a $470,265.
Dichos fondos salieron de la partida discrecional que es manejada por el presidente panameño José Raúl Mulino, quien hace un mes había anunciado la renovación de la Presidencia porque −según lo dicho en una de sus habituales conferencias de prensa semanales− varios salones estaban “llenos de comején”.
El informe destaca −por ejemplo− que en julio pasado el mandatario desembolsó de la partida discrecional $7,161 para la compra de insumos para la casa presidencial, $2,331 para la compra de un compresor e insumos para la instalación de un acondicionador de aire para la capilla del Palacio y $1,021 para la adquisición de un aire acondicionado tipo split para la recámara presidencial.
En ese mismo mes, aprobó la compra de mobiliario para la casa presidencial a la empresa Oskal Internacional, S.A. por $28,934. A la empresa Tarjetería Persa, S.A., destaca el informe, se le compró papelería especial para el despacho superior.
En el mes de septiembre, el presidente Mulino usó de la partida $41,516 para la restauración de la estructura y mobiliario del Palacio de las Garzas. También ordenó la renovación de la cocina, la cual costó $133,897.
En octubre continuaron las labores. El documento destaca que los trabajos pluviales para la restauración de la fuente y el techo del patio andaluz tuvieron un costo de $11,200, mientras que la restauración de varias mesas antiguas tuvieron un valor de $6,152.
En tanto, la nivelación y resanación del piso de la entrada del Palacio y la instalación de placas de bronce en los desagües de la fuente de mármol costaron $6,152.
Uno de los desembolsos más altos fue para ese mismo mes: $146,376, a favor de José Ángel Escartín, restaurador de la Presidencia y presidente de la Asociación Nacional de Restauradores.
El informe detalla que los trabajos incluyeron, entre otras cosas, el tratamiento de la madera de la galería de presidentes que se encuentra en el despacho presidencial. Dichas labores fueron realizadas por maestros restauradores de óleos.
También restauraron “las áreas desintegradas” de los marcos de madera afectados por la polilla. Efectuaron trabajos de arte de los 32 retratos pintados al óleo incrustados en la galería, los cuales incluyeron su restauración, tratamiento, eliminación de los hongos y resanación en cera y barniz. Igualmente, hicieron tratamiento a los zócalos de madera y pulimento de los pisos de madera. Las actividades incluyeron al salón de Los Tamarindos y la biblioteca.
Mulino había revelado a principios de octubre que el edificio presentaba serios problemas de mantenimiento y descuido. “El salón Los Tamarindos y mi despacho están llenos de comején”, expresó en su momento. “Hay filtraciones que afectan los bonitos frescos que están allí”, añadió.