La reciente revelación de la directora de Recursos Humanos de la Universidad Autónoma de Chiriquí (Unachi), Indira Candanedo, ha generado debate sobre el empleo de familiares en esta casa de estudios.
Candanedo confirmó que su esposo, su hijo y su hermana laboran en la institución, pero defendió la legalidad de sus contrataciones, afirmando que no fue ella quien los nombró.
Según Candanedo, sus familiares participaron en procesos de convocatoria abiertos y obtuvieron los puestos por mérito propio. “Yo no nombro, nombra la señora rectora [Etelvina Medianero de Bonagas]. No me han nombrado (familiares), han participado de una convocatoria y la han ganado”, aclaró la funcionaria en el noticiero matutino de Telemetro.
A esta situación se suman las declaraciones de Olda Cano, vicerrectora de Asuntos Estudiantiles de la Unachi, quien admitió que dos de sus hermanas también trabajan en la universidad, específicamente como docentes.
Aunque Cano no profundizó en los detalles de los procesos de contratación de sus familiares, sus comentarios han avivado las críticas hacia la transparencia y las prácticas de contratación en la institución educativa.
Sueldos de profesores
Además de esto, la planilla de la Unachi revela una situación insólita: varios de sus colaboradores, en su mayoría profesores, perciben salarios que superan los $7,000 mensuales, la misma cantidad que gana el presidente de la República.
La planilla global de esta casa de estudios superiores incluye a 2,000 colaboradores, entre personal administrativo y docente. De este total, 219 empleados reciben salarios de $7,000 o más al mes, lo que representa un gasto significativo para la institución.
Estos altos sueldos cuestan a la universidad aproximadamente $1.5 millones mensuales, lo que se traduce en $18 millones al año solo para este grupo de profesionales.
De este grupo de 219, seis personas ganan $9,000 o más y 16 devengan $8,000 o más, mientras que otros 197 empleados también superan los $7,000.