‘La transparencia no existe porque alguien se beneficia de la opacidad’; Roberto Artavia

‘La transparencia no existe porque alguien se beneficia de la opacidad’; Roberto Artavia
Roberto Artavia.


El presidente de Incae conversó con La Prensa de la importancia de la educación, del problema de los gobiernos cortoplacistas y de por qué ninguno resuelve lo que para todos es tan claro.

Usted indicó recientemente que, con la oportunidad de tener Incae en Panamá, el país se podría posicionar como uno de los mejores centros de servicios educativos del más alto nivel en el campo de la educación gerencial. ¿Cómo hacer esa transformación desde y a la educación básica?

La educación básica tiene necesariamente que tener una visión de mucho más largo plazo. El resultado en la educación gerencial se puede lograr en 12 meses. El de la educación básica se logra en 12 años y requiere de gobiernos que vean a largo plazo, no lo que pueden lograr ya y dentro de su periodo. La pirámide demográfica de Panamá muestra que la tasa de natalidad ha bajado y que la de longevidad ha aumentado. Eso significa que cada vez hay menos jóvenes y más viejos, y eso pone una carga enorme en el sistema de pensiones. Si un panameño entra al sistema educativo hoy y no duplica la productividad de la generación anterior, no va a poder mantener su estilo de vida ni el de sus hijos, ni sostener a los viejos apoyando el sistema de pensiones. Entonces el problema no es solo la transformación del individuo, sino la sostenibilidad y el crecimiento del nivel de vida en el país. Si no mejoramos la educación, tendremos viejos miserables o jóvenes que no alcanzan su potencial, y eso va a terminar desgastando el país.

Ya esa situación se está dando.

Sí, ya esa situación es real. Ya la productividad de la generación actual no es del nivel que uno esperaría, lo cual implica que hay que invertir en el Inadeh, en el ITSE y en otras entidades a corto plazo, para que la fuerza laboral se pueda adaptar y contribuir. La transformación es pertinente e indispensable.

A través del Incae y de su fundación, usted ha trabajado con varios gobiernos en Panamá. Cuéntenos un poco.

Sí, con el Toro, moviendo la competitividad y el principio del desarrollo sostenible del país. Con Mireya, en la integración del equipo de gobierno. Con Martín, en la elaboración del plan de gobierno, luego desde la Fundación Omar Torrijos, y después en estrategia general de competitividad del país y facilitación de los talleres de integración de equipo. Con Varela como parte del comité internacional de Panama Papers, y con Nito, al inicio, en elaborar algunos proyectos del gobierno.

En empresas panameñas también ha trabajado…

Sí, fui directivo de Copa por 15 años, hasta 2019, donde presidí el comité de auditoría y de riesgo. Trabajé también en la Cervecería, en Cemento Panamá y en otras donde fui asesor o consultor. Y ahora soy uno de los gestores de la Gran Alianza Nacional por Panamá, que se gestó a partir de los conflictos de agosto de 2022.

¿Está perdiendo Panamá competitividad?

No. Hay países que los superan en algunas áreas, pero el Fondo Monetario Internacional proyecta que Panamá terminará el año con un ingreso per cápita de $19 mil 350. Eso significa que es un país de ingreso alto, y uno no se convierte en eso si no está haciéndolo bien en algunos sectores de la economía. A pesar de una fuerza laboral que se ha reducido, con un desempleo de 7.4% y 15% entre los jóvenes, sigue aumentando el ingreso, o sea que la productividad promedio está creciendo. Los sectores que son motores lo hacen bien, pero el problema es la economía dual. El resto de los sectores caen a productividad bajísima y, por tanto, a alta pobreza.

En Panamá hay una brecha importante entre la educación y las exigencias del mercado laboral. Según la prueba PISA, nuestros jóvenes de 15 años están lejos de alcanzar el mínimo requerido en las tres materias básicas. ¿Qué buscan y no encuentran las empresas?

Cuatro cosas. Pensamiento critico independiente, habilidades de steam (ciencia, tecnología, matemáticas, resolución de conflictos y capacidad creativa), habilidades blandas y de socialización e interacción cercana y remota, y capacidad tecnológica. Y esas están muy mal distribuidas. Si vas al sector financiero, logístico y legal estás en un alto nivel, pero si vas a la pequeña agricultura, por ejemplo, todavía están con el pico y la pala bajo el sol poniendo mal la semilla y sin ninguna tecnología. Es una brecha monstruosa y alta.

¿Por qué los gobiernos de nuestros países no ven atractiva la educación técnica, profesional y científica, y siguen empeñados en formar personas en carreras de ciencias sociales ya saturadas?

Son su clientela básica a la hora de la elección. Es mucho más fácil con economistas y sociólogos que con ingenieros y biotecnólogos. Uno de los grandes problemas es que el 17% de la fuerza laboral panameña formal está en el gobierno. Eso es simplemente una clientela. Los sectores a los que les va bien son donde los economistas y administradores son muy apreciados. Necesitamos programación, ingenieros, diseño, tecnología, robótica, automatización y otros profesionales técnicos, que no serán empleados públicos y es mucho más duro convertirlos en una clientela política. Habiendo dicho eso, las oportunidades del futuro están mas en las ciencias, en ingeniería, ciencias, programación, robótica y automatización... sobre todo en una economía primordialmente de servicios. Con excepciones, hay una disparidad entre los que las universidades ofrecen y lo que el mercado necesita.

¿Qué carreras ve saturadas?

Economía, Administración, Sociología y Derecho tienen una sobreoferta significativa. Igual que en Medicina, pero no entre los especialistas. Pero buscas un técnico en programación o biotecnología, robótica o automatización, y son super escasos y por tanto muy caros.

¿Y carreras innecesarias u obsoletas?

Hay una desproporcionalidad, mas que innecesarias u obsoletas. Otra vez tiene que ver con el sistema de educación básica. Necesitas pensamiento abstracto, habilidades cuantitativas, capacidad de interactuar con un mercado que es una visión de futuro, y no algo inmediatamente tangible. Eso no lo estamos proveyendo en el sistema de educación básica y las universidades en cuatro años no pueden resolverlo. Mientras no se resuelva la básica, solo los de la privada y pocas públicas entrarán en el futuro.

Nuevas carreras importantes en las que habría que orientarse.

Mas que carreas, tenemos que formar capacidades habilidades y conocimientos en los jóvenes, pero no importa si es en Economía o Sociología u otra carrera. Lo importante es que tenga capacidad de adaptación, habilidad de desaprender y aprender, entender que lo que necesitaremos después es distinto que lo que necesitaremos hoy. Que les enseñen a pensar. En las grandes empresas contratan filósofos, pero también programadores. Lo que se necesita es un balance donde la creatividad venga de distintas fuentes. No es tanto la carrera, sino cómo me desarrollo y qué habilidades y destrezas logro a través de esa formación. Yo prefiero una persona con habilidades de liderazgo, de comunicación y de programación básica, y que pueda interactuar de manera más integral, que un especialista completamente cerrado a un ámbito estrecho.

¿En qué han fallado todos los gobiernos en cuanto al tema educativo?

Es poco atractivo desgastar el capital político e invertir en infraestructura, becas y formación de docentes, que es un gasto gigante, y que va alguien a recoger tres gobiernos después.

La educación es un nivelador social, pero no nos enfocamos allí. Este gobierno habló de que la educación era su estrella y no pasó mucho…. No pareciera ser cuestión de dinero, sino de voluntad y política.

Sí. Algo de dinero, pero es mas voluntad y política, visión y compromiso con las generaciones futuras. Así como entendemos que hay que cuidar el agua, hay que fortalecer la capacidad de las futuras generaciones.

¿Cómo mejorar la formación de los educadores, si los forma el mismo sistema fracasado que forma al resto?

Es imposible que un alumno reciba capacidades que sus maestros no pueden dar. En mi generación, la maestra de primaria era una de las personas mas educadas de la comunidad. Si ibas a una comunidad, le preguntabas al maestro y al cura. A partir de los años 60 empezó el proceso universitario a formar otros líderes y el maestro bajó a un segundo nivel… y en muchos casos a un tercer nivel. Eso es un error. Los maestros son los que están formando el recurso más importante de cualquier sociedad. Corea del Sur y Noruega, muy distintos entre sí, tienen en común el enorme respeto por los maestros y lo selectivos que son al elegirlos. En Noruega tienes que haberte graduado en el 10% superior de tu clase. Aquí los maestros más bien son el profesional residual. El que no entró en otras carreras. No tenemos el mejor capital humano. Y además no le damos la formación y las herramientas que necesitamos. Todavía ese sistema es bastante tradicional, sin habilidades blandas ni visión integral. Hay que reconvertir eso. Y lo primero que hay que hacer es la recalificación de los maestros, para que puedan empezar a enseñar otras cosas. Y recalificar a un maestro demora cinco o seis años. Por eso es tan difícil que los gobiernos lo hagan.

¿Nos ve la gente afuera mejor de lo que nos vemos los panameños internamente? ¿Somos muy duros juzgándonos?

Sí. Eso pasa en muchos países. Si tú montas a un panameño en un avión con dos extranjeros al lado, el país es fabuloso. Si lo sientas entre dos panameños con una cerveza, solo ven la parte negra y nada sirve. Eso es muy natural. Y no, no todo esta bien, pero un país con ese ingreso per cápita no lo puede haber hecho todo mal.

Estamos por escoger un nuevo gobierno… ¿Dónde ve las claves para que Panamá pueda manejar su crecimiento y desarrollo?

Sin capital humano no lo vamos a lograr. Para seguir creciendo tenemos que aumentar la productividad. Mejor educación y capacitación técnica, aplicados a todos los menores de 40 años. Por ahí se empieza. Por capital humano. Pero definitivamente hay que mejorar el mercadeo país. Costa Rica ha tenido, por 41 años, una alianza entre sus agencias de promoción de inversiones, de exportaciones y el Ministerio de Relaciones Exteriores, y en los últimos siete años ha tenido la mejor agencia de promoción del mundo. Panamá no tiene nada que se acerque a eso. ¿Cuál es la marca país de Panamá? ¿Qué la caracteriza? No hay consciencia del potencial del país. Tienen multiculturalidad, biodiversidad, centro logístico, gastronomía, conectividad… Panamá tiene elementos fundamentales para su desarrollo, pero no sabe salir a competir con Costa Rica y República Dominicana. Y eso, pese a tener la identidad más clara, porque es un país apenas centenario creado alrededor de un proyecto de logística global. Pero no la saben colocar con la fuerza que lo hacen Chile, Costa Rica, Dominicana y Uruguay

¿Por qué?

Porque les ha salido fácil. Porque el desarrollo ha ocurrido de manera tan natural, que no se dan cuenta que ya los alcanzaron otros y no están haciendo todo el esfuerzo que es posible y necesario.

Desigualdad y distribución de la riqueza: ¿Qué hacer?

El principal factor de riqueza es la productividad individual y familiar. Y eso nos regresa al tema de la educación. Si no estoy educado y no tengo destrezas, tengo baja productividad y bajo ingreso. Tres cuartas partes de los panameños ganan menos de mil dólares al mes y la mediana es de 735 dólares al mes. Eso significa que la mitad de la población tiene una productividad bajísima. Y si vas a ver todos los edificios en Costa del Este, Santa María, Paitilla y Punta Pacífica, el ingreso es notoriamente mas alto. Si quieren cerrar la brecha hay que subir el piso, no bajar la punta. No es redistribuir, es acercar la base al promedio y no bajar la punta al promedio.

Lo que todo candidato debe prometer y cumplir para mejorar la educación.

No es promover, porque eso es discurso. Es ejecutar a nivel práctico la recalificación de la fuerza laboral entre los 18 y los 40 años y la reforma educativa.

¿Ahora está asesorando a algún candidato?

No. Todavía no.

Háblenos un poco del éxito de Costa Rica en cuanto a atracción extranjera directa y tecnología médica, que ya rebasó el turismo.

Tres cosas. La recalificación de la fuerza laboral no solo en lenguaje sino en destrezas técnicas y habilidades blandas; la excelencia en la promoción de inversiones y el seguimiento de esas inversiones, y la seguridad jurídica. Que las empresas saben que se les va a respetar el contrato que firman.

Su opinión de la seguridad jurídica en Panamá.

Los headquarters de las multinacionales llegan porque hay confianza. Pero cosas como lo que ocurrió con la mina no ayudan. Sin embargo, es un tema de saber manejarlo de manera adecuada a nivel comunicacional y en resolución del problema. En Costa Rica también se eliminó una mina, la de oro de Crucitas. Se enfrentó la demanda, pero por la comunicación, la marca país, y la consistencia la población apoyó el proceso y no afectó la seguridad jurídica. Las empresas entendieron que era un conflicto con los valores esenciales de sostenibilidad de un país, no un conflicto con el marco jurídico mismo. En Panamá el caso no está definido, pero todavía tienen la oportunidad de hacer un buen cierre ambiental y social y manejar el tema bien y convertirlo en una imagen de responsabilidad ambiental y con consistencia con los valores del país, en vez de dejar que se siga percibiendo como falta de seguridad jurídica.

¿Cómo se genera confianza en un país?

Con transparencia. A mayor transparencia mayor confianza, y a mayor confianza mayor fluidez política. Se pasan mejores y más rápido las leyes y proyectos, y se ejecutan más pronto.

¿Y cómo se ejecuta la transparencia?

Con una Contraloría robusta, comunicación fuerte, transparente y visible para la población. La transparencia no existe porque alguien se beneficia de la opacidad. Y en términos de corrupción, Panamá ha sufrido bastante.

Oportunidades puntuales para Panamá.

La gran oportunidad es consolidar su economía de servicios globales. Pero eso requiere de capital humano con las destrezas que hemos hablado. Va a beneficiar a 40 o 50% de la población que tiene alta economía, pero deja por fuera al 60% y eso no es aceptable. Las brechas que hay en las oportunidades no son aceptables. La única diferencia entre un pobre africano y uno panameño es que el africano todavía no tiene las herramientas para conectarse con la realidad y protestar.

Las cinco empresas más importantes de Panamá, con más organización e impacto internacional.

La ACP, que aunque es del ámbito público, es la identidad y el corazón de Panamá. Copa, definitivamente. Banco General, Global Bank y otros bancos importantes del sector financiero que establecen un estándar importante y son motores. Grupo Eleta, con el café y sistema de generación y distribución de energía. Y los otros motores para mí tienen que salirse a zonas francas. Mas que marcas, hay que buscar empresas que hagan manufactura avanzada u hospedaje de datos y aplicaciones cibernéticas.

¿Cómo Incae podría potenciar a Panamá en estos temas?

Incae es un centro de pensamiento que le ayuda a los países a desarrollar sus sistemas y alcanzar su máximo potencial. La incidencia de Incae en Costa Rica no es solo la formación de capital humano gerencial, sino el apoyo a los gobiernos en su visión de país y gestión de fortalezas. Además de desplegar centros de impacto, hay un centro de liderazgo de la mujer, uno de emprendedores, otro de competitividad y sostenibilidad, y otro de índice de progreso social. Y todo eso estará aquí en Panamá.

¿Qué diferencia al ciudadano tico y al panameño?

Que los ticos sí nos creemos nuestro cuento.

¿Y al político panameño del tico?

Los dos tienen el mismo problema. Que no son estadistas y que están gobernando para su partido y para reelegirse, no para transformar la vida de la próxima generación.


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