Las dos caras de José Raúl Mulino sobre Nicaragua

Las dos caras de José Raúl Mulino sobre Nicaragua
José Raúl Mulino, candidato presidencial con miras a las elecciones de mayo próximo. LP Agustín Herrera


Era junio de 2021, cuando el régimen de Nicaragua, liderado por Daniel Ortega, arremetía contra sus opositores. Era un año de elecciones y cualquiera que lo adversara sufriría consecuencias de su furia, con la cárcel o el exilio.

En medio de ese escenario, el exministro de Seguridad y ahora candidato a presidente de la República por la coalición que integran los partidos Realizando Metas y Alianza, José Raúl Mulino, emitió su opinión: “Ante la crisis de Nicaragua, nuestra Cancillería debería llamar en consulta a nuestro Embajador ante ese gobierno [Nicaragua]. Es un contrasentido tener relaciones normales en un país con un gobierno abiertamente dictatorial. Así están haciendo otros gobiernos”.

El mensaje fue contundente en aquel momento, tomando en cuenta que Mulino también había sido canciller durante la administración del expresidente de la república, Ricardo Martinelli (2009-2014), quien actualmente está condenado a más de 10 años de prisión y a pagar una multa millonaria en el caso New Business.

No obstante, ahora que aspira a llegar al Palacio de Las Garzas, su posición cambió o parece ser menos crítico con el régimen de Ortega. Así lo planteó en la red social X cuando dijo: “Ante la decisión de Panamá frente a la decisión de Nicaragua, veo venir un conflicto internacional. El derecho a calificar y decidir un asilo es potestad incuestionable del Estado Asilante. Mi experiencia desde Cancillería me permite aseverarlo”.

El exministro se refería a la decisión de Panamá de negar el salvoconducto para la salida de Martinelli hacia Nicaragua, basándose en el Artículo 1 de la Convención sobre Asilo de 1928 y la Convención sobre Asilo Político de 1933. Como se recordará, el país centroamericano dio asilo al exmandatario, algo que para el secretario adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de Estados Unidos, Brian Nichols, socava el “estado de derecho y la justicia”.

Martinelli fue condenado por blanqueo de fondos públicos para adquirir acciones de Editora Panamá América, S.A. (Epasa), en diciembre de 2010, en el caso New Business. La condena, de 128 meses de prisión y una multa de $19.2 millones, fue dictada en julio pasado por la juez penal Baloísa Marquínez y ratificada por el Tribunal Superior de Liquidación de Causas Penales.

Pero Mulino no ha sido el único que modificó su postura sobre Nicaragua. En 2019, uno de los voceros de Martinelli, Luis Eduardo Camacho, cuestionaba, en la red social X, el supuesto apoyo que le brindaba el Partido Revolucionario Democrático (PRD) a Ortega.

“Las dictaduras los crían y el diablo los junta. A los tontos que se creen que los tigres se vuelven vegetarianos, les regalo a Cortizo [Laurentino Cortizo] y a la cúpula del PRD, envueltos en regalo”, indicó en su momento.

También en 2022, la diputada Mayín Correa convocaba “piqueteos” frente a la embajada de Nicaragua en Panamá. Sin embargo, esta semana ingresó a dicha embajada, con el fin de visitar a Martinelli.

Así las cosas, Mulino, Correa y Camacho, antaño voces críticas del régimen de Ortega en Nicaragua, ahora cambiaron su posición sobre lo que ocurre en aquel país centroamericano. Todo en solidaridad con un personaje que une sus destinos y que hoy es referencia por escándalos de corrupción: Ricardo Martinelli.

Se intentó obtener la versión del excanciller y candidato a presidente de la república, pero no hubo respuesta.


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