Transcurría el minuto 73 del partido. El marcador favorecía al Junior, equipo de casa, que ganaba por 2 a 1 sobre el Pereira en el marco de la cuarta fecha de la liga de primera división del fútbol colombiano.
En un intento de salida del conjunto visitante, el balón tuvo un desvío bastante extraño. El esférico había golpeado a una lechuza, la que vivía en el estadio y en varias oportunidades ya había visitado el campo del Junior, constituyéndose en una mascota para este equipo.
Tras el impacto, el árbitro decidió detener las acciones para tratar de sacar al ave. Fue entonces cuando el futbolista Luis Moreno se convirtió en noticia en todo el mundo.
Sin pensarlo dos veces, Moreno se acercó a la lechuza y le propinó una patada, según explicó el propio jugador, para intentar que el ave volara, como ya había pasado en 2009, y despejara la cancha.
Sin embargo, el ave cayó fuertemente al piso y fue atendida por paramédicos que decidieron después llevarla a una clínica veterinaria para su atención.
La lechuza falleció un día después por el estrés producido por todo su manejo, por las cámaras, por las luces y por la desesperación con la que se le trató, según informó el reporte médico.
“Asesino” fue uno de los calificativos más sutiles que recibió el futbolista Luis Lucho Moreno, quien fue duramente criticado, y hasta insultado por la prensa internacional.
La federación colombiana, ante la opinión pública, tomó dicha acción como provocación a los fanáticos y le impusieron una sanción económica por casi 550 dólares, además de una suspensión por dos fechas en el torneo doméstico.
Pero quizás Moreno no recordará este incidente por el castigo recibido por la autoridad de la liga colombiana, sino por la frialdad y discriminación con la que fue tratado a nivel mundial.
A pesar de las constantes disculpas que ofreció el defensor ante las incesantes entrevistas de los periodistas cafeteros, los ataques por su conducta no pararon.
Incluso, la hija de Moreno recibió violentos insultos hacía su padre que contenían comentarios raciales y obscenos. Otros, amenazaban de muerte al jugador.
En Panamá, si bien la opinión pública apoyó la negativa reacción para con Moreno, los familiares del jugador no aguantaron dichos ataques y rompieron en llanto durante las entrevistas.
Sin embargo, aun con la mayoría de comentarios negativos, hubo quienes le extendieron su apoyo a Moreno, como el futbolista panameño Roberto Brown.
“Si golpear incidentalmente a una lechuza te llevara a ser tratado como un vil asesino o psicópata, o aberrante, no quiero ni saber cómo habría que determinar otros. Saben qué sucede, nos hemos acostumbrado a todo lo malo, y ahora lo aceptamos como cosa buena, porque sencillamente nos gusta el pecado”, publicó Brown en su cuenta de Facebook.
La Federación Panameña de Fútbol también emitió un comunicado respaldando a Moreno. “Pedimos a los amigos del deporte y la naturaleza la cordura suficiente para que el jugador no se vea afectado más allá de lo que decidan las autoridades deportivas del hermano país”, dijo la misiva.
Por su parte, mostrando nuevamente el arrepentimiento por el suceso, Luis Moreno participó de una cátedra dictada por la ambientalista colombiana Sandra Correa, quien afirmó estar contenta con la actitud del panameño.
Además, la FIFA anunció que dictará una reglamentación para el cuidado de los animales dentro de la cancha de juego.