Los 1,827 días de Laurentino Cortizo: una presidencia secuestrada

Los 1,827 días de Laurentino Cortizo: una presidencia secuestrada
Laurentino Cortizo, presidente de la República.


Laurentino Cortizo Cohen, el trigésimo octavo presidente de la República de Panamá, culmina hoy su controvertido mandato de cinco años que sacudieron a un país, movieron los cimientos de la economía nacional y causaron un profundo cambio generacional en la política panameña.

Frente a algunos de los desafíos más graves enfrentados por el país en tiempos democráticos, el presidente Cortizo no supo evitar las crisis, pero procuró la salida a las mismas de forma institucional, dentro de los cánones del Estado de Derecho y sin el uso de la violencia por parte del Estado.

A pesar de esas características, su administración quedó lastrada por el crecimiento del clientelismo, el aumento exorbitante de la captura del Estado por redes político-delictivas y, sobre todo, el común denominador a lo largo y ancho de su gobierno fue la existencia de compartimentos de poderes paralelos dominados por una camarilla de diputados del partido de gobierno y la sumisión de toda la agenda de políticas públicas del Estado a los intereses electorales del PRD y del vicepresidente, José Gabriel Carrizo Jaén.

La génesis de un político

El presidente Laurentino Cortizo nació el 30 de enero de 1953 en la ciudad de Panamá, hijo de un migrante de Galicia del mismo nombre, quien en un principio se dedicó al transporte colectivo en la comunidad de Alcalde Díaz. Su madre, Esther Cohen, fue una maestra de escuela primaria nacida en Lajamina, provincia de Los Santos. Cortizo cursó estudios primarios en el Colegio Javier de la ciudad capital y continuó sus estudios secundarios en el Colegio La Salle en Nicaragua. Continuó estudios en la Academia Militar de Valley Forge (Pennsylvania) y su formación universitaria en la Universidad de Norwich, Estados Unidos.

A principios de la década de 1980, Cortizo formó parte del cuerpo de asesores técnicos de la Organización de Estados Americanos, entidad ante la cual el gobierno de Panamá lo designaría como embajador alterno en 1986. En los álgidos años a finales de esa década, cuando el régimen militar estaba en su franco colapso, Cortizo asumió funciones en las empresas familiares, hasta que en 1994, de la mano del Partido Solidaridad, se convirtió en legislador por el circuito 3-2 de la provincia de Colón.

En 1999, Cortizo fue candidato a la segunda vicepresidencia de la República como parte de la nómina encabezada por Martín Torrijos y que tenía a Raúl Arango como candidato a la primera vicepresidencia.

Los 1,827 días de Laurentino Cortizo: una presidencia secuestrada
Presidente de Panamá, Laurentino Cortizo.

El disidente

Aprovechando un fallo de la Corte Suprema de Justicia que permitió que una misma persona se postulara a varios cargos de elección popular, Cortizo se postuló y se reeligió como legislador para la provincia de Colón, mientras corría para la segunda vicepresidencia de Martín Torrijos. Es en este segundo periodo como legislador que Cortizo evidencia una característica de su personalidad política: la de ser un disidente. A pesar de que el Partido Solidaridad había roto su alianza con el PRD para apoyar al gobierno de la entonces presidenta Mireya Moscoso, Cortizo mantiene su respaldo al PRD. Así, en el 2004, se inscribe en ese partido político, lo que lo lleva a la designación como ministro de Desarrollo Agropecuario en el gabinete del entonces presidente Martín Torrijos.

El 6 de enero del 2006, Cortizo le comunicó a Torrijos su decisión de renunciar al cargo como protesta a la intención del gobierno de permitir que Estados Unidos exportara productos cárnicos de res y avícolas, sin necesidad de control por parte de los mecanismos de sanidad animal de Panamá. En el 2008, Cortizo corrió como aspirante presidencial en las primarias del PRD, recibiendo el 9.8% de los votos, lo que lo ubicó en el tercer lugar después de Balbina Herrera y Juan Carlos Navarro. El PRD perdió las elecciones presidenciales en el 2009 con una nómina integrada por Herrera y Navarro y en el 2014 con una propuesta conformada por Navarro y el actual contralor general de la República, Gerardo Solís.

En una movida arriesgada, Cortizo anunció en el año 2016 su intención de correr como aspirante presidencial para las primarias del PRD. En esta ocasión, realizó un esfuerzo sumamente estratégico de limar asperezas y obtener el respaldo de las figuras cimeras del partido, en especial del diputado Benicio Robinson, presidente del PRD. En las primarias, Cortizo obtuvo un 66% de los votos, derrotando contundentemente a la diputada Zulay Rodríguez, al expresidente Ernesto Pérez Balladares y a Gerardo Solís.

Los 1,827 días de Laurentino Cortizo: una presidencia secuestrada
Cuando Laurentino Cortizo presentó a su compañero de fórmula en febrero de 2019.

Las decisiones

Como candidato presidencial, Cortizo tomó una decisión que sorprendió al mundo político: designó al joven abogado José Gabriel Carrizo Jaén, quien había sido figura clave de su campaña, como su candidato a la vicepresidencia de la República.

Esto ponía a Carrizo, quien carecía de una hoja de vida robusta y sin mayor experiencia en asuntos de Estado, como el complemento a Cortizo para una competencia muy reñida. Así, en las elecciones del 5 de mayo del 2019, el PRD con Cortizo a la cabeza obtuvo el 33.35% de los votos.

Con la selección de Carrizo como vicepresidente fue dibujándose en el tiempo otra decisión: aquella que pretendía proyectar a Carrizo como el “inevitable” candidato presidencial del PRD para las elecciones del 2024. Esta decisión implicó un enorme sacrificio del gobierno de Cortizo, quien sometió su propia gerencia de la administración pública a los deseos de los gamonales del PRD, para producir un gobierno enfocado en una campaña electoral permanente. Temas fundamentales para el país, como la sostenibilidad de las pensiones de la Caja del Seguro Social, el embalse de Río Indio como fuente de agua para las operaciones del Canal de Panamá o una profunda reforma fiscal fueron evitados en gran parte para no crear un costo político a Carrizo.

En los primeros meses de su gobierno, el presidente Cortizo cedió y delegó funciones de primera importancia al vicepresidente Carrizo, quien exponía a los periodistas los resultados de cada consejo de gabinete. Como parte del pacto faustiano de Cortizo con la camarilla de diputados del PRD, distintos ministerios y entidades del Estado panameño fueron entregados como trofeos a cada diputado para que controlara sus nombramientos.

En otro gesto que doblegó al gobierno de Cortizo tempranamente, el paquete de reformas constitucionales, preparado por un esfuerzo independiente de la Concertación Nacional para el Desarrollo, fue aprobado íntegramente por el Consejo de Gabinete de Cortizo y remitido a la Asamblea Nacional, la cual inició su propio proceso de mutilación y descuartizamiento de las reformas, lo que produjo las primeras grandes protestas ciudadanas que tuvieron como resultado el final de esas reformas.

A medida que crecía el poder y el espacio de Carrizo, como si se tratara de un espejo, también crecía la extorsión de los diputados. Así, el 24 de junio del 2020, en plena pandemia, y a tan solo 10 minutos de la conferencia de prensa sobre la crisis sanitaria, la entonces ministra de Salud, Rosario Turner, fue destituida por negarse a conceder un salvoconducto para que aterrizara el avión en el que los hermanos Ricardo Alberto y Luis Enrique Martinelli Linares huían de las autoridades de los Estados Unidos. Ese mismo día fueron destituidas la ministra de Desarrollo Social, Markova Concepción, y la ministra de Vivienda y Ordenamiento Territorial, Inés Samudio. Al parecer, ambas fueron separadas para abrirle espacio a la voracidad de los diputados. Con estas destituciones, en especial la de Turner, el gobierno de Cortizo convirtió la pandemia de la covid-19 en una tragedia económica y social sin precedentes, en la que más de 300 mil empleos privados desaparecieron y las escuelas públicas se mantuvieron cerradas por dos años, el mayor cierre escolar en todo el hemisferio occidental.

La pandemia también fue pretexto y oportunidad. Por una parte, la crisis sanitaria permitió romper con todos los compromisos financieros del Estado, convirtiéndose en una catástrofe para la deuda pública que prácticamente se duplicó en el gobierno de Cortizo. A pesar de las grandes muestras de solidaridad y de buena voluntad de los ciudadanos, empresas, comunidades de fe y gremios cívicos, la pandemia se convirtió en un vehículo para la repartición del dinero fácil, de las bolsas de comida, los bonos solidarios y la asistencia económica, distribuida de forma arbitraria con un criterio electoral. La distribución era coordinada por diputados y representantes, siguiendo criterios totalmente clientelistas.

En el más famoso incidente de las conferencias de prensa presidenciales, el 8 de abril de 2020, mientras el presidente Cortizo explicaba las medidas de alivio económico que su gobierno venía desarrollando, el mapa de Panamá en el que se habían delimitado los circuitos electorales se cayó a sus espaldas. El humor del incidente distrajo del fondo del mensaje. La pandemia fue convertida en un mecanismo de distribución de recursos con fines de fortalecer la posición electoral del PRD.

La gran molestia nacional

La pandemia postergó las grandes protestas nacionales. Aunque el planteamiento central de la campaña electoral de Cortizo había sido terminar con la “sexta frontera” de pobreza y desigualdad, si algo resultó de su administración fue que estos temas quedaron postergados. En noviembre del 2020, Cortizo lanzó el llamado “Pacto del Bicentenario: Cerrando Brechas”, un interesante ejercicio de participación ciudadana de forma virtual que debía resultar en la formulación de una agenda país, que el propio mandatario calificó de “vinculante”. Esa declaración entró en conflicto con las propias acciones de su gobierno.

Ante las consecuencias de la invasión rusa a Ucrania y la consiguiente espiral inflacionaria, los panameños y panameñas explotaron en julio de 2022. Las grandes protestas fueron atendidas con un robusto subsidio a los combustibles y claras medidas de urgencia. El mecanismo de manejo de la crisis devino en una “Mesa Única del Diálogo” en la ciudad de Penonomé, que inició el primer examen público de las políticas económicas adoptadas en los últimos 30 años, así como del funcionamiento de la institucionalidad social del país. El proceso se convirtió en una vitrina del Suntracs y sus satélites y terminó en un callejón sin salida.

En octubre y noviembre de 2023 se dieron en Panamá las mayores protestas ciudadanas en la era democrática. Una parte significativa de la población manifestó su oposición vehemente al contrato entre el Estado y la empresa Minera Panamá S.A., filial de la canadiense First Quantum Minerals Limited. La protesta fue la consecuencia lógica de una negociación opaca y sesgada por parte del Órgano Ejecutivo, y de un proceso despótico de aprobación del contrato minero por parte de la Asamblea Nacional. Este legado de explosiones sociales y de una mayor conciencia ciudadana sobre su propia capacidad para enfrentar acciones u omisiones del gobierno marcarán la historia contemporánea de Panamá.

Los 1,827 días de Laurentino Cortizo: una presidencia secuestrada
Durante la gestión de Cortizo significativas manifestaciones, la más prolongada fue contra la minería. Archivo

El otro legado

El presidente Cortizo dejó su marca personal en uno de los grandes pendientes de la democracia panameña: la justicia. Cortizo designó a cinco magistradas y un magistrado para la Corte, cuya ejecutoria ha sido en gran medida loable y destacada. En contraste, el Ministerio Público ha quedado debilitado, sobre todo por la oleada de crímenes que sacuden al país y por su limitada capacidad de acción ante los casos de corrupción del presente gobierno. La Corte Suprema de Justicia generó una verdadera revolución judicial que llevó a importantes condenas por casos de corrupción de alto perfil, como la del caso New Business en contra del expresidente Ricardo Martinelli, quien burla a la justicia desde la sede de la embajada de Nicaragua.

Bajo el mandato de Cortizo, el Órgano Judicial recibió fondos suficientes para implementar la Carrera Judicial y para finalmente desplegar toda la jurisdicción de integridad y transparencia que debe servir como mecanismo de control de las manzanas podridas dentro de la justicia panameña y, a la vez, como escudo de los buenos servidores públicos de ese Órgano del Estado.

Laurentino Cortizo termina su mandato con una tarea personal pendiente, como es la de enfrentarse al Síndrome Mielodisplásico, un tipo de cáncer en la sangre, enfermedad que se hizo pública en el año 2022. Una posibilidad de esta situación habría sido que el presidente se separara del cargo y el vicepresidente Carrizo asumiera formalmente la Presidencia de la República. De acuerdo con distintas fuentes, esto no fue considerado por el Palacio de las Garzas. Nunca se sabrá cómo hubiera sido el gobierno de Cortizo sin este desafío personal, lo cierto es que su retrato en el Palacio de las Garzas lo muestra como un presidente con una mascarilla, imagen que tiene un doble propósito: recordar la pandemia e implícitamente al Síndrome Mielodisplásico.

La consecuencia política de las decisiones de las que Cortizo fue parte a lo largo de estos cinco años, despertaron a una nueva generación de ciudadanos y ciudadanas, que no solo protestaron en las calles contra el alto costo de la vida, repudiaron el contrato minero o rechazaron las faltas de oportunidades de avance social y bienestar. Esos ciudadanos fueron a las urnas el 5 de mayo del 2024 y enviaron a su propia generación y a otros idealistas a la Asamblea Nacional, a las alcaldías y a las juntas comunales a cambiar al país. Esos jóvenes y las otras generaciones de panameños y panameñas, enterraron a la partidocracia y a la vieja forma de hacer política de compra-venta de lealtades electorales. Quiérase o no, la consecuencia directa del gobierno de Laurentino Cortizo es otro país distinto, con más esperanza y más vocación de luchar por otra versión del presente y por un mejor futuro.


LAS MÁS LEÍDAS