En esta administración tres directores, pugnas políticas y un millonario presupuesto. Esta podría ser una breve radiografía de la Autoridad de Aseo Urbano y Domiciliario (AAUD), una entidad que nació en 2010 para reemplazar a la extinta Dirección Metropolitana de Aseo Urbano y Domiciliario (Dimaud) que estaba bajo el paraguas del Municipio de Panamá.
La AAUD se creó durante el gobierno de Ricardo Martinelli (2009-2014) con la promesa de lograr la eficiencia en la recolección de basura. Sin embargo, los planes quedaron en papel. La basura se sigue tomando las calles y tampoco logró domar al monstruo urbano: el relleno sanitario de cerro Patacón, el principal vertedero del país que al momento de redactar esta nota tenía más de 24 horas emanando humo tóxico.
En este gobierno la AAUD ha tenido tres administradores y ninguno ha sido ratificado por la Asamblea Nacional, lo que deja en evidencia la pugna entre el Legislativo y el Ejecutivo por el control de la entidad. Eso se traduce en presupuesto y nombramientos.
En 2022, la AAUD, manejó un presupuesto de $59.1 millones. En 2023 trabajó con $75.7 millones y este año, tendrá a su disposición $66.4 millones. Sin embargo, al final de año, esos presupuestos terminan inflados producto de traslados de partidos y créditos extraordinarios tramitados a través de la poderosa comisión de presupuesto de la Asamblea.
La administración de Pedro Castillo
El primer administrador fue Pedro Castillo, funcionario que pertenecía a la facción política del diputado perredista Crispiano Adames. Castillo, hermano del representante de corregimiento de Pueblo Nuevo, Tito Lee, militante del Partido Revolucionario Democrático, estuvo en la entidad hasta octubre de 2022.
Durante su gestión, la AAUD vivió varias crisis, una de las principales se desató en junio de 2022, cuando los 26 corregimientos de la capital se inundaron de desechos. El mismo Castillo lo admitió. “Panamá está inundada en basura”, dijo el entonces funcionario. “Puede desatar una crisis de salud pública”, advirtió en la Comisión de Presupuesto de la Asamblea donde se quejó del poco dinero que le asignaban para manejar la entidad.
“Yo tengo dos años en que hemos sido objeto de recortes de presupuesto. Nadie puede hacer magia y menos nosotros. No tengo dinero para arreglar camiones ni cancelar lo que debo”, contó en ese momento.
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En medio de la efervescencia y el tira y jala de las elecciones internas del PRD, donde Adames compitió contra el vicepresidente de la República José Gabriel Carrizo, el presidente Laurentino Cortizo le buscó un reemplazo.
Llega Filós, pero no se queda
En octubre de 2022 nombró en el puesto a Alonso Filós Avecilla, funcionario que en ese momento estaba a cargo de la Dirección de Operaciones. Sin embargo, Filós tampoco fue ratificado por la Asamblea. En enero del 2023, trabajadores de la AAUD, incluso cerraron la entrada al palacio Justo Arosemena como medida de protesta para que ratificaran a Filós Avecilla. La presión no resultó.
Eugenio Bernal, diputado que en ese momento lideraba la Comisión de Credenciales, dijo en su momento que los diputados tenían compromisos y no lograban asistir a la convocatoria de la comisión, y además que el funcionario no gozaba de la aceptación de algunos colegas.
Prado sin ratificar
Filós lideró la institución hasta el 11 de agosto de 2023, pues Cortizo puso en su lugar a Rafael Prado, quien por esos días fungía como subdirector.
Hasta el momento, la Comisión de Credenciales, instancia que preside el diputado perredista Raúl Pineda, tampoco lo ha ratificado. Dos diputados miembros de esa comisión informaron ayer a La Prensa que el tema no se ha considerado en la comisión, incluso, ni siquiera les ha llegado el expediente.
Fuentes del Ejecutivo dijeron a este medio que desde julio de 2019, cuando Cortizo llegó a la Presidencia, los dos poderes del Estado han librado una especie de silenciosa guerra por el control de la entidad. Poderosos diputados del PRD quieren imponerse, por lo que no están dispuestos a avalar las designaciones que haga el Ejecutivo.
¿Y la emergencia ambiental?
Pero mientras la política y la burocracia erosionan la entidad, los gases contaminantes que destila cerro Patacón son una constante amenaza para la salud pública de la población capitalina.
La prueba está en que en abril de 2023, el Consejo de Gabinete declaró una ‘emergencia ambiental’ en el relleno debido a los elevados niveles de contaminación en esa zona y hasta el pasado jueves, antes de que se desatara el incendio, no se había hecho nada.
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El propósito de la emergencia buscaba una “intervención interinstitucional” con el fin de mitigar y restaurar el desastre ambiental. Es que la responsabilidad del manejo y tratamiento de los desechos está 100% en manos de la AAUD.
¿Cómo se llegó a eso? A Urbalia S.A, la empresa que operaba el relleno sanitario, se le venció el contrato hace 11 meses. El Ejecutivo convocó a una licitación, proceso en el que resultó favorecida la empresa Ecolimpia, pero semanas después esta compañía desistió del pacto por desacuerdos económicos con la Autoridad de Aseo.
Las consecuencias de la gestión de la AAUD en el relleno ya están en la atmósfera. Y todavía no hay ni siquiera pliego de cargos para una nueva licitación.