Panamá celebra decenas de festivales para resaltar costumbres y tradiciones, acontecimientos que abrazan la panameñidad y contribuyen a las economías locales.
La lista es larga. Están, por ejemplo, el Festival del Manito Ocueño; el Montañero del Tambor y la Carreta; ambos en Herrera; el del Sombrero Pintao y el del Tambor, en Coclé; el del Cangrejo y el Marisco, en Veraguas; el de los Diablos y Congos, en Colón; y el del Almojábano con Queso, en Chiriquí.
Sin embargo, con el calendario electoral de 2024 tocando las puertas, los políticos se toman las fiestas tradicionales de los pueblos, fenómeno que se extiende a las fechas alusivas a la patria. Diputados y otros, agarran la bandera de estas festividades, que en muchos de los casos están financiadas con fondos públicos.
La Pintada
Por ejemplo, en el Festival del Sombrero Pintao, que se celebró en el distrito de La Pintada, Coclé, entre el 21 y el 23 de octubre, sobresalieron varios políticos y funcionarios.
La abanderada fue la ministra de Trabajo y Desarrollo Laboral, Doris Zapata. Mientras que Luis Ernesto Carles, el diputado del circuito, también tuvo un papel relevante. Estuvo en la tarima principal, y patrocinó transmisiones de radio relacionadas con el evento, así como actividades bailables y culturales del jolgorio.
Fue Carles quien promovió la Ley 330 del 20 de octubre de 2022, que instituye el Festival del Sombrero Pintao y crea su patronato. El artículo 2 de la norma sostiene que el Estado le reconocerá un apoyo anual a través del presupuesto de los ministerios de Cultura, Trabajo y de la Autoridad de Turismo de Panamá.
Mientras que la exdiputada de la zona Dana Castañeda, del partido Cambio Democrático, sirvió de anfitriona de su copartidaria Yanibel Ábrego, y del expresidente Ricardo Martinelli, quienes pasearon por el pueblo luciendo atuendos típicos y portando banderas.
Pero allí también estuvieron José Isabel Blandón del opositor Partido Panameñista, y el vicepresidente José Gabriel Gaby Carrizo, entre muchos.
Antón
Días antes (entre el 13 y el 17 de octubre) se celebró la versión 51 del Festival Nacional del Toro Guapo, en Antón, Coclé, que tuvo como abanderado al diputado perredista Melchor Herrera.
El político recibió la bandera el viernes 14 de octubre y al otro día fue homenajeado en el desfile de tuna de agua. Herrera patrocinó el baile típico de la noche del viernes 14, actividad en la que se presentaron Víctor Bernal y Raúl Aparicio. Igualmente el del sábado 14, donde tocó el conjunto de los hermanos Samy y Sandra Sandoval.
Aguadulce y Chitré
El desfile de carretas, a propósito de las festividades por la fundación de Aguadulce —19 de octubre— también fue otra tarima para los políticos. Desfilaron Luis Eduardo Camacho, del partido Realizando Metas; y también se vio al panameñista José Isabel Blandón, entre otros.
Crispiano Adames, del Partido Revolucionario Democrático (PRD), y presidente de la Asamblea Nacional, fue el abanderado del desfile cívico que se desarrolló el 22 de octubre.
Por esos días también se celebraron los 174 años de la fundación de Chitré, Herrera, y una vez más las caras de políticos y funcionarios de alto perfil estaban aquí y allá.
Dinero del Estado
Varias de esas fiestas son sufragadas con fondos del Estado, mientras que en la Asamblea se acumulan proyectos de ley que, además de crear festivales, consolidan la intervención monetaria del Gobierno en las festividades.
Además, crean la figura de los patronatos que, entre otras cosas, se encarga de administrar los fondos, tanto públicos como privados, de la fiesta. Al menos así se establece en el del Sombrero Pintao, patronato en el que participan ocho sectores, cinco de ellos oficiales. La misma ley dispone que la Contraloría fiscalizará los aportes del Estado.
La actual vicepresidenta de la Asamblea, la perredista Kayra Harding, presentó el proyecto de ley No. 902, que instituye el Festival del Marisco y el Camarón, en el corregimiento de Veracruz, Arraiján, y crea su patronato.
Esa propuesta dice, entre otras cosas, que Veracruz siempre ha sido un lugar de esparcimiento para toda la familia y que es conocido por los negocios que se dedican a la venta “del conocido pescado frito con patacones y otros platos con mariscos y camarones”.
En su artículo 4, el proyecto de ley establece que el patronato y el festival serán financiados anualmente por el Estado. “El Órgano Ejecutivo, a través del Ministerio de Cultura, el Ministerio de Desarrollo Agropecuario y la Autoridad de Turismo destinará anualmente la suma de $10 mil por cada entidad para la celebración del festival. Para ello, incluirá las partidas presupuestarias necesarias para su ejecución en el presupuesto del año vigente a su promulgación”.
En tanto que a la espera de sanción o rechazo por parte del presidente Laurentino Cortizo, se encuentra el proyecto de ley No. 820, que declara fiesta folclórica el festival “La Mesa entre saloma canto y tradición”, que se celebra en el distrito de La Mesa, en la provincia de Veraguas, y crea su patronato.
La propuesta, presentada por el diputado del PRD Ariel Alba, afirma que el principal objetivo de la iniciativa es reconocer y formalizar la tradición del festival, que cumple 20 años en 2022. En su artículo 6, el proyecto de ley establece que serán el Ministerio de Cultura y la Autoridad de Turismo de Panamá los encargados de destinar una partida anual a esta fiesta que no será inferior a los $5 mil.
También espera la sanción del Ejecutivo el proyecto que instituye el Festival Montañero del Sombrero y del Tambor, que se celebra en Los Pozos, Herrera. Esta propuesta la impulsó el diputado perredista Julio Mendoza. Y si Cortizo la avala, la fiesta le costará al Estado, al menos, $50 mil por año, pues la iniciativa establece que el Ministerio de Cultura y la Autoridad de Turismo de Panamá deberán destinar un presupuesto no menor a los $25 mil para ese propósito.
¿Sin políticos?
Por estos días también surgen voces que piden que se aleje a los políticos de las banderas de las fiestas. “Sería bueno si un diputado toma la iniciativa de presentar un proyecto de ley que reglamente los abanderados en fiestas patrias. Debe excluir a políticos o, al menos, de los partidos en gobierno y a deportistas afines abiertamente al partido gobernante. Eso debe ser por méritos”, escribió en Twitter el médico Paulino Vigil-De Gracia.
Mientras que Roberto Goodrich, escritor y promotor cultural, opinó lo siguiente en esa misma red social: “Los abanderados deberían ser escogidos por méritos y no por ser políticos. Llevar la bandera nacional debe de ser un honor ganado gracias a tu esfuerzo, tu dedicación y por dejar al país en alto. ¿Qué hacen los diputados, representantes o alcaldes para merecer este honor?”, se preguntó.