TAL CUAL



SORPRESAS. El concierto de Rubén Blades fue la última convocatoria políticomusical. El propio artista se encargó de informar sobre la presencia de algunos políticos, como Salo Shamah y Samuel Lewis Navarro, a quienes envió saludos desde el escenario. A quien ignoró por completo fue a Jean Figali. Y eso que estaba en primera fila, como en los tiempos en los que hacía en Amador lo que le daba la gana. No se sabe si es porque el secuestro judicial pesa solo sobre el centro de convenciones y no sobre la Plaza Figali. A propósito, los organizadores del concierto les indicaban a los asistentes que se estacionaran en el relleno ilegal que ocupó Ricardo Martinelli. ¿Qué se supone que es eso? ¿Un joint venture? Parece que los conciertos siguen siendo más influyentes que el mazo.

BABOSADAS. Por cierto, ni Juan Pachanga estaba tan apurado por aparecer en el concierto de Blades, como Alma Cortés. Y así se lo hizo saber a los demás asistentes al Consejo de Gabinete del pasado lunes, lo que no le causó ninguna gracia a su jefe. ¿Será que le iban a cantar Alma de tu flor?

GULA. Qué considerado es Popi Varela. El presidente, Ricardo Martinelli, todavía no ha dicho cuándo serán las sesiones extraordinarias, pero Varela ya autorizó la contratación de Delicias Betzabé para que, en esos días, no falten las boquitas, postres y demás alimentos. Esto costará 11 mil dólares. Con lo que cobran los diputados, bien podrían costearse ellos mismos sus carimañolas.

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