INCURABLE. Como de costumbre, ahora en la Presidencia hablan de las aspiraciones reeleccionistas, que hasta hace dos semanas Ricardo Martinelli negaba a toda voz. ¿Le habrá causado esto el apetito compulsivo que pareciera tener el vicepresidente Juan Carlos Varela? Es que estuvo varias horas en un restaurante en Calle Uruguay, en horario laboral y en un día soleado y productivo. Solo falta que el tema de la inclinación de Martinelli por perpetuarse salga un día de estos en los cables de Wikileaks. Entonces nos dirán que es otro malentendido.
‘ÁBRETESÉSAMO’. La todavía secretaria general del Ministerio Público, Nedelka Díaz –que oficialmente está de vacaciones hasta el 6 de enero–, no se ha acercado por esa entidad ni para hacer entrega de la llave de su despacho. ¿Cómo habrá hecho Ramsés Barrera para entrar? ¿Habrá llamado al cerrajero? Barrera, por cierto, ahora padece del asedio de varios funcionarios administrativos, que quieren asegurar su futuro laboral en el MP. Una recomendación: si quieren congraciarse con él, no le vayan a regalar una peluca ni le recomienden un estilista.
ESCUDERO. Ahora que Alfredo Prieto no es secretario de Comunicación del Estado, ¿quién le venderá las costosas botellas de vino Vega Sicilia a la Presidencia?