El nuevo contralor, o contralora, tomará posesión del cargo en enero de 2010, tal como lo dispone la Constitución Política, y luego de un proceso de selección y nombramiento por parte de la Asamblea Nacional.
Sin embargo, en los círculos políticos y en la propia Presidencia ya se menciona un nombre de mujer para suceder a Carlos Vallarino. Poco o nada queda de la lista de cinco políticos que antes de que el presidente, Ricardo Martinelli, tomara posesión, sonaban para el cargo.
Frank De Lima, de Cambio Democrático (CD); los panameñistas Ramón Fonseca Mora y Álvaro Alemán; Delia Cárdenas, de Unión Patriótica, y el empresario Larry Maduro estaban en esa lista.
Desde hace un tiempo, tomó fuerza el nombre de una persona que pertenece al círculo íntimo del Presidente: Gioconda Elcira Torres Guerra de Bianchini, una contadora pública de 53 años, que es la jefa del departamento de Auditoría Interna de Importadora Ricamar, una de las empresas del Presidente.
Bianchini fue tesorera de CD, y en 1994, cuando Martinelli asumió la dirección de la Caja de Seguro Social, estuvo a su lado en un puesto clave: directora de Auditoría de la CSS. Allí estuvo hasta 2000. También se desempeñó como auditora fiscal y supervisora del extinto Ministerio de Hacienda y Tesoro (1974 a 1994).
“Que sea una mujer es una posibilidad real”, dijo una fuente de la Presidencia, agregando que el nombramiento de Bianchini en la Contraloría es inminente.
Inteligente, responsable, bueno con las matemáticas y honesto, son las características que, según el ministro de la Presidencia, Jimmy Papadimitriu, debe tener quien suceda a Carlos Vallarino en la Contraloría General.
Aunque la Constitución, en su artículo 161 establece que le corresponde a la Asamblea nombrar al contralor, históricamente este puesto lo han ocupado allegados a los presidentes de turno. Por ejemplo, Ernesto Pérez Balladares (1994-1999) logró colocar a un pariente: Aristides Romero (q.e.p.d.); Mireya Moscoso (1999-2004) impulsó en el cargo a un panameñista: Alvin Weeden; Martín Torrijos (2004-2009) apoyó a uno de sus amigos: Dany Kuzniecky, y luego a Carlos Vallarino, quien fue su jefe de campaña cuando intentó sin éxito llegar por primera vez al Palacio de las Garzas.
Con una Asamblea dominada por diputados oficialistas (44), el nombramiento de Bianchini se vislumbra sin tropiezos. Hasta ahora, los funcionarios que ha designado el Ejecutivo no han tenido trabas al momento de ser ratificados por el Legislativo.
“Desde el retorno de la democracia, todos los contralores han sido aliados partidarios, amigos personales o, incluso, parientes del presidente de turno”, dijo Roberto Eisenmann, presidente de la Fundación para el Desarrollo de la Libertad Ciudadana en un artículo publicado en La Prensa.