Serán mil 125 kilómetros de hormigón que cubrirán la frontera entre Estados Unidos (EU) y México, dividiendo el continente en dos como ni siquiera el tapón del Darién puede hacerlo. Recorrer el muro de punta a punta sería como viajar ocho veces hacia Penonomé mirando una pared que no termina y que unirá los dos océanos, pero en América del Norte. Ochenta de los 100 miembros del Congreso de EU -26 de ellos demócratas- aprobaron la semana pasada el polémico proyecto.
En México, la indignación fue total. Se habló de ofensa, de vergüenza, de ataque arbitrario. Incluso el presidente Vicente Fox le escribió a George W. Bush pidiéndole que no ratificara la ley. Bush respondió de inmediato: el muro va.
"Podemos construir el muro más alto del mundo, pero eso no arreglará nuestro sistema de inmigración que ha fracasado", declaró Harry Ried, líder de la oposición en el Senado, bando que apuesta por una regulación masiva de inmigrantes que estén trabajando. Empero, aún entre demócratas, la aprobación de la ley ha generado acalorados debates. Algunos sostienen que tras este fallo, la comunidad latina se volcará por los demócratas en las próximas elecciones, buscando una ley más tolerante.
Pero nadie ha explicado aún cómo líderes de la talla de Hillary Clinton, demócrata y con aspiraciones presidenciales, han votado a favor del proyecto.
Aunque se aprobó el muro, el Senado no ha conseguido el total de los 6 mil millones de dólares que costará levantarlo. En el presupuesto solo hay para mil 200 millones.
"Nos parece que es un gesto que no representa la amistad entre las naciones de América Latina y Caribe y Estados Unidos", declaró el canciller de México, Luis Derbez. El presidente saliente Vicente Fox habló de "agravio", mientras el presidente electo Felipe Calderón ha señalado su rechazo a la construcción del muro.
Voces de diferentes sectores dijeron que les parecía irónico que después de años y años de criticar a los rusos por el muro de Berlín, ahora EU encare semejante decisión. "Es ofensivo equiparar nuestro muro al de Berlín", salió a responder el embajador estadounidense en México, Antonio Garza, intentando apagar un incendio que no para de crecer. "El muro de Berlín fue construido por un gobierno autoritario para mantener confinado a un pueblo mientras nuestro gobierno propone métodos para proteger a sus ciudadanos y aplicar nuestras leyes migratorias: no se vale igualar actos de tiranos a los de un pueblo libre", remarcó.
Vale recordar que la ola de inmigrantes nunca se detiene y hacia el norte marchan y están marchando ahora mismo miles de latinos buscando una oportunidad. Se calcula que cada año, alrededor de 900 mil mexicanos intentan ingresar ilegalmente al país del norte. En EU residen 11 millones de mexicanos, de los cuales seis millones están indocumentados. En México, las remesas enviadas a familiares desde el exterior se han convertido en la segunda fuente de ingresos del país, detrás del petróleo.
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