La Lotería Nacional de Beneficencia (LNB), una institución de larga trayectoria, ha sido objeto de críticas y controversias en los últimos años debido a escándalos de corrupción y un marcado patrón de nombramientos políticos.
Saquina Jaramillo, directora de la LNB, expuso en una entrevista con La Prensa su visión para la institución en los próximos años. Jaramillo destacó la importancia de implementar una política de transparencia interna y realizar auditorías para identificar las irregularidades heredadas de gestiones anteriores. Asimismo, abordó el futuro de la lotería electrónica, actualmente bajo revisión debido a las pérdidas que ha generado para la entidad.
Según Jaramillo, el principal objetivo de la nueva administración es lograr la equidad en los aportes al Estado y, al mismo tiempo, hacer justicia a los billeteros, los trabajadores que realizan la venta de billetes y chances en todo el país. “Ellos son nuestros aliados en esta empresa conjunta”, comentó Jaramillo.
Su administración busca ajustar el porcentaje de ganancias para estos vendedores. Actualmente, reciben el 10% de las ganancias por la venta de billetes, pero se está estudiando un aumento al 11%.
Auditorías
La funcionaria confirmó que la institución está llevando a cabo auditorías internas. “Nos encontramos con un 30% de avance en las auditorías que buscan identificar las irregularidades de la administración anterior”, explicó. Estas auditorías se enfocan en las operaciones y en la emisión de libretas para los billeteros, un tema que ha generado controversia. Actualmente, la LNB cuenta con aproximadamente 13,000 libretas, y la cifra exacta se determinará al finalizar el proceso de auditoría.
Una de las principales preocupaciones ha sido el déficit en los aportes al Estado. Jaramillo reveló que, de enero a junio de 2023, se dejó de aportar un total de 15 millones de dólares. “Eso no ocurrió durante la administración anterior. Se debían aportar esos 15 millones, pero no sabemos dónde está ese dinero”, dijo. El déficit es una de las razones por las cuales se están realizando auditorías para esclarecer lo ocurrido.
Otra de las deficiencias que Jaramillo encontró al asumir el cargo fue el sistema operativo de la lotería, que data de 1995. “Es un sistema muy antiguo”, señaló. La falta de un sistema centralizado y moderno ha dificultado la gestión de la lotería, tanto en la emisión de libretas como en la supervisión de las ventas de billetes.
De hecho, Jaramillo describió cómo la LNB ha estado funcionando de manera manual durante años. Esta situación ha complicado la realización de aportes, ya que la falta de tecnología actualizada no permite un control adecuado de las operaciones. “La Lotería Nacional es prácticamente un banco, una casa de hacer dinero, y no se encontraron los controles necesarios”, indicó la directora.
La sombra de la politización
Históricamente, la LNB ha sido vista como un botín político. En administraciones anteriores, se ha denunciado el uso de libretas como moneda de cambio para favores políticos. Jaramillo asegura que su administración no seguirá ese camino: “Nosotros venimos con paso firme, haciendo un cambio”. Las auditorías también están destinadas a determinar si algunas libretas terminaron en manos de políticos.
“Yo no me debo políticamente y no tengo por qué aceptar presiones de ningún político”, afirmó.
Uno de los temas más polémicos ha sido la implementación de la lotería electrónica. El presidente José Raúl Mulino ha sido categórico al señalar que este juego le ha causado pérdidas a la LNB. Jaramillo comentó que la decisión sobre el futuro de la lotería electrónica está a la espera del fallo de la Corte Suprema de Justicia, que debe resolver las demandas presentadas contra este juego.
Se trata de dos demandas contencioso-administrativas interpuestas por el abogado Pedro Meilán y la firma Alemán, Cordero, Galindo & Lee, quienes buscan que se declare ilegal la adenda 5 del contrato 2013 (9)08 del 13 de marzo de 2013, otorgado al consorcio Panamá Lottery Technology Services (constituido por las empresas Scientific Games International y Panamá Scientific Games).
Dicho contrato, por 10 años, data de 2013 y fue firmado entre la LNB y el consorcio. No obstante, el gobierno anterior, a través de una adenda, lo extendió en 2023 por otros 10 años, creando nuevos juegos.
La nueva directora dijo estar preparada para rescindir el contrato si se determina que el juego no es beneficioso para los intereses del Estado.
Control y directiva
Además de modernizar el sistema operativo, la administración busca unificar los sistemas de las 23 agencias de la Lotería en todo el país. Actualmente, cada agencia funciona de manera independiente, lo que dificulta el control centralizado de las operaciones. El nuevo sistema permitirá una mayor supervisión y evitará las irregularidades que han marcado el pasado de la institución.
Por otra parte, uno de los obstáculos que enfrenta la gestión es la falta de una Junta Directiva, la cual es esencial para la toma de decisiones. Sin esta junta, Jaramillo solo puede firmar contratos de hasta 50,000 dólares, lo que limita su capacidad para avanzar en proyectos más grandes.