Caía la tarde en Amador en medio de una sofocante ola de calor. Cada 10 minutos, buses encargados de transportar a los asistentes del debate de turismo llegaban al Parlamento Latinoamericano (Parlatino) para dejar a grupos de invitados. Se esperaban unos 400.
Así llegó Aida Michelle Ureña de Maduro, la compañera de fórmula del candidato independiente Melitón Arrocha. Michael Cheng, el aspirante a la vicepresidencia de Ricardo Lombana, del Movimiento Otro Camino; y Richard Morales, el compañero de fórmula de la candidata independiente Maribel Gordón. Llegaron con tiempo de sobra para hablar con los medios. Hablaron de la silla vacía de José Raúl Mulino, el candidato de Realizando Metas; lanzaron críticas al gobierno, y uno cuestionó las encuestas.
La mayoría de los candidatos entraron al recinto por el sótano. Luego tomaron un elevador que los llevó a sus oficinas de campaña en el tercer piso. Cada uno podía llevar 12 invitados de su equipo de trabajo y otras dos personas de su equipo de comunicaciones.
Afuera del edificio, unos metros más adelante del primer cerco de seguridad, dos batucadas. Una era del candidato por el Partido Popular Martín Torrijos. La otra era del candidato de Cambio Democrático Rómulo Roux. Parecía una competencia por quién hacía más ruido.
José Gabriel Carrizo, candidato del oficialista Partido Revolucionario Democrático, fue el último candidato en llegar. Apareció 20 minutos antes de las 7:30 p.m. No estuvo presente en el salón cuando tomaron la foto oficial del evento.
Ya adentro del Parlatino, unos 30 segundos antes de que el evento en vivo empezara, el equipo de producción alineaba a los candidatos en una fila. No se dirigieron la palabra. Gordón permaneció sentada en la sexta fila del auditorio y se les unió pocos segundos antes que caminaran a sus podios.
El reloj marcó las 7:30 p.m. cuando Roux, Gordón, Arrocha, Carrizo, Torrijos, Lombana y Zulay Rodríguez, candidata independiente, tomaron sus posiciones. El orden fue determinado en un sorteo el pasado 27 de febrero.
Desde el palco de periodistas se observaba a un Roux repasando sus notas. Gordón miraba al público sin mayores nervios. Arrocha, quien también repasaba sus apuntes, se veía tranquilo. Hacía contacto visual cuando los otros candidatos intervenían, en ocasiones girando su cuerpo hacia ellos. El lenguaje corporal de Carrizo decía otra cosa: desinterés y nerviosismo. Por momentos cruzaba los brazos y movía su pie izquierdo sin parar. Torrijos también miraba al público y se notaba relajado. Lombana empezó balanceándose de adelante hacia atrás, un vaivén de aparentes nervios visto en otros debates que fue perdiendo a medida que transcurrían sus intervenciones.
Rodríguez, quien tenía un libro en el podio que de vez en cuando leía, tomaba apuntes, y repasaba notas escritas en un cuaderno rosado. El calor le incomodaba y refrescaba su rostro con gestos de manos.
Del encuentro marcado por más promesas y menos ataques, aparecieron frases ya escuchadas anteriormente. Hace falta “voluntad,” dijo Roux. Gordón quiere una “vida digna” porque “todos han sido gobierno”. Carrizo empezó su intervención como acostumbra, dándole gracias a “Dios y a la Virgen”. Lombana y Rodríguez hablaron de eliminar “monopolios” y “oligopolios”.
Entre los pocos ataques puntuales, todos sin mencionar nombres apellidos, llamaron la atención algunos: cuando Lombana usó una de sus intervenciones en el segundo bloque para cuestionar los millones y millones propuestos por algunos de sus contrincantes. “Esto parecía una subasta para Promtur”, dijo.
El público, que se vio en parte desinteresado y revisando sus celulares durante la mayor parte de la noche, finalmente rió. Arrocha dijo que durante su gobierno no permitiría el cierre de calles. Rodríguez, quien también es candidata para la alcaldía de San Miguelito, llegó a los gritos en su última intervención para pedir nuevamente que se construya un teleférico en ese corregimiento.
Los únicos dos candidatos que se dirigieron la palabra durante los recesos fueron Carrizo y Arrocha. Carrizo preguntaba cuánto tiempo tenían para dar sus conclusiones. Incluso se lo preguntó a Camila Adames, una de las moderadoras. Los recesos también estuvieron marcados por charlas cortas. Los candidatos hablaban con miembros de sus equipos de campaña. Roux y Gordón reían en ocasiones. Compartieron la misma brocha de maquillaje para retoques y el mismo rollo de papel toalla que chicas del equipo de producción usaban para secar sus frentes del sudor.
Carrizo usó su última intervención para decir “vamos bien,” frase que causó risas entre algunas personas del público. Usó sus últimos minutos en el escenario para chatear, mientras el resto terminaba sus conclusiones.
La noche terminó con boquitas en el segundo piso del Parlatino mientras los candidatos corrían a los sets de los medios de comunicación para entrevistas en vivo.
Momentos antes de montarse en su auto, Carrizo, quien por poco no accedió a una entrevista con La Prensa, le dijo a este medio que a pesar de que Panamá perdió su grado de inversión la semana pasada, sí “vamos bien”.
Recordó que advirtió que perderíamos el grado de inversión en un intento por defenderse. La deuda del sector público se duplicó en el gobierno de Cortizo.
“Se siguen riendo de que Panamá es un país tan seguro o más seguro que Francia”, dijo Carrizo ante las cámaras. “Cómo tu vas a decir que no vamos bien si Panamá crece 7.3%...” “Panamá no es un país que va mal como lo quieren plantear, Panamá es un país que va avanzando”.
