Panamá está debajo del promedio regional en el índice de percepción de TI y sigue ‘estancada’ en materia de corrupción

Panamá está debajo del promedio regional en el índice de percepción de TI y sigue ‘estancada’ en materia de corrupción
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Panamá recuperó un punto en el Índice de Percepción de la Corrupción 2021 de Transparencia Internacional (TI), pero está por debajo de la media de la región americana, confirmando así que los niveles de corrupción en el sector público siguen “estancados” desde el año 2012, cuando el país fue incluido en esta medición anual.

En el índice de percepción (en el cual 0 significa más opaco o corrupto y 100, más transparente), Panamá obtuvo la calificación de 36, ocupando la posición 105 en una lista de 180 países evaluados. Los mejor posicionados en la lista son Dinamarca, Finlandia y Nueva Zelanda, empatados en el primer lugar con 88 puntos cada uno. Los tres peores son Sudán del Sur (11 puntos), Somalia y Siria, los dos últimos con 13 puntos cada uno.

Panamá está igual que Costa de Marfil, Ecuador, Moldavia y Perú, todos con 36 puntos.

El año pasado, Panamá obtuvo 35 puntos de 100 y ocupó el puesto 111 de 180 países medidos. En 2019, el puntaje fue de 36 (igual que en 2021) y estaba de 101 entre 180 países. Panamá alcanzó su mejor puntaje en 2015: 39 sobre 100, y su mejor posición: 72 de 180.

Para Lina Vega Abad, presidenta de la junta directiva de la Fundación para el Desarrollo de la Libertad Ciudadana (capítulo panameño de TI), existe una clara vinculación entre la corrupción y la falta de respuesta de los gobiernos a las necesidades básicas de la población vulnerable: agua, salud, vivienda, educación…

“Es preciso que se entienda que combatir la corrupción y la generalizada impunidad, es defender la democracia y el derecho de los ciudadanos a una vida digna”, remarcó Vega Abad.


Para el capítulo panameño de TI, el “estancamiento” de Panamá es el reflejo de situaciones vividas en 2021, como los ataques a la libertad de expresión e información, la falta de rendición de cuentas y los retrocesos en la institucionalidad democrática. “Ha sido un año además donde la desigualdad social se vio agravada por los impactos económicos y sanitarios de la pandemia. Salvo algunos avances puntuales, principalmente el nuevo sistema en línea de compras públicas -Panamá Compras-, poco se ha avanzado en temas puntuales de la transparencia institucional”, señala una nota de prensa de la organización.

En la lista de “agravios a la institucionalidad democrática”, TI Panamá menciona la impunidad en los casos de corrupción; el uso de la planilla estatal como un “botín político”; el uso discrecional de fondos públicos; el clientelismo y los gastos injustificados; la falta de transparencia y rendición de cuentas en los contratos y concesiones estatales, y la falta de transparencia y rendición de cuentas en el uso de fondos en el estado de emergencia, declarado en pandemia.

Destaca también que la libertad de expresión ha sufrido un “embate”, a través del hostigamiento judicial a medios de comunicación y periodistas.

En la región de las Américas, donde el promedio es 43 puntos, la lista la encabeza Canadá (74 puntos), seguido de Uruguay (73), Chile (67) y Estados Unidos (67). En el sótano de la lista están Venezuela (14, siendo así el peor evaluado del continente), Nicaragua (20) y Haití (20), todos considerados países no democráticos y con grandes crisis humanitarias.

El informe de TI advierte que aunque la región se mantiene estable y sin señales de avance, “hasta los países con puntuaciones altas muestran indicios de perturbación”.



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