Desde 2010, año en que estableció relaciones con el Parlamento Latino (Parlatino), Panamá ha pagado a ese organismo, a través de la Asamblea Nacional, $16 millones 651 mil 200.
Entre 2010 y 2017, el país aportó a ese foro regional, cuya sede está en Amador, una cuota de $1.1 millón por año. A partir de 2018, el aporte anual aumentó a $1.2 millón.
Sin control
Pese a estos desembolsos, el Legislativo no tiene ningún control sobre el uso de estos millones. Se limita a ser “un canal de transferencia de fondos” para la entidad y asegura que “la ejecución de esos recursos son responsabilidad del organismo”.
Así consta en una carta que envió el presidente de la Asamblea Nacional, Crispiano Adames, al abogado Guillermo Willie Cochez, luego de que este le consultara sobre el tema a través de una solicitud de información. La carta fue enviada a Cochez el pasado 13 de febrero.
Fondos para organismos internacionales
A finales de septiembre pasado, cuando Adames sustentó el presupuesto para el 2023 del órgano que preside (que entonces era de $150 millones) habló de ese tema. Explicó que el Ministerio de Economía y Finanzas le avaló $3.7 millones para atender “compromisos internacionales”.
En este renglón está lo correspondiente a la participación de Panamá en el Parlamento Latinoamericano, foro para el que -según informó- exige el pago de una cuota de $1.2 millones. No dijo si la cifra de $3.7 millones también incluye lo que Panamá debe pagar al Parlamento Centroamericano (Parlacen), organismo que constantemente está bajo la mirada ciudadana, porque varios de sus diputados lo han usado para esquivar a la justicia.
Ese día, Adames defendió la labor del Parlatino. “Es un movimiento de unificación regional, ante todo”. Añadió que es distinto al Parlacen (que funciona en Guatemala) y recordó que su sede está en Panamá.
El edificio
Panamá ha sigo generoso con el Parlatino. En 2007, durante el gobierno del perredista Martín Torrijos (2004-2009), se firmó un acuerdo para establecer la sede de la institución en el país. En ese documento se estableció la cifra que debía aportar para sus gastos de operación: $1.1 por año.
Además en 2012, durante el gobierno de Ricardo Martinelli (2009-2014), el país donó el terreno para la construcción de su sede, edificación ubicada en la entrada de Amador, que tuvo un costo de $12.5 millones.
Según el exdiputado Elías Castillo, uno de los precursores de ese foro, el edificio se construyó con los aportes de la República Popular China ($4 millones), México ($1 millón) y Perú ($1 millón), más fondos provenientes de otros países que lo integran, entre ellos Panamá. El consorcio conformado por Conceptos y Espacios, S.A. y Aprocosa se encargó de la obra, mientras que la firma Mallol & Mallol Arquitectos estuvo a cargo del diseño.
En esa época, Castillo, veterano miembro del Partido Revolucionario Democrático y quien ha presidido ese grupo regional varias veces, aseguró que las sesiones del Parlatino en Panamá generarían ingresos a la economía local por el orden de los $7 millones al año.
Actualmente, su presidenta es la senadora argentina Silva Giacoppo. En el equipo de trabajo de su directiva también figura el diputado perredista Leandro Ávila, mientras que Elías Castillo (que ya no es diputado de la Asamblea Nacional) es su secretario ejecutivo.