La presencia en la embajada de Nicaragua en Panamá del expresidente Ricardo Martinelli, condenado por blanqueo de capitales, ha generado una crisis diplomática entre los dos países.
La Cancillería panameña intensificó su protesta al señalar en un comunicado divulgado ayer lunes que Nicaragua, gobernada por Daniel Ortega, está interfiriendo en sus asuntos internos al permitir que Martinelli, quien hasta hace poco era candidato presidencial de Realizando Metas, utilice la sede diplomática con fines político-partidistas.
El comunicado detalla que el 14 de marzo pasado, en una nota, Panamá exigió a su contraparte en Nicaragua que respete la obligación de asegurar que la embajada preserve sus funciones establecidas por la Convención de Viena, que regula el asilo diplomático.
En el mismo comunicado, Panamá reiteró que no reconoce el traslado del consulado de Nicaragua a una casa contigua a su sede diplomática.
Ante la consulta de este medio, la Cancillería confirmó que el embajador panameño en Nicaragua, José de Jesús Martínez, se encuentra en Panamá, pero no porque haya sido llamado a consultas.
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