La instalación de la denominada mesa intersectorial y de seguimiento seguía siendo el punto de discordia entre los grupos sociales y los representantes del Gobierno de Laurentino que están sentados en la mesa de diálogo de Penonomé. Hasta ayer viernes 2 de septiembre, a las 7 p.m., las dos partes no se ponían de acuerdo sobre la metodología para incorporar a las conversaciones a otros actores que han solicitado su inclusión, entre ellos, la Gran Alianza por Panamá, que aglutina 150 grupos de la población.
La reunión de ayer empezó a las 2:36 p.m., luego de un receso de seis días. El Ejecutivo, representado por el viceministro de Trabajo, Roger Tejada, y el director del Instituto de Planificación para el Desarrollo, Guillermo Salazar, entre otros, lanzó una propuesta: la legalización de la fase dos de la mesa de diálogo a través de una resolución ministerial. Y que en esa etapa se discutirían los disensos que surgieron en las siete áreas temáticas discutidas en la primera etapa (combustible, canasta básica, educación, Caja de Seguro Social, energía y corrupción). El Ejecutivo también propuso fechas para las primeras reuniones: el 23 y 24 de septiembre próximo en la Universidad Tecnológica de Panamá, a las 10:00 a.m. También sugirieron que en esa reunión se haría la elección del facilitador. En la primera, esa función la tiene la Iglesia católica, con el liderazgo del arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa.
Por su parte, representantes de las organizaciones sociales argumentaron que se debía permitir ampliar los temas para ir más allá de lo que se abordó, para buscarle solución a la crisis producto de las protestas de julio pasado, que ocasionaron el surgimiento de la mesa.
Otros sectores
Se tiene previsto que una vez se avance a la segunda fase del diálogo, se integre a nuevos actores que, repetidamente, han pedido su inclusión en la discusión, como representantes del sector privado empresarial. En la mesa única de diálogo se debate la metodología para su inclusión.
Saúl Méndez, de la Alianza Pueblo Unido por la Vida, argumentó que al convocar el diálogo, la Iglesia planteó que una segunda etapa significaría “un diálogo más profundo para delinear el cambio de transformación para un Panamá más justo y equitativo”. Méndez aseguró que estas fueron las condiciones bajo las cuales se sentaron en la mesa.
“No hemos dicho que no se vaya a discutir ningún otro tema; si se incorporan nuevos temas, serán debatidos en la fase dos”, dijo Salazar.
El debate siguió con múltiples recesos.