El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Aníbal Salas, rompió ayer el silencio y salió al paso de las diferentes controversias que se han generado en el seno de ese órgano del Estado en las últimas semanas, en especial tras la renuncia de tres jueces de circuito y las acusaciones de la jueza suplente Zulay Rodríguez contra dos magistrados.
En primer lugar, Salas indicó que la renuncia –el jueves de la semana pasada– del juez sexto de lo penal, Rubén Royo, se debió a razones personales de este, ya que, según dijo, Royo decidió dedicarse al derecho de forma privada.
Según el magistrado Salas, no hubo presión alguna por parte de la Corte Suprema de Justicia en la decisión tomada por Royo.
Además, Salas enfrentó las quejas surgidas tras la designación de Jorge Brown como reemplazo de Royo, indicando que dicho nombramiento es provisional, hasta tanto se convoque al concurso respectivo.
Según trascendió extraoficialmente, las quejas por el nombramiento de Brown surgieron porque este trabajaba como asistente de Joaquín Ortega, magistrado del Segundo Tribunal Superior de Justicia.
“Es potestad de Segundo Tribunal de Justicia nombrar a los jueces”, dijo Salas, aunque aclaró que “siempre se deben convocar a concurso todos los nombramientos”.
En segundo lugar, el magistrado presidente de la Corte confirmó que, en efecto, el juez tercero penal de Colón, Diógenes Alvarado, renunció a su cargo ayer, pero aclaró que la razón fue acogerse a su jubilación, que debe comenzar a partir del 16 de agosto próximo.