No votaron por ninguno de los ocho aspirantes que el pasado domingo 11 de junio compitieron por la candidatura presidencial del gobernante Partido Revolucionario Democrático (PRD). En cambio votaron en blanco. El 10.78% de los que emitieron el sufragio, es decir, 46 mil 635 militantes del PRD, eligieron esa opción.
¿Qué significa? Tres conocedores de la política local analizan el asunto.
Javier Ordinola, abogado y especialista en temas electorales y la jurisdicción electoral indicó que no recuerda ningún proceso de primarias del PRD en donde haya habido ese porcentaje de “voto protesta”.
Señaló que el voto en blanco no es más que un “voto protesta”, pues representa a aquellos que no se sienten totalmente convencidos de la oferta electoral o de las propuestas de quienes participan como candidatos. Normalmente, explica Ordinola, las personas que se deciden por esta opción quieren dejar constancia de su desacuerdo con las opciones planteadas por los partidos políticos o su indiferencia hacia estas propuestas.
“Por regla general, los distintos sistemas electorales no consideran al voto en blanco como un voto válido. La práctica del voto en blanco se considera como una abstención activa, la persona acude a ejercer su derecho al sufragio, pero no elige a nadie. Debemos prestar cuidado a esto, ya que, a pesar de que el voto no es obligatorio en Panamá hay quienes deciden acudir a las urnas y mostrar su enfado, emitiendo su voto sin hacer ninguna elección”, añadió.
En palabras del analista político José Stoute, se trata de una cantidad sorprendente. También advirtió que si se les suman los nulos, eso da el 16% de los votos emitidos. En total, son 69 mil 574 votos.
“Lo que nos lleva a sospechar que la mayoría fueron votantes obligados, que una vez dentro de la urna manifestaron de esa manera su descontento. Una parte de ellos, obligados también, pudiesen no estar de acuerdo con ninguno de los candidatos en la papeleta”, dijo.
No obstante, acotó que sean cualquiera de las razones son votos que no favorecen al candidato oficialista.
Mientras que el analista Edwin Cabrera, advierte que el verdadero reto que ahora tiene José Gabriel Carrizo, candidato presidencial del PRD; y la dirigencia de ese partido, encabezada por Benicio Robinson es cómo lograr que el PRD se una de cara a mayo de 2024. “El hecho de que el 16% de la votación del domingo haya sido entre blancos y nulos, se constituye en un reto mayor. El mensaje es muy claro: es la primera vez, desde que el país retornó a la democracia, que el PRD se le percibe tan disperso”.
Cabrera añade que va a depender del talento político de Carrizo y de la cúpula del PRD, para sumar a los dispersos y al 16% de los que votaron en blanco y nulos.
En las elecciones del pasado domingo 11 de junio, el vicepresidente José Gabriel Carrizo resultó electo candidato presidencial del PRD, con el 53.7% de los votos (195 mil 777). En el torneo perredista participó el 60.2% de los habilitados para votar.