Motín, intento de fuga o pelea entre reclusos rivales. El Ministerio Público, la Policía Nacional y el Cuerpo de Bomberos investigan qué fue lo que realmente ocurrió en el Centro de Cumplimiento de Menores, en Tocumen, la mañana del 9 de enero, y que dejó un saldo de siete internos con quemaduras de tercer grado y otros 14 heridos con objetos punzocortantes y perdigones.
Las versiones de lo ocurrido varían, dependiendo a quién se le pregunte. Los únicos que no han contado nada son los propios reclusos, que han optado por mantener “el código del silencio”, informó Yolanda Rodríguez, directora del Centro de Cumplimiento de Menores.
Los hechos ocurrieron poco después de las 11:00 de la mañana del pasado domingo, en el pabellón 6, donde conviven 41 reclusos, 3 custodios y 5 supervisores.
Según Rodríguez, hubo una pelea entre los “muchachos” de dos distintas celdas. En una de esas celdas le prendieron fuego a un foam que fue lanzado y cayó en un colchón, lo que desató el voraz incendio.
En la Policía Nacional (PN) manejan otra información. En un comunicado, la entidad informó que sus unidades (que no custodian las celdas, sino el “perímetro” del penal) fueron llamados al pabellón 6 porque los menores recluidos “se habían amotinado por la falta de agua, a tal punto que rompieron los candados”.
“El objetivo era evitar una fuga masiva de los internos que protestaban en el lugar”, remarcó el comunicado de la PN.
Uno de los tres agentes de la Policía a cargo de la “seguridad perimetral” contó a este diario que a las 11:45 a.m., uno de los custodios acudió a pedir “apoyo”, alegando que “los menores estaban fuera de las celdas pidiendo agua e incendiando colchones”. De inmediato llamó a su sede para pedir “refuerzos”.
Sobre esto, Rodríguez rechazó, en el noticiero de TVN, la versión sobre la ausencia de agua. “El agua ya había llegado. La falta de agua no fue la razón”, remarcó.
En las imágenes de la tragedia, difundidas por las televisoras, se aprecia claramente al pabellón en llamas y a los reclusos pidiendo auxilio, ante la mirada indiferente de los agentes policiales.
“¡Ayúdenos!”. “¡Mamá, me duele!”. “¡Nos quemamos, por favor...!”, gritaron los reclusos. En un video se escuchó claramente una voz decir: “¿No son machitos? ¡Muéranse!”. No se sabe si aquello lo dijo un custodio o un policía.