La calzada de Amador y la bahía de Panamá no son las únicas áreas con rellenos no autorizados. La irregularidad también se extiende a la bahía de Manzanillo, en Colón, donde la empresa Ocean Pollution Control (OPC) construyó un relleno en el mar para actividades portuarias, sin contar con la concesión aprobada.
OPC espera instalar allí una terminal para pasajeros, manejo de carga y servicios de naves, actividades muy distintas a las de su primera concesión: el control de contaminación marítima.
La junta directiva de la Autoridad Marítima de Panamá (AMP) advirtió en noviembre del año pasado a la empresa, que no podía ocupar ni operar en el área hasta obtener todos los permisos.
A pesar de ello, OPC decidió avanzar con los trabajos de rellenos y el rompeolas, “bajo su propio riesgo”, según informaron representantes de la empresa.
El pasado 6 de julio, la Contraloría General devolvió a la AMP el contrato de concesión sin refrendar, solicitando explicaciones sobre diferentes aspectos.
En total, la empresa OPC proyecta rellenar dos hectáreas en el mar, por lo que pagaría solo mil 569 dólares mensuales por un período de 20 años.
En estos momentos, la nueva administración de la AMP ha iniciado una investigación para determinar el futuro de esta solicitud de concesión.
Fernando Solórzano, quien estuvo al frente de la AMP durante la pasada administración y que, en consecuencia, gestionó la nueva concesión a OPC, hoy trabaja para dicha empresa en calidad de asesor.
VEA OPC reconoce que rellenó sin concesión