Rodrigo Noriega: ‘Si Santa Claus fuera panameño...’

Rodrigo Noriega: ‘Si Santa Claus fuera panameño...’


Si Santa fuera panameño, ¿qué sería lo que más le preocupara?

El futuro del Seguro Social y la baja calidad de la educación.

¿Con que plata pagaría los regalos?

Estaría inscrito en el Molirena. Tendría libretas de Lotería, estaría emplanillado en la Asamblea y, por supuesto, tendría auxilios económicos del Ifarhu.

¿Quiénes serían sus donantes?

Odebrecht, FCC, la minera y los sospechosos de siempre, que le donan a todos.

¿Dónde no podría ir Santa?

Sus abogados le aconsejarían no ir donde personas políticamente expuestas.

¿Qué haría el resto del año? ¿Nini?

No. Tendría un hotel y se beneficiaría de los créditos fiscales al turismo.

¿Como cuidaría el trineo en las calles?

Acuérdate que vuela. El problema es dónde aterrizaría. Porque como aquí no hay parques ni aceras, y cobran por el estacionamiento del Parque Omar...

Y para que no le roben, ¿qué haría?

Santa parquearía con todos, así que dudo que alguien le fuera a robar.

¿Repartiría en el trineo que hala Rudolph o usaría gasolina subsidiada?

Creo que su trineo este año ya es eléctrico. Y cuidado que híbrido.

¿Quién sería su Rudolph?

Camacho. Alma, nunca.

¿Llegaría por Tocumen o por Darién?

Por el aeropuerto de Río Hato.

¿Y qué pensaría al llegar?

¿Seguro que Panamá se siente listo para recibir a los turistas?

¿Qué pensaría de Colón?

Lloraría. Pensaría que llegó a Kiev.

¿Qué pensaría de la ciudad capital?

Entre la basura y los huecos, pensaría que tiene un alcalde inútil, un gobierno indiferente y una población indolente.

Pensaría que Panamá es el país más…

Descuidado del mundo.

Y que los panameños son los más…

Poco importa que hay.

¿Qué pensaría de la cinta costera?

Tanto dinero... ¿para qué?

¿Del Tribunal Electoral?

¿Estos son los guardianes de la qué?

¿Y de las líneas del Metro?

Ojalá no le pase como a las calles.

¿Qué diría del eslogan ‘Puente del mundo, corazón del universo’?

Que aquí hay mucha xenofobia e intolerancia para eso.

¿A qué casa le daría miedo entrar?

A la de varios diputados: no sabría qué podría encontrar. Clínicas brujas, caletos, paquetes que parecen de harina…

¿Dónde pararía para ir al baño?

En una gasolinera. O en los baños de la cinta costera. ¡Ah!, esos no los abren.

¿Y dónde se quedaría en el interior?

No puede quedarse en Pedasí ni en Bocas porque no hay agua. Así que me imagino que iría a Boquete. O dormiría en Costa Rica, donde es más barato.

¿Lo dejarían repartir regalos en lugares públicos o los echarían como a los independientes que piden firmas?

Como son regalos, lo invitarían a las entidades y le darían la llave de la ciudad.

¿Iría a ver el alumbrado y el desfile?

Jamás. Hasta a él le daría pena ajena.

Si sus ayudantes fueran panameños...

Ya le habrían formado un sindicato. Y la repartición de regalos se haría en marzo.

¿Y si fueran extranjeros?

Zulay y el frente xenofóbico no le permitirían repartir los regalos y ellos tampoco los repartirían.

Si llegara con una bandera arcoíris...

En la mitad de los hogares le devolverían los regalos. O se los quedarían, pero después terminarían hablando mal de él.

¿Y si llega con un porro de marihuana?

Le abrirían la puerta de atrás en todas las casas.

¿Qué haría si se enferma?

Se tendría que ir a Colombia, porque aquí no hay medicinas.

¿Y si le diera hambre a los renos?

Los llevaría a la cinta costera a comer lo que el MOP no ha cortado.

¿Él estaría vacunado contra la covid?

Por supuesto. Pero estaría diciendo lo contrario en las redes sociales.

¿Y tendría jubilación normal o de oro?

Oro. Con ascenso exprés en la Policía.

¿Le gustaría el tamal con o sin pasitas?

Sin. Pero si se la dan con... pa’ dentro.

¿Qué le pedirían los panameños?

Más días libres, que los políticos repartan más plata y que un genio de la botella repare todas las calles y recoja la basura.

¿Y qué le deberían pedir?

Un país honesto, con políticos decentes y una justicia que funcione para todos.

¿Qué regalo masivo le daría a Panamá?

Una caja que diga afuera ‘Juega limpio’.

Qué le regalaría a... Martinelli.

El regalo perfecto para un padre es reunirse con todos sus hijos.

A Nito Cortizo.

Un espejo que le diga la verdad.

A Gaby Carrizo.

Un amigo sincero.

A Yanibel Ábrego.

Un buen contador.

A Zulay Rodríguez.

Sensatez.

A los magistrados de la Corte.

Valor.

A los magistrados del TE.

Valores.

A Rómulo Roux.

15 diputados menos.

A José Isabel Blandón.

Como un millón de votantes más.

A Ricardo Lombana.

Que más gente lo escuche.

A Gerardo Solís.

Un camión volquete que aguante el peso de su ego.

A José Luis Fábrega.

Un rompecabezas de ‘Mi primer mercado de mariscos’.

A Benicio Robinson.

Nada. Él ya lo tiene todo.

A la nueva embajadora de Estados Unidos.

Un detector de mentiras.

A Judy Meana.

El 1 de julio de 2024. Para que deje el tormento de lo que defiende... y calla.

A la minera.

Un contrato ley nuevo y equilibrado.

A Crispiano Adames.

Una clínica de verdad.

Al fiscal electoral.

Ganas de trabajar.

A los hijos de Martinelli.

Libertad para que vengan a Panamá y cumplan con sus obligaciones aquí.

A Javier Caraballo.

Una pluma para que firme la restitución de Tania Sterling como fiscal en el caso Odebrecht.

A los niños panameños.

Escuelas dignas y puentes decentes.

A los docentes.

Compromiso y más compromiso.

A los candidatos de libre postulación.

Un buen TE que no los bloquee.

¿Y a los medios de comunicación?

Menos sensacionalismo.

¿A quién bien portado le daría regalo?

A Juan Diego Vásquez, que en medio de lo que tenemos parece ser el mejorcito.

¿A qué ministro dejaría sin regalos?

A Sabonge. Y a los ministros sin cartera, que ya tienen regalo.

¿Y a qué ministro sí le daría regalo?

Aunque ya no es, a Erika Mouynes.

¿A quién se llevaría y no regresaría?

Entren que caben 100.

¿A quién no le aceptaría ni ron ponche?

Santa tendría un pasiero en la Unidad de Análisis Financiero, así que sabría a quiénes no les debería recibir nada.

¿Cuántas navidades tendría Santa yendo a la casa de Mayín?

Todas. Antes llegaba en balsa. Ahí deja también el regalo de Fernando Correa.

¿A quién le daría auxilio económico?

A miles de alumnos con ganas de estudiar de verdad y que no están en la rosca.

¿Y a quién se lo quitaría?

La lista es larga, pero empieza con los hijos de los diputados.

Los políticos que regalan jamones, ¿son Santas novatos o…?

Son diablitos que mantienen al pueblo adicto al clientelismo.

¿Qué haría Santa si en una casa ve a Chello Gálvez robándole el mandado?

Le pondría una gorrita, un chaleco y lo reclutaría para la organización.

¿Le hubiera afectado a Santa el shopping con el 20 de diciembre libre?

No: compró casi todo en Black Friday. Y lo que no, lo compró el 24 de diciembre.

Si usted fuera Santa, ¿qué regalo le mandaría a Colombia?

Una mesa con una silla en el centro.

A Estados Unidos.

La ciudadanía de Trump en Islandia.

A China.

Democracia.

A Perú.

Un presidente que se pegue a la silla.

A Costa Rica.

Un poco más de humildad.

Y entonces a Argentina, ¿qué?

Ya lo tienen todo. El Papa, Messi… Ya.

A El Salvador.

Que recuperen sus libertades civiles y se fortalezca la democracia.

A Rusia.

Un viaje al Polo Norte para Putin.

A Venezuela.

Un futuro sin Maduro y sin que la sigan pasando verdes... o podridas.

Por último, ¿quién es más real? ¿Santa o los políticos honestos?

Santa. Sabes que viene en diciembre. Los otros no se sabe si algún día llegarán.


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