Sábado picante: sopa de pollo y sancocho no son lo mismo

Sábado picante: sopa de pollo y sancocho no son lo mismo
El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, recibe la banda presidencial de parte de la presidenta de la Asamblea Nacional, Dana Castañeda. EFE/ Bienvenido Velasco


La diferencia entre sancocho y sopa de pollo son los ingredientes, y aunque la proteína es la misma, no saben igual. No podemos esperar que con los ingredientes del sancocho se pueda obtener sopa de pollo. Si lo que quiere José Raúl Mulino es sopa, no podrá con los ingredientes del sancocho. Y empiezo a sentir que el sancocho del PRD es el mismo que el de RM: mismo olor y sabor. En su discurso de ascenso, Mulino dijo que “unos pocos hicieron una gran fiesta y la cuenta la pagó la población con sacrificio, pérdida de ingresos y oportunidades. Desde hoy esa fiesta llega a su fin y la cuenta la van a tener que pagar los que la gozaron, no quienes la padecieron”.

Excelente cita, pero es solo eso. A su costado estaba Dana Castañeda, la nueva presidenta de la Asamblea, que organizó una fiesta en La Pintada –su circuito electoral– para darse la autobienvenida, junto con su sobrina Ina, la nueva alcaldesa de ese distrito. Eso, sin contar los millones que la diputada recibió del gobierno de Martinelli y que no ha explicado qué hizo con ese dinero. Y a espaldas de Mulino estaban diputados reelectos, responsables también de la fiesta que todos padecimos, pero que apoyaron a Dana para presidir la Asamblea.

“No vamos a mirar hacia otro lado ante el despilfarro. Se acabó la impunidad de unos pocos con los recursos de todos los panameños”, prometió Mulino. Y, ¿cómo exigirá a esos diputados que paguen la fiesta si también ellos apoyan a su gobierno?

Y mientras el procurador de la Nación destituía a fiscales, se conoció el fallo de la juez Baloisa Marquínez, absolviendo a los 28 implicados en el caso Lava Jato –y no Panama Papers, como lo han querido llamar– en el que estaba implicada la firma Mossak Fonseca. Mulino se refirió a ese fallo: “Miren el caso Mossack Fonseca, que fue el principio del fin de nuestro modelo de negocio financiero. Acaban de absolver a todos los señalados, porque en realidad se trató de una patraña internacional para socavar la imagen y competitividad de nuestro país”. No elogió el fallo, pero lo justificó. Entonces, ¿cómo es que Marquínez es buena para ese fallo y mala para el de New Business?

Sigo. Mulino afirmó que a causa de las presiones por las listas de colores en las que está Panamá, hubo que aprobar leyes restrictivas que “prácticamente acabaron con el centro bancario internacional”. Mulino no leyó el último informe oficial de la actividad bancaria, que describe exactamente lo contrario. “Al finalizar mayo de 2024, los bancos pertenecientes al centro bancario internacional registraron utilidades acumuladas de $1,355.5 millones, marcando un incremento del 15.7% en comparación con el mismo mes del año anterior”. Supongo que ese crecimiento no es suficiente, entonces, ¿cuánto habría sido lo ideal? ¿Un 30%?

Si es así, espero que el crecimiento del país –que estará en sus manos– no sea del 15%, pero, ¿qué tal un 10% en 2025? ¿Será posible? Si le ofende que otros países nos coloquen en listas negras, ¿por qué no le ofende que estemos en listas peores y de las que los ciudadanos estamos hartos: que Panamá esté entre los países más corruptos y desiguales del mundo –gracias a la clase política y sus cómplices de la empresa privada–; que seamos los peores en las pruebas Pisa de educación; que nos roben y que, como si fuera poco, nos traten de cuentear con una sopa de pollo que en realidad es un simple sancocho?


LAS MÁS LEÍDAS